Rostro de mujer | Reportera gráfica
Con temple de acero e intuición visual
26/07/2025.- Documentar la realidad social y política de una nación a través de la fotografía —el mejor oficio del mundo— podría traer graves riesgos sobre quienes ejercen esta labor, especialmente en zonas complejas o con alta conflictividad. En Venezuela, mujeres con temple de acero, sangre fría y ojo avizor han sido reconocidas por su valentía y compromiso con el fotoperiodismo, al abordar temas como la migración, la crisis humanitaria, la vida en comunidades vulnerables o en escenarios como el intento de golpe de Estado ocurrido en abril de 2002.
Por ello, Rostro de mujer entrevistó a un referente en esta profesión, Wendy del Valle Olivo Navarro, conocida por su trabajo, en especial por la cobertura de los eventos ocurridos hace 23 años en Caracas, donde quedó fragmentada la democracia durante 48 horas.
La originaria de Valle de la Pascua, estado Guárico, dio sus primeros pasos en la fotografía en un periódico católico en Maracaibo. Luego viajó a Carabobo, donde marcó un precedente como la primera mujer en ser reportera gráfica del periódico El Carabobeño.
Rememoró:
En ese medio impreso solicitaban un reportero gráfico. Allí no habían tenido a una mujer fotógrafa. Me hicieron la entrevista, pero me indicaron que querían para el cargo a un hombre. Estuve en período de prueba por un año, durante el que cubrí la fuente de sucesos. Luego hice suplencias en deportes. Sin embargo, nunca me pasaron a reportero fijo.
En Caracas, tuvo la experiencia de laborar al lado del líder de la revolución bolivariana, Hugo Chávez, algo considerado por Olivo Navarro como una enriquecedora etapa, "pues durante su gestión nos dibujó un proyecto propio para la nación, basado en los principios bolivarianos, que prácticamente no conocíamos. Él sacó el legado del Libertador. Fue un regalo para mi generación conocer el ensamblaje Bolívar-Chávez".
En el marco de la entrevista, reflexionó que si tuviera la oportunidad de retroceder el tiempo. Así, volvería a trabajar
… al lado del insigne de Sabaneta, quizás para conocerlo más, valorarlo y aprender del líder carismático que movilizó a amplios sectores populares. Creo que no me había dado cuenta de la proyección y el impacto del gigante de América Latina.
Al ser consultada sobre sus estudios como periodista, expresó que sus padres eran profesores. "Mi papá, Rafael Olivo, nos inculcó estudiar, y el castigo que nos ponía era leer los titulares mientras él escuchaba. De esa disciplina y pedagogía familiar, quedó sembrada en mis entrañas y pensamientos la vena periodística".
Al recordar su etapa de niñez, reconoció que fue una familia unida, conformada por diez integrantes: sus padres, dos primos y ella con sus cinco hermanos. En las vacaciones, pudo disfrutar a plenitud los viajes por el país, en los que recibió las enseñanzas de su progenitor sobre la conservación y preservación de los recursos naturales. "Ese amor por la montaña sale de mi papá, pues él, cuando era docente de Biología y Química, salía con sus alumnos a hacer trabajo de campo, y yo era su fotógrafa. Apenas tenía ocho años de edad".
A casi tres décadas de carrera, su trabajo ha dado fruto, al poder exhibir, tanto a nivel nacional como internacional, sus obras, en las cuales ha capturado la historia contemporánea de Venezuela y América. Sus exposiciones y muestras fotográficas son elogiadas por su capacidad de sorprender al público con sus registros de estos momentos históricos.
Aprovechó la ocasión de enviar un mensaje a la juventud que se está iniciando en el maravilloso mundo de la fotografía de prensa y documental a que asuman responsabilidades. "Registrar o fijar una fotografía es registrar la historia gráfica de un hecho o acontecimiento de importancia; es plasmar en una imagen la verdad de una sociedad. La fotografía no debe ser intervenida". Al mismo tiempo, exhortó a
… no dejarse manipular, ni siquiera porque seas de un medio. A mí me tocó enfrentar eso en medios privados y siempre dije que no tengo bozal de arepa. Estoy firme y puedo salir a la calle a trabajar. He vendido arepas y puedo seguirlas vendiendo, pero la dignidad de un reportero es la verdad.
Los principios y la ética del reporterismo gráfico venezolano implican la no manipulación de imágenes y la práctica profesional con altos estándares de honestidad y transparencia. Esto significa que deben esforzarse por presentar la realidad de manera fiel, evitando cualquier alteración que pueda llevar a interpretaciones erróneas o engañosas de los hechos.
No quiso culminar la entrevista sin dejar un mensaje de empoderamiento y confianza a las mujeres venezolanas:
Somos venezolanas con un gran potencial. Estamos preparadas para ejercer cualquier cargo en diversas profesiones. Tenemos un nivel alto de responsabilidad y eso es lo que debemos proyectar, sin limitarnos nunca, ya que nosotras podemos conquistar el mundo y el mundo está diseñado para nosotras.
Wendy Olivo Navarro: el lente inquebrantable
Nirman García
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