Rostro de mujer | Estilista con firme sentido social por la gente
María Isabel Maiz Espinoza, manos que embellecen, alma que sirve.
29/06/2025.- Desde los primeros albores de la humanidad, la ciencia y el conocimiento, se han producido profundos cambios en las sociedades. En medio de esas transformaciones, la belleza y la moda han desarrollado un rol importante, permitiendo al ser humano desarrollar habilidades en el arte de mejorar la estampa y figura de la gente en estos tiempos modernos.
La destreza de crear formas exquisitas, estéticas atrayentes y estilos innovadores sobre el cabello de hombres y mujeres, con el propósito de realzar la belleza humana, es el más histórico oficio que una morena del Caribe ejercita desde hace 33 años en la ciudad de Caracas, nos referimos a María Isabel Maiz Espinoza, quien ha tomado esta profesión como el amor de su vida, pues no solo brinda servicios de belleza, sino que también es una fuente de ingreso, emprendimiento y resiliencia.
En el marco del encuentro, María Isabel Maiz Espinoza, relató sus inicios:
Antes de ser estilista, era secretaria ejecutiva, trabajé en varios ministerios, dejé esa profesión porque siempre me gustó la peluquería. Mis clientes me incentivan al ver su satisfacción cuando aplicó mi arte en ellos. Sus sonrisas y expresiones me ayudan a continuar en este campo altamente competitivo.
A pesar de los miles de mitos que existen acerca de los cambios estéticos, para esta venezolana es necesario impulsar a las personas a trabajar en su aspecto físico. Confesó que en ocasiones sus clientes han llegado deprimidos, con problemas personales y baja autoestima, terminan contando sus historias de vida y ella trata de hacerles el momento más agradable, mientras están en su silla para un cambio de look.
A veces es inevitable no cargarse. Una vez llegó una paciente de cáncer al negocio, ella me transmitió su dolor, al irse comencé a llorar. Uno se queja, pero debemos ser agradecidos con Dios, pues hay personas que están pasando por circunstancias de vida muy fuertes; para liberarme de todas esas tensiones mi aliciente es escuchar música cuando llego a casa, reflexionó María Isabel Maiz Espinoza.
La experta en el arte de la peluquería narró a Rostro de mujer que, si pudiera retroceder el tiempo, volvería a vivir su niñez, “a pesar que fue una época de restricciones, de pedir permiso, era la mejor educación que podría vivir. Sin lugar a duda en esa etapa fui muy feliz con mis treshermanos y mis padres”.
Al ser consultada si ha sido blanco del racismo por su color de piel, expresó que hace un tiempo, mientras laboraba en Plaza Venezuela, en una peluquería, cuyo propietario era un judío, “vino un señor italiano que se sentó en la silla donde yo atendía a los clientes, al verme dijo: "No me voy a arreglar con ella, porque a mí no me gustan las personas de piel morena", pero el dueño le respondió: "Tú no sabes el privilegio de atenderte con una persona como ella, yo lo tomé con tranquilidad y lo supe sobrellevar”.
Seguidamente indicó que
no soy una persona que me dejo llevar por los comentarios de los demás, soy en ese aspecto como se dice en criollo antiparabólica, me siento en mi sitio de trabajo para ayudar a mejorar la imagen y darles una buena energía a mis clientes.
María Isabel Maiz Espinoza no solo demuestra su destreza y habilidad en el mundo de la belleza, sino un alto sentido de los principios y valores humanos, compartió una humilde cátedra de ética profesional que va de la mano con la integridad personal, pues para ella “estos son pilares primordiales para un estilista, que implica comportarse con honestidad, respeto y responsabilidad, allí está el éxito de esta profesión”.
A sus 62 años de edad, esta madre de dos hijos llamados Karelys y Antonio José, confesó que es una mujer resiliente, que ha podido superar los desafíos de la vida.
Recientemente mi hija, que se encuentra en Bogotá, Colombia, me dijo que se sentía orgullosa de que fuera su mamá, pues a pesar de todo y por todo lo que he pasado siempre he luchado y he tenido una sonrisa en mi rostro, esa valoración está presente y me incentiva a seguir adelante.
Su sueño es lograr tener su propio salón de peluquería, “aunque el panorama es difícil, tengo la certeza de que con esfuerzo, voluntad y fe lograré mi propósito, mientras tenga la fuerza y la salud, seguiré poniendo mi grano de arena a través de mi talento y creatividad a favor de esta tierra llamada Venezuela”.
No cabe duda, que su legado es recordar que, más allá de las tijeras y el peine, un buen profesional lleva consigo el poder de escuchar, sanar y hacer sonreír.
Nirman García
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