Letra fría | Cayayo, Yátu y Cangrejo
01/08/2025.- Con la muerte de “Cangrejo” Abraham García, pionero del punk en Venezuela, miembro fundador de Seguridad Nacional y considerado por muchos como el cuarto integrante de Dermis Tatú, la banda liderada por Cayayo Troconis, se reavivan los recuerdos y nos damos cuenta de que el tiempo ha pasado, y que aquellos jovencitos creadores de toda una contracultura en Venezuela, de los últimos 50 años, ya se han convertido en casi adultos mayores. De hecho, Cangrejo tenía 70 años, es decir, contemporáneo con nosotros.
A muchos les parecerá extraño que un militante del bolero se atreva a intentar pergeñar (preparar o desarrollar algo con una cierta habilidad), pues no debería parecerlo, porque ellos estuvieron siempre ahí, a través de mis hijos y mis amigos más jóvenes.
Un antecedente clave es la Seguridad Nacional, banda pionera del punk rock venezolano, desde principios de los 80, conformada por los Gustavos, Corma en la guitarra y voz, acompañado por Gustavo Montaño en la guitarra, Abraham García "Cangrejo", en la batería, y Juan Bautista López "Yátu", en el bajo y voz. “Para 1984, salió Montaño de la banda, quedando conformada definitivamente por Corma, Yátu y Cangrejo, quienes construyeron una propuesta representada por el punk, el dark, el new wave y el hardcore cantado en español, cosa extraña para la época, así consolidaron lo que hoy conocemos como Seguridad Nacional, indiscutible ícono del rock contemporáneo en Venezuela”.
Por esos mismos años, surge otro nombre clave en esta historia, Cayayo Troconis, quien, por cierto, murió tempranamente a los 31 años, cofundador, guitarra y arreglista principal de Sentimiento Muerto (1981-1992), guitarrista, vocalista, compositor y líder de Dermis Tatú (1992-1997). Sentimiento Muerto comenzó llamándose por su traducción del inglés, Dead Feeling, cuando se unen Pablo Dagnino (voz, teclados), Carlos Eduardo "Cayayo" Troconis (bajo), Luis Poleo (guitarra) y Alberto Cabello (batería).
A todas estas, encuentro una entrevista que hice en Ávila TV, con un joven del canal, que incluso llegó a presidir, hijo de mi amigo el escritor Orlando Araujo y de Trina, quien me comentaba que: “Al principio, yo era fan de Sentimiento Muerto, más bien, yo era uno de esos que no me pelaba un concierto cuando tenía 14, 15 años. No me pelaba un toque, pues era la banda que estaba repercutiendo con mayor fuerza en la generación de uno. Resulta que en esa primera época, el baterista, que era Alberto Cabello, sale después del primer disco, y me llamaron para suplirlo, y para mí, fue una situación muy especial, porque era el grupo que yo admiraba y me tocó hacerles la batería, recuerdo que en dos semanas tuve que montar un repertorio de veintitantas canciones”.
Para hacer el cuento corto, el grupo comienza a darse a conocer a través de presentaciones en verbenas, ferias y fiestas para las cuales eran solicitados. En ese entonces, la banda había escogido como estrategia de difusión la distribución de cassettes piratas, como ellos los denominaban. Ya en 1986, el grupo había alcanzado notable popularidad (sin haber grabado un disco) pudiéndose presentar a casa llena dos noches seguidas en recintos de gran capacidad, como el Teatro Mata de Coco en Caracas, en La Castellana, un sitio muy famoso para la época, y es entonces cuando uno de esos conciertos, grabados en casette, llega a manos del músico español Miguel Ríos, quien los invita a una serie de recitales en España con motivo del Encuentro de Rock iberoamericano, donde compartirían tarima con artistas como Charly García, El Último de la Fila, Paralamas Do Sucesso, entre otros.
Al regreso de Europa, firman con SonoRodven para su primera grabación y el resultado es el álbum El amor ya no existe, producido por Fito Páez. Al finalizar la grabación, Alberto Cabello abandona la banda para irse a estudiar en el Berklee College of Music en Boston, y ahí es donde entra en esta historia Sebastián Araujo, de solo 16 años para ese entonces.
Tal vez por el síndrome de la fama, la banda comienza a tener problemas, se empiezan a salir integrantes, hasta que la banda se divide en el año 92, y como me contaba Sebastián: “Quedamos en la banda Cayayo, Héctor Castillo, que es el bajista y yo, y hacemos un trío, power trío que se llama Dermis Tatú. Y era como con una idea, porque nosotros sentíamos en aquel momento que Sentimiento Muerto se convirtió en una especie de grupo consagrado, y la cosa cambió bastante, y queríamos darle un electroshock a eso, y la cuestión por un poco de incomunicación se terminó, no pudimos lograr resolver eso”.
La banda debuta con una presentación en la Sala Cadafe de Caracas durante el Primer Festival de Nuevas Bandas el 30 de mayo de 1993, compartiendo cartel con la Seguridad Nacional. Tocaron 7 canciones: Ausencia, Anestesiado, Sordera, Asco, Intentos fallidos, El hoyo y Terrenal. Cangrejo, de Seguridad Nacional, los acompañó durante Intentos fallidos y El hoyo, y luego Cayayo acompañó a Seguridad Nacional en dos canciones.
Juan Bautista López, mejor conocido como Yátu, es indudablemente un ícono para la historia del rock venezolano. Admirado por los jóvenes de entonces, este importante músico, natural de Churuguara, estado Falcon, es otro de los imprescindibles en esta historia. Por más de tres décadas, ha tenido una importante trayectoria con la Kamara de la Tortura (1978-1982), la legendaria agrupación Seguridad Nacional (1982-1994), Trance Nuance (1994-1996) y La Hermandad (1998-2002), logrando impactar la escena musical del país e influenciando a importantes agrupaciones venezolanas, quienes han popularizado algunas de sus célebres composiciones.
En conversación con Lucia Rojas Olivier, en El Universal del 10 de diciembre de 2020, respondió:
—¿Por qué sigue siendo el punk corriente de expresión de su música?
—El punk es como un momento de encuentro con la contundencia de un sonido que ya originalmente se traía. En mi caso, yo venía tocando rock and roll desde pequeño y cuando llegamos a los años 78-79 ya estaba esa movida del punk, con bandas como Los Ramones o Sex Pistols, y nosotros nos identificamos con ellos, porque eran los que tenían el espíritu más cercano al rock and roll que habíamos visto. Pero realmente el punk es una modalidad de música con un sentimiento específico y una propuesta medio anarquista que tuvo su vertiente y su desarrollo, por lo que luego vino el post-punk, estilo en el que Extraño mundo está hecho, y abarca lo remanente de la esencia de ese género, pero desde una perspectiva más madura musicalmente.
“Y definirlo de forma más simple, puedo decir, que el punk siempre va a ser fuente de inspiración porque ha marcado algo importante en mi vida, la juventud que llevamos internamente, la fuerza, la potencia y energía del rock and roll; por eso es fuente de inspiración y de expresión para mí”, finaliza Yátu.
Humberto Márquez