Al derecho y al revés | Gobierno a la sombra
30/07/2025.- Las derrotas por lo general son huérfanas y esta que acaban de recibir las oposiciones, y me refiero tanto a la golpista como a la que prefiere que a mi país lo invadan soldados gringos disfrazados de cascos azules, después de perder elecciones que alegan "se las robaron", sin presentar pruebas de esta acusación, que también lo es.
La señora MCM niega la realidad y se declara ganadora alegando que la inmensa abstención —hecho merecedor de unas líneas en este corto recuento— le hace caso.
Extraño que quien se autoerige jefa de los millones que no votaron, no haya apoyado un alcalde en cualquiera de las fronteras que tenemos con Colombia.
Digo yo, para que ella ayude a su jefe Uribe Vélez a trasegar el producto que lo hizo inmensamente rico y poderoso.
Tras esta abstención se oculta que la inmensa mayoría de los venezolanos que emigraron, o lo hicieron por "los caminos verdes" o no se anotaron para que los sacaran del REP.
La verdad es que la oposición perdió 50 alcaldías —desapareciendo los partidos tradicionales— y el Gobierno Nacional ganó otras tantas.
Sin embargo, no se vio el alborozo de otros tiempos, lo cual es lógico si analizamos que las alcaldías de un país empobrecido por las sanciones, que son ilegales, de no ser instituciones públicas estarían quebradas.
Vivo y voto en Baruta, donde repitió con votación bastante menguada el alcalde opositor, otro punto lógico toda vez que, salvo la policía, poca cosa percibe el ciudadano como contraprestación de los impuestos.
En la mayoría de las 335 alcaldias, desde la vergonzosa huida del dictador Pérez Jiménez, la cobertura y calidad de los servicios de salud no han aumentado y ni siquiera han levantado nuevas escuelas y hospitales.
Pagan miserias a los maestros, quienes año tras año bajan el nivel de sus clases.
Sin embargo, también año tras año, al final del curso aparecen mafias de contratistas para "reparar" pupitres, techos y baños en escuelas y liceos.
Los maestros y profesores no abren la boca, pero los padres y representantes tampoco.
Una revolución debe atacar esta anómala situación y resolverla para siempre.
Puedo añadir cantidad de irregularidades, pero corro el riesgo de aburrir.
En Baruta y El Hatillo se mantuvieron los alcaldes de oposición, aunque en el último citado inhabilitaron al incumbente y también al designado suplente, así que les tocó sacar un tercero, que ganó, lo que comprueba que el señor Elías Sayegh necesariamente es un buen funcionario.
Los candidatos del Gobierno Nacional en esos municipios eran desconocidos, pero estuvieron a punto de ganar.
A ver si tiran la toalla y se largan como es tradición o se quedan a formar gobiernos a la sombra como hace la oposición inglesa.
Pero, volviendo a la orfandad tanto de victorias como en derrotas, en las alcaldías es posible convencer a los vecinos para extraer nuevos recursos y redirigir los existentes, para mejorar la vida.
Solo así se podrán podar las nóminas de personal mal pagado y muchas veces inútil, generalmente sacado de los partidetes que apoyaron al alcalde ganador.
Si esto se hiciera, aun a medias, las alcaldías pueden renacer, lo cual es vital en momentos en los que el cambio de la Constitución —no es reforma— navega hacía el "Estado Comunal", que igual puede funcionar o terminar en un gran fiasco, dependiendo de cuán entrenados estén los funcionarios a los que les toque administrar.
Ganó el presidente Maduro, quien muchos votos aportó cumpliendo con la palabra y traer de vuelta a los secuestrados en El Salvador por Trump y el payaso Bukele.
Este triunfo, salvo en pocos casos, se debe al Presidente, pero los nuevos alcaldes tienen 4 años para reivindicarse.
Domingo Alberto Rangel