Historia viva | Caracas: Karacas originaria
23/07/2025.- Por estos tiempos, con la reivindicación lingüística originaria de nuestros pueblos indígenas, se vienen revelando novedades históricas que reafirman valoraciones justas sobre los aportes culturales de los habitantes ancestrales de estas tierras. Pongo el caso del nombre Venezuela. Ya no es el cuento de que fue Américo Vespucio con su Pequeña Venecia, sino una voz original añú que designaba el topónimo "laguna grande" (lago de Maracaibo). Castellanizada, fue escrita por primera vez como "Veneciuela" por el cronista español Martín Fernández de Enciso, en su obra Suma de geographia, en 1519. Fernández de Enciso había viajado con Alonso de Ojeda en el inicio de los llamados "viajes menores", luego de Colón, a finales del siglo XV.
Lo mismo o similar ocurrió con el nombre de Caracas, que dio identidad a la ciudad desde que los españoles la "bautizaron" en 1567. Luego, la Academia de la Historia, en 1967, confirmó el uso del nombre Santiago de León de Caracas.
Para quienes hemos estado familiarizados con el "credo" de que Caracas fue fundada ese año, nos corresponde resignificar ese criterio, puesto que los pueblos caribanos ya estaban asentados en ese valle donde había mucha pira o karakara, de donde deriva el nombre de Caracas, que los castellanos “cristianaron” con el nombre de Santiago de León de Caracas. Tuvo los primeros asientos españoles en donde hoy está ubicada la esquina de San Francisco y donde los misioneros franciscanos fundaron el Convento Limpia e Inmaculada Concepción de Nuestra Señora de Caracas.
En 1565, llegaron los primeros integrantes de la orden de los franciscanos a la localidad; sin embargo, no fue sino hasta 1586 cuando consolidaron el primer claustro del noviciado, "que responde al claustro norte actual, según el arquitecto Francisco Pérez Gallego, durante el seminario Cambios en la Vida Cotidiana de Caracas, que organizó el Instituto de Patrimonio Cultural (IPC) del 19 al 23 de septiembre". (Memorias de Venezuela, N.º 36, 2016).
Por lo que podemos inferir que para el 27 de julio de 1567, fecha que la historiografía colonialista tradicional venezolana ha establecido como la fundación de la ciudad, ya existían fundaciones españolas en Caracas como las del mestizo Francisco Fajardo, amén que desde mucho antes ya ese valle era asiento firme de grupos caribanos. Así lo señaló Juan de Castellanos en sus Elegías de varones ilustres de Indias (1589). Los pueblos toromaimas —los más abundantes—, caracas, tomuzas, etc., tenían un complejo sistema de relaciones con los pueblos de la costa (La Guaira) y hacia la subregión barloventeña y del Tuy actual, que permitió que, con el liderazgo de Guaicaipuro, enfrentaran, de manera unitaria y exitosa, los ultrajes y agresiones de los invasores españoles.
Quebradas cristalinas, una foresta formidable y tierras orgánicas en vegas ribereñas al río Guaire, con abundante pira y otros frutos para comer, dieron proveeduría a los pobladores originarios. Esto y el clima establemente fresco, las vías naturales de comunicación con la costa marítima, con su suministro de pescado salado o ahumado, más la abundante cacería permitieron a los originarios gozar de un buen ambiente para asentarse en aquel valle encantado muchísimo antes de la llegada de los invasores españoles.
Estas consideraciones de orden geográfico e histórico dan razón a las tesis formuladas y ampliadas por el profesor Ramón Tovar sobre la geohistoria, o enfoque geohistórico, así como la escuela de la geopolítica reconoce que hacen "de las condiciones geográficas el determinante fundamental de la historia moderna". De este modo lo expresó el intelectual y político marxista estadounidense George Novack en su libro Para comprender la historia (1975).
Al respecto, saludamos la publicación del libro Geoestrategia militar en la guerra de independencia de Venezuela, 1811-1823, del historiador oriental Marcos Delgado Rodríguez, quien ganó el Premio Nacional de Historia 2023-2024.
Este trabajo de Delgado reafirma las tesis del enfoque geohistórico. Publicado por el Centro Nacional de Estudios Históricos de Venezuela en 2023, es un aporte metodológico que revoluciona la manera de abordar el asunto histórico, superando la tradicional periodización "eminentemente política del proceso de la Primera, Segunda y Tercera Repúblicas".
Así, nos podemos acercar a otra mirada desde la ventana del observador histórico agudo que ofrece otras caras de la eventualidad histórica. Incluso los aspectos más lejanos, como el proceso de colonización, donde quedan muchos nudos por desamarrar de la literatura histórica colonialista, que desplazó aspectos cruciales de las luchas de resistencia indígena, marcados por el sino de los historiadores positivistas al ocultar, disminuir o desplazar epistemes que ahora podemos reivindicar.
Que una hierba insignificante como la pira diera nombre a una ciudad, Caracas, es el inicio de la compresión de las habilidades culturales de un pueblo al que intentaron exterminar por vía de las armas y por vía de la lengua. Se sigue así aquella vieja conseja del creador de la primera gramática castellana, Antonio Nebrija, cuando advirtió a la reina Isabel la Católica: "Siempre la lengua fue compañera del imperio". Coincidencia muy contemporánea del presente histórico.
Aldemaro Barrios Romero