Comentarios noticiables | Exterminar niños en Palestina
Es práctica del Estado de Israel
19/07/2025.- Una información publicada en la Agencia de Noticias Al Arabiya de Arabia Saudita, en español, el 14 de julio de 2025, me ha sugerido el presente comentario.
La información decía:
Actualmente, más de setenta mil niños palestinos sufren desnutrición en la Franja de Gaza, con un número de nacimientos prematuros con mutaciones genéticas. Lo advirtió el Organismo de Obras Públicas y Socorro de las Naciones Unidas para los Refugiados de Palestina en el Cercano Oriente (UNRWA). Esa información constituye un típico ejemplo más de la esencia cruel y profundamente inhumana de las autoridades sionistas del Estado de Israel contra la población infantil en Gaza, Cisjordania y Jerusalén, que, desde su creación en 1948, se cobija con el viejo estigma del antisemitismo.
El Estado sionista de Israel ha interpretado e interpreta que tiene las manos libres para desarrollar las atrocidades que se le antojen, y si lo critican, siempre le queda el recurso de invocar el holocausto judío y descalificar a sus detractores, tildándolos de antisemitas. El holocausto nazi se ha convertido en el arma más eficaz con que cuenta el sionismo, hasta el punto de haber conseguido bloquear la conciencia crítica de la humanidad y su instrumentalización es tan grosera que sectores judíos críticos al sionismo la denuncian.
El Knéset (Parlamento israelí) se expresa así: "Israel barre todas las críticas en su contra bajo la alfombra del antisemitismo". El insensato mundo occidental, que tibiamente cuestiona algunas de las atrocidades del genocidio israelí contra los palestinos, sigue aceptando todo esto, pero no debe ser por mucho tiempo más. Esto pronto se acabará.
Hoy el intento frustrado por parte del Estado de Israel de aplastar a la República Islámica de Irán nos obliga a enterarnos de la debilidad defensiva de Israel. La respuesta dura de las Fuerzas Armadas de la República Islámica de Irán quedó como ejemplo en las instalaciones militares de Tel Aviv y Haifa, entre otras. Ya Irán no es fácil de aplastar. En la actualidad, es muy distinta de lo que suponen las autoridades de Israel —sistema podrido y corrupto—, cuya decadencia está marcada por la brutalidad y la represión contra la población civil palestina, sin distinción y en forma indiscriminada.
La criminalidad israelí, desde octubre de 2023, se sobrealimentó de manera especial de terrorismo de Estado contra la población más vulnerable de Palestina, las niñas y los niños, quienes a diario se ven acosados por soldados prepotentes y por colonos fanáticos que los insultan cuando van camino a la escuela. Esos niños, acostumbrados a controles y desprecios, soportan la privación de la tierra, del agua y del mar que fueron suyos desde siempre. Se trata de una infancia a la que le han robado la paz, y en muchas ocasiones hasta la vida. A esta infancia, el sufrimiento la hace adulta con premura, y la muerte, muchas veces, le llega de madrugada por los bombardeos israelíes.
La playa de Gaza es un objetivo militar israelí. Hay niños que ignoran esto y pierden la vida revolcándose en la arena y las olas, desafiando la brisa y atrapando las espumas, cuando de pronto les viene lo inesperado: un misil sionista que estalla con una atronadora detonación y los deja ahí, tendidos sin vida. Los militares sionistas culpables del cruel acto achacaron lo sucedido a una presunta "bomba enterrada por terroristas árabes". Esto luego fue desmontado por una explicación de Human Rights Watch, que afirmó que fue un proyectil de los que usa Israel para bombardear la Franja de Gaza. Se recuerda también el caso de cinco niños que fueron asesinados cuando jugaban en la playa de Gaza en junio de 2006.
Por desgracia, no es la playa el único lugar donde Israel asesina niños. También lo hace en hospitales, escuelas, refugios, mezquitas, en los desplazamientos de la población civil, en edificios residenciales, en parques, en instalaciones de protección civil, en zonas para recibir alimentos, etc.
La complicidad de Estados Unidos (EE. UU.) con Israel en el genocidio de la población civil palestina ha surgido y persistido, aunque ello a primera vista perjudique las relaciones del país norteamericano con el mundo árabe e islámico. El solo hecho de que en EE. UU. residan más de seis millones de judíos, y que muchos de ellos participen activamente en la vida económica y política, no hace dudar de que sus grandes capitalistas influyan en la administración estadounidense. Según algunos datos, más del 20% de los millonarios de esa poderosa nación norteña son de procedencia judía. De igual modo, es alto el porcentaje de judíos entre la media y pequeña burguesía, los asalariados con altas remuneraciones, científicos, intelectuales, gerentes, etc.
Es sumamente lamentable que la Corte Penal Internacional (CPI) no pueda cumplir, pronta e implacablemente, con la orden de arresto, de fecha 21 de noviembre de 2024, contra el primer ministro de Israel, Benjamín Netanyahu, y el ministro de Defensa, Yoav Galant, por crímenes de guerra contra la población civil palestina. El porqué de esto se intuye por los contactos discretos de Estados Unidos e Israel con ese organismo penal internacional que se nutre del financiamiento de ambos.
Para que el derecho internacional surta un efecto disuasivo en beneficio de toda la humanidad, es sumamente necesario castigar a los citados criminales de guerra que, con carácter sistemático, aún dirigen la delincuencia reincidente en el Medio y Lejano Oriente. Todo esto en medio de la histeria criminal del sionismo y del peligro que existe de una catástrofe nuclear, de la cual no estará a salvo ni el mismo Estado de Israel.
Urge la necesidad del establecimiento permanente de una fuerza militar para el mantenimiento de la paz y la seguridad mundiales, para que se proceda sin demora a concretar un alto el fuego en Palestina, y que se preserve su integralidad territorial. Ya basta del silencio ante el genocidio israelí de más de 58 mil palestinos asesinados, entre los cuales hay más de 17 mil niños, más de 14 mil mujeres y más de 110 mil heridos. La humanidad pide a Occidente que deje de ser cómplice de la masacre israelí.
J. J. Álvarez