Vitrina de nimiedades | Periodismo o volver a la raíz

28/06/2025.- Además de servir como buena excusa para celebrar, el Día del Periodista también vale para la discusión sobre el futuro de la profesión. Por estos días abundan espacios de debate sobre el devenir de la actividad, generalmente centrados en las grandes preocupaciones de hoy: inteligencia artificial, redes sociales, seguridad del periodista, confianza de las audiencias… Es lógico, hay suficientes señales para preocuparse.

Las pruebas llegan por distintas vías. El Digital News Report 2025, del Instituto Reuters, hace su contribución. De acuerdo con el estudio, desarrollado en 48 países, solo 4 de cada 10 usuarios de medios confían en las noticias que reciben. Aunque los medios de comunicación están entre las fuentes más comunes de verificación de información, no son la principal referencia, sino los sitios web oficiales, los sitios especializados o Wikipedia.

Mención especial merecen las fake news, un terreno movedizo para las audiencias. De acuerdo con el estudio, un 58% de los encuestados reconoce que no es capaz de diferenciar un bulo de una información real, un problema estrechamente relacionado con el declive de la confianza hacia el sistema de medios. Esta incertidumbre potencia la capacidad viral de las noticias falsas, que tienen una potente herramienta viralizadora en las plataformas de mensajería instantánea. Paradójicamente, el periodismo también busca conquistar esos entornos, corriendo el riesgo de saturar. Quién sabe cuántos canales informativos en Telegram o WhatsApp terminaron silenciados por lectores hartos de datos.

La prevalencia de la preocupación por reconstruir la visibilidad y la credibilidad del periodismo no es evidencia exclusiva del Digital News Report. Una revisión muy rápida en sitios web y redes nos arroja una amplia agenda de actividades, promovidas por actores de distintas corrientes de pensamiento, que confirma la inquietud ante el impacto generado por la reconfiguración del sistema mediático. El surgimiento de nuevos referentes, como los influenciadores de noticias o el diálogo directo entre especialistas y audiencias, lleva a sopesar cuál es el papel que debemos jugar hoy cuando, probablemente, la gente común no esté buscando conocer qué sucede en el mundo, sino validar su "realidad".

La agenda de la crisis del periodismo está incompleta si no se considera el factor económico. La sostenibilidad de los grandes medios de comunicación, que han apelado a las suscripciones como vía para obtener los ingresos que ya no llegan por publicidad, impacta en sus capacidades de innovación y expansión. Si se trata de proyectos periodísticos particulares, la dificultad de sostener un modelo de negocios y el riesgo que implican ciertas fuentes de financiamiento ponen contra las cuerdas a más de un reportero deseoso de cumplir la misión de sus sueños profesionales. Basta mencionar el escándalo sobre fondos otorgados por la Usaid para comprender el panorama.

Frente a todos esos problemas parece quedar opacado un asunto clave: ¿cómo se aproxima el periodista a los desafíos nacionales e internacionales? ¿Hasta dónde es capaz de leer y explicar desde el periodismo el escenario belicista de hoy? ¿Cómo se están contando hoy conflictos como la migración en el mundo o el genocidio en Gaza? En Venezuela, ¿cuántas miradas hay sobre nuestra realidad? ¿Cuántas nos ayudan a verla en su totalidad? Quizás si hacemos un contenido más humano, más cercano, podríamos ganarle una batalla al yugo tecnológico. Volver a la raíz es clave.

 

Rosa E. Pellegrino


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