Derreflexión | Ideas simples para transformar tu día a día

20/07/2025.- A veces creemos que para sentirnos mejor necesitamos hacer grandes cosas o cambios, pero la verdad es que con la calma que brinda la rutina también es posible comenzar a reescribir nuestra vida, al leer nuestros libros preferidos o solo meditar. No necesitamos de emociones intensas para sentirnos y sabernos vivos, y mucho menos para vivir con cambios.

Los pequeños gestos a diario son los que más nos conectan con nosotros mismos, si vivimos cada momento con atención, cuidando de nosotros y reflexionando sobre lo que ya tenemos y agradecemos por ello. Algunas ideas simples y prácticas para comenzar a transformar nuestros días son las siguientes:

1- Hacer una pausa al tomar el café y reflexionar: nada peor que comenzar el día con apuro. Tomar una taza de café con pausa, observando como el día va levantando su brillo, percibiendo el aroma de la bebida, su color y sintiendo el calor entre las manos nos lleva a una pausa armónica que produce bienestar. Mientras tomes el primer sorbo, pregúntate: "¿Qué necesito hoy para sentirme bien? Esta es una pregunta que abre el espacio para el cuidado. No es necesario encontrar una respuesta perfecta, pues mañana pudiese cambiar la respuesta a la misma pregunta.

2- Regar una planta y conectar con esa tarea de cuidado: si tienes la posibilidad, riega una planta. Cuando estamos en medio de la naturaleza, somos testigos de la grandeza que ocurre sin que seamos conscientes de ello y cuando regamos una planta estamos participando en el crecimiento de algo que vive y hace un bien al planeta. Cabe preguntarse mientras se hace esta tarea: “¿Cuido de mí de la misma manera?”. Esto nos hace recordar que también necesitamos agua, sol, silencio y descanso.

3- Siente tus pasos cuando camines: los trayectos cortos también son perfectos para habitar en un cuerpo que somos y que nos pertenece, pero del que las demandas externas pretenden desconectarnos. Siente cómo tus pies hacen contacto con el suelo y repite: “Con cada paso, voy soltando una preocupación”. Tu mente lo agradecerá.

4- Amplía tu perspectiva cuando mires a través de tu ventana: bien sea que estés en el trabajo o en la casa, asómate a una ventana, observa los árboles, las nubes o el cielo. Respira hondo y pregúntate: “¿Qué me preocupa tanto si quizá eso no es tan grande como parece?”. Mirar hacia lo lejos puede ayudar a deprendernos de aquello que pesa.

5- Practica la presencia plena al hacer tareas diarias: lavar los platos, limpiar una superficie o doblar la ropa son tareas pequeñas que hacemos a diario y que nos pueden ayudar a vivir en el momento. Piensa: “Estoy aquí y ahora, no necesito ir más rápido”. Convertir una tarea que antes hacías de forma mecánica en un ritual puede transformar la energía que sentimos.

No necesitas más tiempo, solo más intención

La vida no nos da segundas o terceras oportunidades, dicen, pero sí que nos da muchos instantes en los que podemos decidir cómo nos vamos a sentir. No debemos alcanzar estados elevados de iluminación ni la perfección en todo lo que hacemos, sino tomar esos breves espacios para recordarnos que podemos elegir habitar la vida que somos y tenemos con más amabilidad, presencia y sentido.

Tampoco es necesario hacer todas estas recomendaciones en un solo día, basta comenzar con una y luego la otra al siguiente día, y si no se puede, también está bien, pues lo fundamental debería ser tratarnos con amabilidad, sin perfeccionismo y siendo agradecidos en todo momento.

Isbelia Farías 

 

 


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