NO PUBLICAR El sistema mundial está vencido, urge una nueva estructura
El especialista en derecho internacional afirma que tanto el veto y la ONU están obsoletos

06/07/25.- En medio de un mundo sacudido por tensiones políticas, crisis humanitarias y retos globales que no conocen fronteras, el Derecho Internacional Público se presenta como un campo esencial para comprender —y transformar— la realidad.
En esta entrevista, conversamos con el abogado y profesor universitario Isaac Nieves, especialista en esta rama del saber jurídico y editor del Grupo Jurídico Sigma, una iniciativa académica que ha logrado consolidarse como el grupo de investigación jurídico privado más grande del país.
Desde su experiencia, Nieves reflexiona sobre el rol del Derecho Internacional en la protección de los derechos humanos, la soberanía de las naciones y los nuevos retos que enfrenta la comunidad jurídica frente a un panorama internacional cada vez más cambiante.
—Profesor, usted sostiene que las causas estructurales que originaron las grandes guerras del siglo XX siguen vigentes hoy en día. ¿Cuáles son esas contradicciones históricas que, a su juicio, aún no han sido resueltas por el Derecho Internacional?
— Bueno, nosotros venimos sosteniendo desde hace muchísimo tiempo que las razones de derecho —y de hecho— que dieron origen a la Primera Guerra Mundial, a la llamada Primera Guerra Mundial, a la Guerra Civil Española —que es quizá donde se expresó todo el conflicto europeo en un solo país, se concentró allí—, a la Segunda Guerra Mundial y a las contradicciones actuales que ya rayan en lo bélico, son las mismas. Entonces, bueno, vamos a empezar a tratar de comprender un poco qué pasó en esos momentos.
Pensar que la Primera Guerra Mundial se da porque asesinan a un noble, simplemente por eso se da el conflicto más grande de la historia antes de la Segunda, es ser un poco ingenuo —esa es la palabra—, un poco creído. La verdad es que se venía desarrollando ya en Europa unas contradicciones fundamentales que tenían que ver con el surgimiento de la Revolución Industrial, que transforma los modos de producción, transforma la sociedad y trae al hombre del campo a las grandes industrias. Es interesante ver la película de Chaplin, Tiempos modernos, para comprender cómo es. Chaplin es un buen cronista de ese momento.
Entonces, eso da origen a un cambio en las conductas, en las sociedades, que adquiere su mayor dimensión cuando las potencias que se están disputando la Revolución Industrial llegan al hecho bélico. Entonces, si bien el asesinato del archiduque Francisco Fernando es un elemento detonante, no es la razón de fondo. Y las conclusiones no nos permiten ver, porque se crea una Liga de Naciones para tratar de regular, pero también se crea la Organización Internacional del Trabajo. O sea, ya la humanidad trata de regular esa contradicción entre el trabajo asalariado y el capital. Y ahí está: es la institución más antigua del Derecho Internacional, todavía existe, todavía trata de mediar, subsiste después de varias guerras de tipo bélico, y nosotros sentimos que la contradicción económica sigue existiendo. Y se expresa con mucha fuerza en la Segunda Guerra Mundial, porque estamos —después del 24— conmemorando el aniversario de la firma del Tratado de Versalles. ¿Y qué es lo que se desmonta en Alemania, sobre todo, y en los aliados de Alemania? Se desmonta el aparato industrial alemán, el aparato militar alemán, y se le imponen multas, aparte de que se les retiran algunos territorios. Polonia —siempre Polonia en el medio—... y podemos notar entonces que las consecuencias también, pero la Liga de Naciones luego es débil.
Es débil frente a la Guerra Civil Española, donde las potencias abiertamente se enfrentan en un marco más pequeño, y ya ahí está de nuevo el fascismo. El fascismo no es más que la fase superior del capitalismo donde se necesita acrecentar la explotación con dominaciones fuertes, ideologías marcadas, nacionalismos. Anota esto que te voy a decir: supremacismo, nacionalismo e imperialismo.
La Liga de Naciones es insuficiente para ese momento, para su estructura, para comprenderla. Y Hitler comienza a hacer de nuevo un desarrollo, hace un desarrollo industrial de dimensiones colosales. Los defensores de Hitler sostienen que fue uno de los hombres más capaces desde el punto de vista económico que ha dado la historia y lo ponen a uno a pensar (Risas)
Entonces, claro, se incorporan potencias emergentes en la Segunda Guerra Mundial. Es la más devastadora del mundo. Ellos hablan de 60 millones, otros hablan de 80, yo hablo de 100, porque cuando hablas de 60 estás contando los muertos de un solo lado. Cuando sumamos la humanidad que sufre. Como pueden ver, la situación que retrato es una situación que pareciera que aún no está resuelta.
Sin embargo, hay esfuerzos importantes como el Derecho Humanitario, la creación de la Cruz Roja, los Convenios de Ginebra, los Convenios de Viena, que tratan de unificar el mundo internacional. Pero hoy pareciera que a las grandes potencias les importa poco, ¿no? Especialmente a Estados Unidos (EEUU) e Israel que bombardea Jerusalén y bombardea centros urbanos, cuando el Derecho Internacional plantea que los combates son en zona de combate. Entonces, a la humanidad le toca ver ahora de nuevo cómo los civiles están en el medio, y los niños están en el medio en Palestina.
Y ahora nos acusan a nosotros de estar fabricando drones y todo esto. Entonces, claro, el interés de poder controlar a Venezuela es un interés importante.
Ya para la Primera Guerra, ellos salen del presidente Castro y traen al presidente Gómez un poco para poder tenerlo. Y tratan de meter submarinos durante la otra guerra. Lo que pasa es que Holanda estaba en las islas y no pudieron pasar. No es que nosotros hemos estado ajenos a los conflictos, pero parte de la idea de tener a Gómez era esto.
Y un detallito: la primera Ley del Trabajo de este país la aprueba Gómez, con un proyecto de ley que le manda la OIT. ¿Por qué? Porque estábamos comenzando la explotación petrolera. Entonces, no podían permitirse otro tipo de leyes del trabajo, sino las que permitieran tener a Venezuela dentro del marco. Eso es poco hablando de Venezuela.
Hablando del tema internacional, las violaciones flagrantes del Derecho Humanitario. Es importante aclarar: el Derecho Humanitario —la gente cree que es el derecho socorrista— no, es el derecho de la guerra, donde se establece que tú no puedes bombardear sitios civiles, donde se establece que los combatientes deben estar uniformados e identificados para saber dónde está el enemigo y no confundirlo con civiles.
Entonces, dentro de las cuatro vallas combaten: el mar, la tierra, hospitales y centros de salud, y periodistas en servicio, trata de regular eso.
Y ahora vemos, por ejemplo, que se bombardea sin declararse la guerra, sin mandar el telegrama a la nación, sin nombrar a las naciones mediadoras. Todo eso lo establece el Derecho Humanitario. Hay una burla abierta, sobre todo con los intereses imperiales.
Estados Unidos, sin estar en guerra, decidió bombardear Irán porque le parecía que era seguridad. Tal como hizo Israel que a quien ellos les parece.
Entonces, bueno, ese es el cuadro al que nos enfrentamos. Haciendo resaltar que Latinoamérica —la Latinoamérica progresista—, encabezada cuando era presidente Evo Morales, venimos sosteniendo que ya el mecanismo internacional no es suficiente. Que el derecho a veto que sostienen los cinco ganadores de la Segunda Guerra Mundial está vencido y que ya como están organizadas las Naciones Unidas ya no puede contener nada, y ahí está la prueba.
Estuvimos al borde del —si es que no estamos todavía— del conflicto bélico, que pudiera ser nuclear. Y bueno, quizás por alguna maniobra de algunas naciones inteligentes, incluyendo Venezuela, que convoca a la reunión de primeros ministros y jefes de Estado, pudiéramos ver que pareciera que el nuevo orden mundial es inminente.
Ellos quieren un orden mundial a su manera. Nosotros queremos un orden mundial basado en el principio Primus inter pares, enmarcado en el Tratado de Westfalia, que dice que cada nación tiene un voto igual en la comunidad internacional. Primus inter pares, se traduce algo así: “primero entre iguales”.
Entonces, ese principio de primus inter pares, “primeros entre iguales”, pudiera ser una solución interesante para todos estos conflictos.
— Entonces, ¿cómo podemos interpretar, desde el derecho internacional, ese conflicto entre Israel e Irán?
— Es que el conflicto no es originalmente entre Israel e Irán. El conflicto es la Franja de Gaza, es el petróleo. Lo que pasa es que el pueblo árabe, desde hace muchos años, comprendió —y aquí pudiéramos hablar de Nasser— que ellos sin Estados Unidos pueden pelear con un monstruo de esa dimensión.
De hecho, existió la gran República de Egipto —por cierto, la Filven es en honor a Egipto—, la gran República de Egipto, que incluía varias naciones, entre ellas a los persas. Eso, bueno, por las contradicciones muy propias... los árabes pelean mucho entre ellos. Pero resulta que la nación que da la cara por esos bombardeos y por todo esto es Irán. Pero el conflicto original no es entre ellos.
Y la importancia histórica y geopolítica de Gaza es vital. Entonces, no lo veamos como un conflicto de los sionistas contra los musulmanes —un poco para generalizarlo—. Veámoslo como el conflicto del Medio Oriente, donde se quiere imponer el sionismo. No los judíos, no los hijos de Abraham. Eso también es importante que lo podamos resaltar. Ser judío no es ser sionista. Ser judío es creer en una religión que se parece mucho a la nuestra. Ser judío es creer en los profetas, y , de hecho, los profetas musulmanes son los mismos profetas judíos, que son los mismos profetas cristianos, incluyendo a Jesús. Entonces, esa división religiosa es parte del manto que le han querido tirar a esto. Aquí el problema es petróleo, es la dominación, es Medio Oriente. Cuando Moisés llegó a Palestina —porque llegó a Palestina— ellos estaban allá. Entonces, todo es muy falso. Todo es un problema de dinero, dominación, y de tener a Trump en el gobierno de los Estados Unidos.
—¿Por qué la ONU no hace nada contra Israel? ¿Qué pasa que la ONU no actúa?
—Porque el sistema está vencido, ya es incapaz. ¿Qué pasa?, al tener los cinco que tienen derecho a veto —y entre esos cinco está Francia, está Gran Bretaña (Reino Unido) y está Estados Unidos, ya estás amarrado de manos, porque los otros son China y Rusia. Entonces, la ONU no va a actuar —así como no actúa a favor de Venezuela— no va a actuar. Sin embargo, en el estado que ellos mismos proponen, que es de dominio del capital, hoy el presidente de China les da unas lecciones grandes y fuertes. Estuve oyendo las declaraciones, y él les dice: “Bueno, pero ya que ustedes no son la primera potencia, pero nosotros juntos, Rusia y China, somos mucho más grandes que ustedes”. Eso, a mi juicio, es la preocupación de Trump, que ya sabe que no es la primera potencia.
Y recordar que Francia entró allí coleadita porque Roosevelt y el presidente Churchill se preocuparon mucho de que no hubiera una tercera nación europea. Pero realmente Francia no gana la guerra. Los revolucionarios españoles son los que dan la batalla por tratar de liberar Francia. Y así suene duro para nosotros, quien logra entrar en Francia son los gringos.
O sea, ellos no ganan guerras, ¿con el petróleo de dónde?, con el petróleo de Venezuela. Esa es otra parte de la historia que no se cuenta y que no se dice porque las petroleras británicas y norteamericanas estaban aquí cuando ellos logran, con sus grandes tecnologías —porque son grandes tecnologías— entrar en Francia. El que gana la entrada a París es George Patton. Entonces, eso hay que tenerlo claro también y desvestirnos hacia la realidad.
—Ahora, ¿ese derecho a veto no hay una forma de que sea eliminado?
— Claro, porque el mundo se estructuró conforme a la Conferencia de Yalta. Ya cuando los aliados ven que es inminente la entrada del ejército soviético —el glorioso Ejército Rojo de Trotsky, porque hay que decirlo así — puede entrar y se convoca una reunión. Pero no se reúnen en otro lado, se reúnen en Crimea. Y entonces, en esa reunión ellos dicen A, B, C, el D, todo, incluyendo los soviéticos. Y entonces queda un orden mundial que, a nuestro juicio, ya está vencido.
Esto siempre implicaría que las naciones del mundo se unan, reconozcan que el orden de la posguerra sirvió para la posguerra, pero no está sirviendo ya. Y mientras tengamos gobernantes de esas condiciones —en el mismo Israel, en Estados Unidos— recordemos que la italiana está allí medio agazapada. En Argentina tenemos otro. Argentina no es poca cosa en el contexto internacional. Y, bueno, tengamos un rey en España que contradice al primer ministro, y que el rey tiene su posición franquista, clara y abierta. Y su papá era un franquista claro y abierto. Y está vivo. Juan Carlos está vivo. Entonces, la cosa como que no está tan fácil.
— O sea, usted dice que el sistema está vencido. Ya no controlan nada, no pueden controlar nada, entonces, ¿qué mecanismos o qué reformas se consideran como para que hagan algo?
—El mundo tiene que ponerse de acuerdo. Lo primero es comenzar en la tolerancia y el respeto, que yo pienso que son dos valores.
Cuando se fue a firmar la Declaración de los Derechos Humanos, los chinos dijeron: “Si esto tuviera un poquito más de Lao-Tsé y menos de... o sea, un poquito más de Buda y menos de doctrina occidental, quizás garantizaría la paz”. Sin embargo, lo vamos a firmar.
Hoy resuenan las palabras fuertes, ¿no? Pero es Latinoamérica el faro desde donde Evo Morales y el comandante Chávez y compañía dijeron: “Viene un problema con esto”. Y ya Fidel tenía tiempo diciendo eso, porque Fidel era una víctima de eso, aparte de que Fidel es otro farol. Un análisis político a Fidel es una cosa extraordinaria. La visión de Fidel era una cosa, igual que la visión de Chávez —sobre todo en política internacional—, la visión de Chávez era muy grande, y se está expresando. Entonces, resonarán las palabras de aquel indiecito boliviano que le dijo al mundo: “¡Epa, epa!”
— Profesor, ¿y cómo afecta ese tipo de conflictos a los países del sur global, como Venezuela, en términos de soberanía, de seguridad, de relaciones, teniendo en cuenta el caso de Argentina con Milei que apoya al sionismo, lo ha dicho mil y una vez.
— ¿Sabes qué es triste? Que alguien que no diga ser judío, que no sea judío, tenga esa actitud. (Risas).
Este... sí, pero el Sur Global es la gran víctima, es como el niño de este conflicto. Porque es que el Sur Global no ha invertido —salvo escasas excepciones— en tener ejércitos poderosos. Porque no es su prioridad, su prioridad es desarrollar sus pueblos, sus industrias, sus tecnologías.
En la última reunión que teníamos con la gente de Corea —los coreanos nuestros— nos decían: “¿Pero cómo creen ustedes que podemos sostener semejantes ejércitos si no tenemos un desarrollo industrial?” Eso de que “esto es un país empobrecido” es mentira. Porque ¿cómo sostengo un ejército de estas dimensiones si no tengo los motores para los tanques o para los aviones?
Entonces, nos afecta. Bien tonto el que crea que ese petróleo que se va a vender —porque se va a vender— es una bendición, porque eso sería dinero manchado de sangre. Y eso tiene sus consecuencias. Y quizás todos estos países agrícolas... Mira, durante la Primera Guerra Mundial, la deuda en carne para Argentina —que fue la principal proveedora de los aliados— se declaró deuda de guerra y no le pagaron. Y ahí está Argentina, sin dinero y sin recuperar su rebaño.
Lo del petróleo, como es una cosa que nunca se ha discutido, no tenemos idea. Pero entonces, tampoco podemos pensar que un conflicto puede beneficiar a los países que no están en conflicto. Aparte de que el desarrollo tecnológico de la guerra indica un empujón de condiciones. Ahí lo estamos viendo: los aviones, los drones, todo esto.
Entonces, de verdad, yo creo que somos los grandes perdedores. Somos los grandes perdedores de todos los conflictos, porque además, históricamente, no hemos sido los belicistas. Venezuela está en los acuerdos de la Primera Guerra Mundial. Está Uruguay. Está Colombia, que estuvo en la Segunda Guerra Mundial. ¿Qué obtuvo a cambio? Hombres muertos.
En la Guerra Civil Española, nosotros heredamos una gran cantidad de republicanos españoles. Recuerda que aquí estaba el gobierno de Acción Democrática cuando podía ser afin ideológicamente a los españoles —no este esperpento que tienen ahora— y vinieron muchos y aportaron mucho a este país. Y nos dieron mucho del poquito más desarrollado que estaban.
Y después, con la industria petrolera, mucho de Norteamérica también. Eso sí nos influyó y nos marcó nuestra manera de ser. Empezando por el béisbol, ¿no? Si cuando uno dice “el béisbol” se dice rápido. Pero lo que hay detrás del béisbol como forma de vida.
Entonces vimos la parte buena y la parte mala. Sobre todo en la Guerra Civil Española, porque llegó cualquier cantidad de gente huyendo de los horrores, del espanto de las guerras, y encontraron aquí... Ahora se les olvida, ¿no? Un país de amor. Un país donde todas las oportunidades estaban dadas. Ellos sí lo recuerdan, los que lo vivieron, y lo dicen con mucho afecto.

—Desde se punto de vista, ¿qué establece el derecho internacional respecto a los ataques armados contra las instalaciones nucleares de Irán y que son protegidas por la OIEA?
—Sí, fíjate que el Derecho Penal Internacional ya trató de abrir un frente contra Netanyahu, por cierto, con una denuncia respaldada —o hecha— por el presidente Petro, cosa que a nosotros, los venezolanos, nos enorgullece tremendamente. Petro está siendo víctima, quizás por eso. Y ya el presidente Maduro dijo: te quieren Petro. Esa enemistad todos la sabemos: Colombia o Venezuela siempre ha sido más declarativa que de otro tipo. Y oramos a Dios porque eso sea así siempre.
Pero fíjate las consecuencias. Netanyahu tiene abierta una averiguación en la Corte Penal Internacional. Trump debería tener abierta una averiguación en la Corte Celestial. Sin embargo, Trump es —y seguirá siendo— un autor de lesa humanidad, por su convivencia con el presidente de El Salvador y tener gente presa, recuerda que el artículo 7 habla de causar sufrimiento y daño grave.
Y allí hay una lesa humanidad clarita. El problema es que Trump es tanto, que le negó la entrada a Estados Unidos a la antigua fiscal de la Corte Penal Internacional. Estados Unidos históricamente no firma acuerdos, no firma convenios. Las potencias están muy alejadas de que las metan y firmen.
En cambio, Venezuela es un país que tiene una cantidad impresionante de convenios firmados. Actúa en cualquier circunstancia del Derecho Internacional, respetuosa desde el gobierno —de los gobiernos de la dictadura gomecista hasta ahora— Venezuela es un firme creyente en el Derecho Internacional.
Eso nos da la autoridad moral de decir: esto tiene que evolucionar, esto tiene que cambiar. Porque nosotros somos víctimas de agresión de lesa humanidad, para hablar por encima de cosas.
Yo sostenía en otra entrevista —en este mismo diario, la última que hicimos— que el bloqueo es un crimen de agresión. Existe un crimen de agresión. Y esa agresión sigue vigente contra Venezuela, contra Cuba, y ahora quería hacer otra contra Chile. No pudo. Pero él es un agresor. Y yo pienso que algún día pagará su culpa. Él, digo Trump, porque es un descarado.
—Pero, ¿no hay una forma de que la ONU pueda llegar a imponer sanciones a estos países que violan de manera consecuente los tratados internacionales?, ¿o acaso tenemos que esperar a que nazca una nueva orden?
—Estados Unidos no los va a apoyar eso, porque además que Estados Unidos no es firmante en ninguno de los tratados internacionales que han sido firmados por la humanidad entera.
Yo creo que así se encuentra en la forma: necesitamos una nueva estructura. Porque, además, en el juicio de la Corte Penal hay un momento en que el Consejo de Seguridad tiene que aprobar los cargos. O sea, ellos se reservan todo.
Pero, yo siento que, con la pérdida de fuerza —ahora militar y antes económica—, Estados Unidos está dolido cada día. Yo creo que parte de lo que le preocupa a Trump es que es más dependiente, sobre todo, de México y Canadá, y de una cantidad de países vecinos.
Me llama poderosamente la atención que el señor Trump pelea con todo el mundo, pero piropea a la presidenta de México. Y es que él sabe la cantidad de mexicanos que tiene dentro y todo lo que le producen. En estos días creo que dijo que era una señora doctora hermosa e inteligente, una cosa así. O sea, se refiere a ella en unos términos bien respetuosos, que no es su manera de ser. También es que ella se le para firme.
—Entonces, la única forma en que podamos ver los cambios en ese sentido es que se genere una nueva estructura mundial.
—Estamos en el nuevo orden y es lo que está en puja, ¿cuál es el nuevo orden mundial? Sí, es el orden del imperialismo, del sionismo -de las supremacías más que del sionismo-, la supremacía: la raza superior; contra un orden de Primus inter pares, que es el tránsito del Derecho Internacional.
El nuevo orden mundial debe imponerse. Debe imponerse. Y así no tendremos más Milei, seguramente. Ni tendremos un rey que todavía sea franquista.
—¿Irán está en todo su derecho de desligarse o no permitir la entrada de la OIEA?
—Hay varios conceptos de la guerra. Cuando yo estudié Derecho Humanitario —yo soy especialista en Derecho Humanitario, entre otras cosas— hay unas teorías de la guerra. La Iglesia Católica, tres de sus más grandes pensadores, sostiene el principio de la guerra justa. Pareciera mentira, ¿no? Y mira quiénes son: Santo Tomás de Aquino —que es quizás el pensador más grande de la historia después de San Agustín de la Iglesia— teórico, teólogo, músico, cantante... o sea, el tipo era un as del razonamiento. Luego tenemos nada más y nada menos que a San Francisco de Asís, el rey de la paz, y luego San Agustín, que habló de todo y creó toda la doctrina en la Iglesia.
Ellos plantean que hay una guerra justa, que es la guerra defensiva. Hoy hay otros pensadores que dicen que no, que la guerra —y la teoría de la ONU— es “nunca más”. Sea como sea: nunca más. Pero fíjate cómo están derrotados.
Sin embargo, estas teorías de la guerra justa nos permiten pensar que cualquier nación que se sienta en peligro tiene derecho a armarse. Y es un poco, creo, lo que Venezuela está esgrimiendo con la compra de sus armas. O sea, realmente —y también otro récord— Colombia no es un amigo para nosotros hoy. Pero eso es bajo el concepto de la guerra justa, de que si yo me siento... En estos días, 2001, creo que titulaba: “Venezuela estuvo a punto de ser bombardeada”. Yo no he leído el periódico, pero entiendo que titulaba así.
Entonces, eso le da a Venezuela la potestad de poder poner radares, de poder poner... porque tampoco es que entonces tú, por no ir a la guerra, vas a permitir que te agredan. Eso lo desarrolla muy bien Santo Tomás de Aquino. Se llama la guerra justa. Y, como te digo, otros pensadores importantes de la Iglesia piensan eso.
¿Por qué digo la Iglesia? Porque se supone que el mensaje de algunas —de todas— las religiones, entre ellos los judíos y entre ellos los musulmanes, es la paz. Yo, en un mensaje de Mahoma —y tengo el Corán— nunca encontré una justificación en aquella situación. Y en el Antiguo Testamento hay guerras. Habría que verlo de otras maneras.
Pero bajo esos conceptos de la guerra justa, tú tienes derecho al margen. Irán está en el medio del candelero. Ahora, que entre nosotros nos llenan nada más... dirán: “la cara". Pero les insisto: el mundo musulmán —incluyendo Arabia Saudita, que es una potencia económica, Turquía, que es una potencia industrial— caramba, de verdad que son bien atrevidos los israelitas, ¿no?
Porque —por eso te digo— están apaleados. Sea como sea, tienen que pedir un alto al fuego bajo esos criterios supremacistas: “yo soy el pueblo elegido”, que se parecen mucho a los criterios norteamericanos, pero no son lo mismo.

—Hablando de Venezuela, el tema de los migrantes, ¿Qué posibilidades hay de que estos migrantes sean regresados al país?
—Mira, una característica de todo conflicto armado o económico son los refugiados. Y al respecto, el fin de la Segunda Guerra Mundial, se encontró la humanidad con un problema, porque era que los fascistas —por decirlo con su nombre y su apellido— agarraban Italia y te mandaban a Colonia, a Auschwitz, o te mandaban para Terezín, que era en Austria.
Entonces, cuando terminó la guerra, teníamos a Europa repartida por toda Europa: los que no lograron venir a América , porque muchos judíos vinieron especialmente a Nueva York y a Caracas. Lo digo desde el amor: aportaron muchísimo, y aportan muchísimo a estos países. Son muy trabajadores y muy disciplinados. Por eso insisto: hablar de judíos no es hablar de sionistas.
Entonces, se crea ese organismo para tratar de comenzar a ver: “Mira, es que yo tengo un papá perdido”, y empiezan a buscar. “Mira, sí, tu papá anda por allá, vamos a traértelo”, y se crea la UNRRA.
Nosotros estamos en un proceso muy parecido a ese. Están llegando por montones. Lo que supone que Venezuela debe prepararse para eso. Porque no es solo traerlos: es traerlos, hacerles seguimiento, ver cómo están, todo el examen médico, todo el tema de la Fiscalía, y ver si están solicitados o no están solicitados. Eso te implica un crecimiento también en las causas de Derecho Penal, porque gente que nunca habían encontrado, de pronto te lo traen esposadito, y el tipo viene llegando de Virginia. Eso, sumado a la irresponsabilidad —sobre todo— de los que vienen de Estados Unidos.
—La Asamblea Nacional ha declarado como persona non grata al Alto Comisionado de las Naciones Unidas, Volker Türk, y además Venezuela va a solicitar salirse de esa oficina de derechos humanos de la ONU, ¿Cuál es su opinión al respecto?
—Sí, yo pienso que es una posición digna y cierta, porque es que hay un juego entre la ONU y las corporaciones norteamericanas.
De hecho, la gente de la Corte que va a decidir lo del Esequibo viene de las grandes corporaciones norteamericanas. Entonces, uno como que no entiende cómo es eso: es el que no firma los convenios, es el que no respeta los convenios, pero es el que nutre de funcionarios y criterios a la ONU.
Por eso insistimos: el criterio está vencido. Nuestro canciller tiene una posición bien tajante, y después el fiscal general —que, por cierto, es uno de los hombres que más sabe de derechos humanos en este país— respalda con declaraciones muy, pero muy fuertes esa decisión.
Ese informe hecho a priori, es un informe sin venir a Venezuela a consultar qué es lo que está pasando.
Yo pienso que la posición del gobierno es esa: seguir demostrando que nuestra línea es por donde es. Y estoy de acuerdo. Plenamente de acuerdo. Ahora hay que accionar. No hay que convertirse en Trump, no es solo hablar, hay que accionar.
—Ahora bien, ¿cree entonces que, en el futuro inmediato, definitivamente la ONU tiene que cambiar?
—Yo pienso que está cambiando. Porque, además, cambió la relación de poder. Cuando dijeron “alto al fuego”, los tipos aceptaron. Cambió la relación de poder porque ya son los todopoderosos los que están pidiendo taima, como decimos aquí.
—Pero ¿cree que ese alto al fuego que hubo fue porque de repente Trump después que mató al tigre le tuvo miedo al cuero?
—Yo creo que a Trump lo llamaron los sionistas y le dijeron: “Esta guerra va para un solo lado”, y Trump no se quiere meter de frente. Es un problema más estratégico. Yo creo que el perdedor de la guerra es Israel, porque además —tal como te decía— entró Persia, pero todavía faltaba una cantidad de potencias del Medio Oriente y de otras latitudes del mundo, y además de la gran presión internacional. Fíjate: España dividida, la Unión Europea dividida, ya más acercándose a la posición de los palestinos que hacia otros, gracias a la presión de grandes políticos europeos, Latinoamérica, definitivamente del lado de los palestinos. Entonces, ya los políticos estaban derrotados, y con las últimas iniciativas militares, pues... aparte de que el riesgo de que entraran no es grande en potencias progresistas.
— Entonces, ¿En realidad se vio como acorralado?
—Sí, pero yo creo que no le permitieron llegar a eso. Fueron lo suficientemente inteligentes para entender que el mundo árabe venga por ellos completo.

—Israel es considerado por algunos como el verdadero imperio, porque además de manejar los tentáculos económicos, tanto en Estados Unidos como en Europa y en el mundo entero, manejan las grandes corporaciones militares y bancarias.
—Sí, ellos son una potencia, sin duda. Porque además son un país sin fronteras. Entonces, ellos pueden estar en cualquier parte del mundo tributando al gobierno de Israel. Pueden estar lejos, sin necesidad de vivir allá, por lo que tú dices: porque los israelíes no son solo los israelíes.
Pero también hay que recordar que no todos los judíos son sionistas.
—Ahora, ¿ellos usarán este período para recomponerse?
—Sí, para recomponerse de lado y lado. Pero les quiero hacer una reflexión bien bonita: uno de los antecedentes más importantes del derecho de la guerra es venezolano, que es nuestro Gran Mariscal de Ayacucho, Antonio José de Sucre, que no solamente fue un militar de dimensiones —cuando uno ve cómo movió la batalla de Ayacucho, aquello no era cualquier cosa— y el liderazgo para un hombre de tan corta edad...
Sino que, cuando él gana, el virrey le entrega la espada porque capturan al virrey, y el Mariscal Sucre —que todavía no era mariscal en ese momento— en vez de degradarlo, le devuelve su espada y le dice: “Gloria al vencedor y honor al vencido”, y agarra a todos esos soldados presos y los devuelve a España. O sea, no hizo las ejecuciones ni las carnicerías.
Luego, el Tratado de Regularización de la Guerra, donde ya España firma con el ejército de Colombia —sin reconocerlo como país, un poco inexplicable la cosa—, la mano que habla de cómo debe ser una guerra humana es la voz del Gran Mariscal de Ayacucho.
Entonces, quizás uno de los primeros hombres que entendió que la guerra no puede ser una carnicería loca, al estilo como se venía manejando, fue Sucre. Cuando usted estudia Derecho Humanitario, usted tiene que pensar... tiene que pasar por ese pensamiento. Lo que pasa es que, claro, muere tan joven. Tal como le dijo el virrey: “Caramba, general, usted tan joven y con tanta gloria”.
Pensar que en ese momento histórico un hombre pensara de esa manera... y que el genio más grande para nosotros los venezolanos —pero que está reconocido en la humanidad— que es Bolívar, y él se dirá en vez de proponerle convenios a Bolívar... ¡una grandeza de este hombre!
¿Y por qué hubo que asesinarlo? Porque es que el hombre se pierde a esa edad, a los 35, bueno mira allá donde estaba.
¿A dónde hubiera llegado este país con una presidencia de Antonio José?, y lamentablemente para nosotros, él era el vástago que había que cortar.
NAILET ROJAS GARCIA - FOTOGRAFÍAS: ALEJANDRO ÁNGULO / CIUDAD CCS