Punto y seguimos | La economía del genocidio

08/07/2025.- Si lo que está ocurriendo en Gaza no es suficiente prueba de la podredumbre del sistema capitalista, nada más lo es. El 3 de julio, la relatora especial de la ONU, Francesca Albanese, presentó un informe titulado "De la economía de ocupación a la economía de genocidio" ante el Consejo de Derechos Humanos. En el mismo denunció, de frente y sin adornos, al Estado de Israel de lucrarse — junto a una lista de más de sesenta empresas— con el exterminio palestino desde 1967. El informe le ha valido censuras, ser tachada en medios de "incómoda" y, por supuesto, de antisemita.

Cualquier expresión o atisbo de denuncia frente a actos que son visibles al mundo es recibido de esta manera; y es que Albanese y su reporte fueron directo al núcleo del asunto: la guerra es lucrativa y mientras importantes y reconocidas corporaciones, Estados y hasta universidades obtengan ganancia de ella, será ese el interés que prevalezca. Que nadie se engañe: en el capitalismo salvaje, las ganancias de unos pocos superan el valor de la vida de millones, no solo económica, sino moralmente hablando.

En el informe, Albanese expone parte del entramado corporativo, que incluye empresas en el sector armamentístico, manufacturero, bancos, aseguradoras, fondos de pensiones, universidades y hasta entidades de beneficencia que —cita—

… permiten la negación de la autodeterminación y otras violaciones estructurales en la Palestina ocupada, incluyendo ocupación, anexo y crímenes de apartheid y genocidio, así como una larga lista de delitos conexos y violaciones de derechos humanos, desde discriminación, destrucción descontrolada, desplazamiento forzado y saqueo hasta ejecuciones extrajudiciales y hambruna.

No se queda allí la relatora. Ofrece nombres, describe en detalle la operación de corporaciones militares y Estados (siendo la industria de armas "la columna vertebral" de la economía colonialista israelí), como por ejemplo Elbit Systems e Israel Aerospace Industries, que han catapultado a Israel al octavo puesto mundial en exportación de armas, con patrocinio de su ministerio de Defensa. Ni hablar del acuerdo que ostentan con la norteamericana Lockheed Martin para aviones de combate F-35, o la producción de drones, donde universidades de prestigio como el MIT (Instituto de Tecnología de Massachusetts) están involucradas. O la japonesa Fanuc Corporation, que provee a los israelíes de maquinaria robótica para la línea de producción de armas de la citada Elbit Systems.

Otro caso de terror lo componen las industrias de tecnología, cuyas creaciones han permitido la represión automatizada y sistemática de los palestinos, con los que prueban y practican en tiempo real. Proporcionan, por ejemplo, la infraestructura que permite simultáneamente la vigilancia y la recopilación de datos de los territorios ocupados. Las compañías norteamericanas instaladas en Israel cumplen las "demandas de seguridad" de estos últimos, convirtiéndose en proveedores de servicios carcelarios,

… redes de circuito cerrado de televisión (CCTV), vigilancia biométrica, redes de puestos de control con tecnología avanzada, "muros inteligentes" y vigilancia con drones hasta computación en la nube, inteligencia artificial y análisis de datos que apoyan al personal militar sobre el terreno.

La lista incluye a Microsoft, IBM, HP, Amazon y Google. Los dos últimos están en un proyecto de 1.2 billones de dólares financiado por el ministerio de Defensa (proyecto Nimbus), que le proporciona a Israel infraestructura tecnológica básica. Además, señala a Palantir Technologies, de quien se indica

… hay indicios razonables para creer que han provisto de tecnología de vigilancia preventiva e infraestructura de defensa para construcción y despliegue rápidos y a gran escala de software militar, y su plataforma de inteligencia artificial, que permite la integración de datos del campo de batalla en tiempo real para la toma de decisiones automatizada.

En el área de la construcción, compañías como Caterpillar, Hyundai y Volvo se lucran con demoliciones y reconstrucciones. En el sector energético, BP, Chevron y Glencore han sido socios de Israel.

Un aspecto aparte es el sector financiero, donde BNP Paribas, Barclays, Allianz o BlackRock y Vanguard han sido las vías para la financiación de miles de millones de dólares destinados a la ocupación y destrucción de Palestina.

Las descripciones se extienden a lo largo de 39 páginas*, sin desperdicio alguno, que nos golpea la cara con datos y números, pero, más allá de eso, desmenuzan la frialdad con la que opera Israel y, en realidad, el mundo a manos del capital. Los palestinos son carne de cañón, sujetos de prueba, deshumanizados en niveles aplicados por los nazis. ¿Cuánta diferencia hay entre esto y los campos de concentración, donde se hicieron toda clase de experimentos con el pueblo judío? Probablemente una muy grande: la complicidad del resto del mundo. Un sistema corporativo asqueroso y repugnante que rodea nuestra vida diaria y que para vendernos "avances", los prueba primero en niños, mujeres y hombres palestinos.

La relatora Albanese llamó al mundo a juzgar en tribunales internacionales a estas empresas y sus directivas por crímenes y violaciones del derecho internacional, así como por el lavado de dinero ganado en estos negocios. No es de extrañar que esté siendo atacada. Así opera el corporativismo genocida mundial. Tienen toda la tecnología a su favor para lavarse la cara y las manos, las redes financieras y sociales y hasta la IA para convencernos de negar la realidad o, peor, de no darle importancia, naturalizando el crimen y el exterminio. Por eso, hoy más que nunca: Viva Palestina Libre.

 

Mariel Carrillo García

 

*Versión completa en idioma inglés disponible en: Albanese, F. (2025, June 30). From economy of occupation to economy of genocide. Ohchr.org. https://www.ohchr.org/sites/default/files/documents/hrbodies/hrcouncil/sessions-regular/session59/advance-version/a-hrc-59-23-aev.pdf


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