Retina | Los 252
21/07/2025.- El primer símbolo de civilización no es ninguna de las herramientas fabricadas por la humanidad, tampoco una obra de arte ni las ruinas de una construcción. La muestra de civilización más antigua y más clara es un hueso fémur que sanó después de haber sufrido una fractura. Su comunidad cuidó a esa persona. La solidaridad es lo que nos define como especie.
Reconocer este hecho hoy, que la solidaridad es la herramienta que ha permitido que la humanidad haya tenido éxito en el planeta, es casi que una acción de contracultura. Somos objeto del constante bombardeo de una ideología que coloca al individualismo como primer valor y, por tanto, justifica conductas de apropiación individual de la riqueza colectiva, el aprovechamiento egoísta de cualquier oportunidad y la idea de que algunas personas son superiores en fuerza, inteligencia, riqueza o moral. El resultado es el fascismo cotidiano en algunos seres humanos.
Lo he sentido recientemente con la falta de solidaridad de quienes, siendo venezolanos, han apoyado el secuestro de 252 compatriotas, injustamente trasladados a El Salvador, donde fueron encarcelados sin haber sido ni siquiera acusados ante ningún tribunal.
Solo con base en una importante dosis de fascismo es que puedo entender que haya quienes no tengan la capacidad de ver que se trata de una grosera injusticia. He sido testigo en redes sociales de cómo han intentado justificar este crimen con argumentos tan idiotas como el presentar como supuestos chavistas a estos jóvenes, detenidos, torturados e incomunicados. Estas justificadoras y estos justificadores hablan desde su plataforma imaginaria en la que se sienten más altos y más aptos que el pueblo venezolano.
Lo más importante de esas ideas y, por ello, de su propia práctica, es que el país con el que sueñan, el país que nos prometen, es exactamente uno de represión diaria contra los sectores populares. Otra vez aquel país de la Cuarta República, con las cotidianas redadas en los barrios y el asesinato frecuente de adolescentes, que luego son registrados en las páginas rojas como supuesto delincuentes.
Afortunadamente, hemos emprendido un camino de Revolución Popular en Venezuela y la fuerza de nuestra Revolución ha sido capaz de rescatar a nuestros hermanos de una cárcel regentada por el delincuente de Bukele. Entregamos a diez mercenarios y rescatamos a 252 compatriotas.
Es difícil no recordar que la Revolución Cubana cambió una vez a mercenarios por compotas y más difícil no recordar la carta del Che a sus hijos, cuando dice: "Sobre todo, sean siempre capaces de sentir en lo más hondo cualquier injusticia cometida contra cualquiera en cualquier parte del mundo. Es la cualidad más linda de un revolucionario".
Freddy Fernández
@filoyborde