Letra fría | Frasso siempre Frasso
25/07/2025.- Siempre es grato compartir con Frasso, y siempre disfruto mucho de sus exposiciones. En esta oportunidad, no podía ser la excepción, aunque ya la había visto en la Galería Nacional el año pasado, esta vez, con el mismo título Jerusalén: Fe en la Paz, en la antigua casona, Villa Teola, una locación de ensueño, enclavada en una frondosa vegetación de árboles altísimos, centenarios como esta histórica construcción de arquitectura colonial, bajo custodia del Metro de Los Teques, que preside Francisco Garcés.
Conversando con Franklin Suárez, fotógrafo y curador de la exposición, camino a la muestra de 50 fotografías a color, concluimos que Frasso es el artista que más exposiciones ha presentado en el país, récord que aumenta si agregamos las del exterior. Resumido por el propio Franklin, curador sempiterno de todas las muestras: “Frasso captura la esencia de Jerusalén a través de sus santuarios, calles ancestrales y, sobre todo, la vida cotidiana de las comunidades judía, cristiana y musulmana que la habitan. La exposición no se limita a lo religioso; es un homenaje a la resiliencia humana y un llamado a la justicia por Palestina y la paz desde el arte”.
Antes de pasar a la sala Benito Chapellín, donde nos esperaban las fotografías, la inauguración fue un cálido y sentido acto, en el patio histórico, de precisas intervenciones por brillantes expositores, que se mandaron dos horas y nadie mostró el menor atisbo de fastidio, sobre todo que cuando cierra Frasso, la jornada adquiere visos de espectacularidad y la espera se hace deseo. Abrió los fuegos William Mundaraín, con su afectuosa semblanza de su compadre y amigo titulada Frasso: Pasión Fotográfica, “Hoy nos regala los lienzos fotográficos que se trajo en uno de sus viajes desde la tierra del Mesías. Esa histórica, heroica y sufrida Jerusalén, que de siglos busca sin haber podido encontrar una paz estable y duradera como puerto seguro con el que cualquier ser humano puede aspirar y soñar. Ahí, donde la Biblia, el Corán y la Torá pisan la misma terracota, comparten el mismo atril y respiran el mismo aire”. Sin faltar la nota de color sentimental de Norvida, como Frasso llama a su esposa, porque le volvió a la vida y le dio la titánica fuerza para superar unas cuantas dolencias, y contando: “Frasso nació en Santa Ana, enclave tranquilo y bucólico que mira al sur del estado Anzoátegui, pero dice con sobrado orgullo que se nacionalizó en Carúpano, porque ahí encontró su “tabla de salvación” que le evitó naufragar en los huracanados mares de los amores persistentes: Norbelis o “Norvida”, el seguro norte de su vida, simiente de un nuevo punto cardinal: Sebastián Francisco”.
Continuó la tenida con la querida periodista Rosita Caldera, otro grato reencuentro de la tarde, con una encendida intervención en defensa de Palestina; en la misma onda Orlando Ugueto, presidente del Centro Nacional de la Fotografía (Cenaf), del equipo organizador, en realidad todos coincidieron en el mensaje esencial de Ugueto: ¡Que viva el pueblo palestino, sus niñas y sus niños, sus mujeres y sus hombres, sus viejas y sus viejos, quienes hoy sufren y mueren por la barbarie fascista! ¡Que cese la barbarie y el genocidio, que reine la paz y que triunfe la humana humanidad!, como decía el “panita” Alí Primera. Y en esa onda, se la pusieron de bombita, aunque ni falta le hace a nuestra queridísima periodista Hindu Anderi, que no cantó Ódiame, de vaina, por lo luctuoso, tal vez, de la circunstancia, pero puso los puntos sobre las íes, y esbozó sobre el fatídico conflicto o, para decirlo sin ambages, el genocidio brutal de Israel contra Palestina.
Siguió la doctora Elizabeth Romero, representante de Villa Teola por el presidente Garcés, con una sobria intervención con detalles de la instalación de la muestra y una cálida reláfica de todo el proceso. Para dar paso a Mary Solange Pemjean Ulloa, viceministra de Cultura y presidenta de la Fundación Museos Nacionales, quien representó brillantemente la institucionalidad y aprovechó para comprometerse con Frasso, que le seguirá prestando los marcos de la GAN, en dos o tres exposiciones al oriente del país. Casi que digo ¿Y Maracaibo qué? ¡Pero después de los 70 estoy intentando ser comedido! Jajaja.
No puedo dejar de lado las historias colaterales, lo de Villa Teola fue por Teolinda, la dueña o señora de la casa de la centenaria casona, pero el cuento bueno es que su fantasma se pasea por las noches por toda la mansión. ¡Siempre me han encantado esas historias! Pero la que más me fascinó fue la de Rosita Caldera, quien lleva por cierto sus ochenta y deles con mucha juventud y dignidad, pidió comprar golfeados al regreso, la historia la vi en vivo. Un señor, menor que nosotros, no tan viejo, pues, jeje, se acercó casi con pena para tomarse una foto y pedir sus datos. Fue cuando salió la historia, el señor, investigando, descubrió que hace muchos años condenaron a la cárcel a una comadrona, y Rosita armó tal revuelo de prensa que finalmente se comprobó la inocencia de la señora. ¡Esa es Rosita! ¡Abrazos, bella!
¡Coño, pero me falta Frasso! Solo me queda decir que en todas sus intervenciones va hilando la presentación de sus amigos en la concurrencia. Por supuesto que llevé lo mío, removió algo de lo que me he querido despojar, sin éxito, mi pasado vicioso, de presidente del club del ron y de los fumadores, ¡por el que más nunca nadie me dio trabajo! Jajaja. Por eso me remito a su curador.
Llévatela Franklin Suárez!
Francisco “Frasso” Solórzano, autor de la muestra, compartió reflexiones tan emotivas como incisivas, combinando agudo humor cargado de ironía con una crítica social frontal. Tras describir a Jerusalén como “un crisol de fe y humanidad”, donde buscó capturar “instantes que revelan, más allá del conflicto, un deseo universal de armonía y paz”, el artista viró su discurso hacia la denuncia: Entre bromas con colegas y un lenguaje deliberadamente provocador, cuestionó a instituciones y líderes: “¿Cómo es posible que las Naciones Unidas sean todo menos unidas? ¿Y cómo es que el Papa se preocupe más por un templo que por la humanidad que muere en Palestina?”.
Frasso culminó con un llamado esperanzador: “Que esta exposición en la hermosa Villa Teola nos inspire a reflexionar sobre nuestra capacidad real de convivir en respeto, más allá de discursos vacíos”.
Humberto Márquez