Comentarios noticiables | De la migración venezolana

Prédicas y realidades

12/07/2025.- De los miles de inmigrantes venezolanos que llegaron a Estados Unidos (EE. UU.), unos lo hicieron por el simple deseo de conocer ese país y su gente. Algunos estaban impulsados por el espíritu aventurero, sugestionados por lo desconocido o por las intransigencias políticas en su país. Otros llegaron huyendo de las medidas coercitivas generadas por la política imperial de esa nación superpotencia. Y muchos más lo hicieron por estar hartos de espejismos. Estas son algunas de las raíces del fenómeno de la inmigración.

Estados Unidos es el país que más ha llevado levantada la bandera de la inmigración en el planeta. En la Estatua de la Libertad, en Nueva York, está escrito un pensamiento que, textualmente, dice: "Dadme a vuestras gentes cansadas, pobres y amontonadas que quieran respirar libremente". La frase sugiere que reciben de buena manera y asimilan a los migrantes de todo el mundo. Hoy esto es pura ironía, una vacilante inquietud que menoscaba la búsqueda de trabajo, de seguridad y de un futuro mejor, la necesidad de enfrentarse, de asimilar, etc.

Para los venezolanos, en ningún otro lugar del mundo es más afilado el problema de la inmigración y de la acogida por parte de las autoridades migratorias que en Estados Unidos. Esta nación ahora se ha vuelto muy esquiva y eso en un gran porcentaje se debe a su política contraria a lo multicultural, que pretende impregnar todo de xenofobia, politiquería y racismo. Así es como la expresión escrita en la Estatua de la Libertad que cité al principio se convierte en una farsa.

Por otra parte, la actual administración Trump dirige la política migratoria como un arma ideológica, que funciona al servicio de la contrarrevolución en Venezuela. Los terroristas Juan Guaidó, María Corina Machado, Leopoldo López, Antonio Ledezma, Edmundo González y Julio Borges, entre otros, aparecen como héroes y son los responsables de alentar la emigración venezolana cuando les conviene, y de atacarla incondicionalmente cuando eso le es útil a la Casa Blanca. Todo ello se demuestra en las declaraciones de María Corina Machado sobre el caso de los migrantes venezolanos deportados de EE. UU. a El Salvador. Afirmó que estaba de acuerdo con el secuestro de los 283 connacionales transferidos al país centroamericano, en pacto suscrito por Donald Trump y Nayib Bukele.

Los 283 migrantes venezolanos que están privados de libertad en el Centro de Confinamiento de Terroristas (Cecot) de El Salvador, ubicado en la región de Tecoluca, por supuesta pertenencia al grupo terrorista Tren de Aragua, han sido objeto de maltratos que violan el derecho internacional. No existen pruebas al respecto, solo la difusión de noticias falsas por parte de EE. UU.

Los defensores estadounidenses de la inmigración aducen que su país está lleno de intolerancia, odio y discriminación sobre la materia de inmigración, emigración y migración; de ahí que no baste con que las migraciones del tercer mundo sean las únicas que buscan movilizarse hacia el país del norte.

La Corte Suprema de Justicia de Estados Unidos, al decidir revocar el Estatuto de Protección Temporal (TPS) a más de quinientos cincuenta mil inmigrantes procedentes de Venezuela, según la Ley de Inmigración y Nacionalidad, afecta permisos de trabajo y de residencia. Además, se está dejando a este país sin una parte de los trabajadores latinos que han nutrido su economía con el empleo de mano de obra barata durante largo tiempo. La mayoría de las razones que impulsaron a los inmigrantes venezolanos son de tipo económico. Por cierto, mientras el debate sobre las migraciones no se solucione, será dificilísimo responder en Venezuela a todas las preguntas que conlleva la migración.

Puesto que este es un fenómeno global ligado al derecho humano internacional, la gente considera este derecho de emigrar a otro país si así lo desea, y que los países anfitriones tienen el deber de acogerlos, como un privilegio. Sin embargo, una vez que los inmigrantes se establecen, el país anfitrión contrae poco a poco con ellos y sus descendientes numerosos deberes, y todo esto debería ser independiente de su estatus migratorio.

En la actualidad, la situación económica de EE. UU. es cada vez más grave. En todo el mundo capitalista occidental, la explotación y el subdesarrollo a que han sometido a los que ellos llaman el tercer mundo ha generado la emigración, y esa emigración quiere, en su mayoría, ir al país o los países que la propaganda ha pintado como paraíso o jardín, aunque para millones sea un verdadero infierno.

Lo que más desean los migrantes de Venezuela y del mundo es una mayor comprensión de parte de las naciones anfitrionas hacia esta problemática. Nuestro país está abierto a evitar que la migración sea una bomba de tiempo que pueda estallar en las propias narices de Estados Unidos y sus aliados.

 

J. J. Álvarez


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