Memorias de un escuálido en decadencia | Feria

11/07/2025.- ¡Leer humaniza! ¡Qué bolas! Así dice el eslogan de la Feria Internacional del Libro que celebra la dictadura. Si esa vaina es verdad, quiere decir entonces que pasarán más de mil años, muchos más, para que esa gente se humanice, porque esa gente no lee. Sin embargo, no leen, pero publican libros. Es una vaina que solo pasa en este país. Usted echa una mirada al montón de diputados que tienen allí en la casa del partido, es decir, en el Capitolio, y ninguno de ellos ha leído nada. El que leía y escribía era el diputado Earle Herrera, y ese ya no está, lo que quiere decir que están huérfanos de lectura. ¡Ah! Otro que también lee, hay que decirlo —porque nosotros, la gente decente y pensante de este país, somos serios—, otro que lee y escribe es el presidente de la Asamblea Nacional. Dicen que tiene una novela que incluso es finalista en el premio Rómulo Gallegos. Bueno, ya veremos qué decimos después. De lo que sí estamos seguros es de que allí no lee más nadie; solo saben gritar consignas y más nada. Cómo será la cosa que el diputado Pedro Carreño no ha leído todavía el Manual de Ética que publicó el PSUV por temor a descubrir que ha violado todos sus artículos. Todos los años, cada vez que presentan su Feria del Libro, se vienen con un eslogan que quiere decir mucho, y no dice nada. También invitan a un país. Esta vez invitaron a Egipto. ¡Dígame esa vaina! Seguramente que con esa les están pagando la invitación que les hicieron desde Egipto para que alguno de ellos fuera hasta allá a una de sus ferias del libro. ¡Dios! ¡Dios! ¡Dios! ¡Ayúdame a soportar las cosas que no puedo cambiar!

Y mientras tanto el compañero Trump se arrecha con todo el mundo, menos con el dictador de aquí. Se arrechó con Putin y lo amenazó otra vez. Cada vez que lo amenaza, lo llama por teléfono y se vuelve a alegrar. También amenazó a Lula y le puso el 50% de aranceles porque le está haciendo un juicio ilegal al compañero Bolsonaro. Nosotros, desde aquí, desde lo que nos han dejado de país, somos solidarios con el compañero Trump y con el compañero Bolsonaro, un hombre que es mucho más decente que Lula, aunque nosotros le agradecemos a Lula que no haya incorporado a Venezuela al grupo comunista de los Brics, porque esa vaina podía ayudarnos a salir de la crisis, y eso no es bueno para nosotros. Pero uno tiene que ser consecuente, y Lula no es consecuente: hace una vaina buena y cincuenta malas. También el compañero Trump vivió un momento emocionante cuando todos vimos por video que estaba en una reunión con el compañero Netanyahu, y este se puso de pie y le dijo: "Presidente, aquí le traigo la carta donde lo propongo como Premio Nobel de la Paz", y al compañero Trump por poco le da una vaina y le dice: "Muchas gracias, Naty. Desde ya te voy a enviar más armamento para que sigas asesinando palestinos hasta tener un Israel libre, soberano e independiente". "Así, así, así es que se habla claro", dice un guardaespaldas de Netanyahu.

Y, por lo visto, las elecciones para alcaldes y concejales no levantan ningún entusiasmo. La gente ni siquiera sabe cuándo son las elecciones. Solo algunos chavistas pasan por las escuelas preguntado: "¿Cuándo es la vaina?", porque esos van a la escuelas solo a votar, como todos sabemos desde hace mucho tiempo. Ya la dictadura nombró su comando de campaña y siguen con su consigna de "la gente que resuelve". Claro, como nunca han resuelto un carajo, ahora sí quieren decirnos que resuelven, pero ese resuelve ya sabemos cómo es: todo para ellos y nada para el sustantivo gastado que llaman pueblo.

El papá de Margot llegó con un libro en la mano diciendo: "Vengo de la Feria Internacional del Libro... bueno... ´internacional´ le dicen ellos, porque de internacional no sé qué carajo tiene, porque siempre son los mismos los que están ahí. Si todos los que presentan libros los leyeran, este sería otro país, pero es que aquí nadie discute nada, porque nadie ha leído nada". Y se fue al cuarto y agarró la puerta y le metió ese coñazo tan duro que la vecina salió gritando: "Ponte a leer, muérgano, y deja de tirar esa puerta".

—Me gustas cuando callas porque estás como ausente... —me declama Margot.

 

Roberto Malaver


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