Historia viva | El espejo de la guerra

25/06/2025.- Las andanadas de mentiras desplegadas masivamente en medios convencionales y redes sociales que han promovido Estados Unidos e Israel traspasan el límite de las extravagancias, basta solo un mínimo ejercicio de memoria para reconocer que la supuesta “amenaza nuclear” con la que han acusado a Irán esconde el verdadero interés de las grandes corporaciones y del Gobierno norteamericano, que es el control energético mundial cuyo gran porcentaje se ubica en el Medio Oriente.

Entre el 20 y 30% del consumo de hidrocarburos (petróleo y gas) en el mundo circula a través del estrecho de Ormuz, solamente Irán suministra a China el 90% de su producción energética, con lo que Estados Unidos pretende golpear al gigante asiático como parte de su guerra económica al provocar el cierre de esa vía de circulación marítima, pero inculpando a Irán de ello.

En la década de los 80, ante las advertencias proferidas por Estados Unidos, Irán amenazó con bloquear el estrecho de Ormuz, lo que no llegó a producirse entonces, pero en esta oportunidad Donald Trump ordenó bombardear instalaciones nucleares iraníes y ello constituye un acto declaratorio de guerra, por lo que el país persa tiene el derecho de defenderse de manera legítima, valorando la provocación táctica de Estados Unidos.

De manera aparatosa el secretario de Estado, Marco Rubio, advirtió a China que “el cierre del estrecho de Ormuz por parte de Irán equivaldría a un "suicidio económico" y pidió a China que intervenga”. Esta estrafalaria declaración ofrece una lectura ambigua de los mandatarios estadounidenses cuando son ellos los que deberían cesar los ataques directos e indirectos a través de sus sirvientes sionistas en Israel contra Irán y China.

Todos estos escenarios han permitido auscultar la capacidad de cinismo extremo y desfachatez del gobierno imperial de Trump por asegurarse el mercado petrolero, sobre todo cuando pensaron que sería “fácil” y rápido sacar del camino a Irán, tal cual lo hicieron con Irak y Libia, el resultado es la respuesta misilística más impresionante de los persas. Todo apunta a que, en aras de obligar la retirada de Estados Unidos como amenaza a Irán, el estrecho de Ormuz podría ser minado como candado estratégico, a pesar de las pérdidas que esto significa para China.

Entonces los chinos se verán en la obligación de activar sus mecanismos tácticos de presión contra Estados Unidos como agresor directo contra Irán e indirecto contra China, si es que los miembros de los Brics reaccionan de manera conjunta y contundente como mecanismo de presión a Estados Unidos, que internamente tiene “bombas “sociales en procesos de explosión por la represión contra migrantes y las protestas contra la guerra.

El silencio paciente de China tiene códigos que apenas se muestran a través de sus voceros cuando han señalado la agresión de Estados Unidos como un atentado a la paz mundial, pero hasta que no le muestren las dientes y muerdan a los norteamericanos, estos no escarmientan y el desastre mundial de un ataque nuclear contra Irán está en la agenda de Trump, una verdadera locura.

Este nuevo conflicto cambia segundo a segundo por lo impredecible de las políticas secretas de Trump y la contrainteligencia israelí; sin embargo, el ministro de la Defensa de Venezuela advirtió al Alto Mando Militar venezolano estar alertas porque de desatarse una escalada mundial, el petróleo venezolano será la presa a perseguir por los cazas norteamericanos, por ello es que el Comando Sur del Pentágono ha hecho una enorme inversión en la infraestructura aeroportuaria militar en Guyana con tres grandes pistas en el norte, al centro el aeródromo Brigadier Gary Beaton (frente a San Martín de Turumbang, Venezuela) y el aeropuerto Kaieteur y en Lethem, al sur de la Guayana Esequiba. Una amenaza latente que ha sido ensayada por el Comando Sur hasta la saciedad desde la región marítima al norte de Colombia hasta la zona selvática del noreste de Brasil desde 2023.

Un escenario posible es que Venezuela supla al mercado petrolero en caso del cierre del estrecho de Ormuz con un barril que sobrepasaría los 200$; el otro es que ante las hostilidades manifiestas por el Gobierno norteamericano contra Venezuela quieran intentar una salida violenta que traería consecuencias impredecibles para el mundo.

Al jugar con el caos, Estados Unidos pone en peligro la estabilidad mundial, creando amenazas y “guerras preventivas” donde no hay razones para ese fin, salvo que sean un entramado de falsedades para hacerse con el mercado petrolero mundial.

El profesor Bader Al-Saif, de la Universidad de Kuwait, especializado en geopolítica de la Península Arábiga, señaló a la BBC que esta guerra "tendría consecuencias directas en los mercados mundiales, porque veremos un repunte en el precio del petróleo y veremos que los mercados bursátiles reaccionarán con mucho nerviosismo ante lo que está sucediendo". Las consecuencias en fatalidades humanas de esta guerra ya son lamentables y aún más impredecibles, dada la destrucción que en Medio Oriente y especialmente en Palestina, Israel e Irán, estos escenarios de guerra son las primeras pruebas para la Organización Internacional de Mediación recientemente creada.

 

Aldemaro Barrios Romero

 

 

 


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