Memorias de un escuálido en decadencia | Guerra

20/06/2025.- ¡Se armó el peo! Nosotros, desde el primer gobierno del compañero Trump, pidiendo invasión y todo lo que se pudiera hacer para salir de esta dictadura, y ahora en todos esos países cayendo misiles y fuego al cañón, y dale que no viene nadie. Allí están los compañeros de Israel queriendo acabar con la dictadura de los iraníes y el compañero Zelenski solo contra Rusia, y nosotros esperando que Trump se deje de pendejadas y diga: “De todas las opciones que estaban sobre la mesa, la única opción que queda es esta: Guerra”. Y listo, a celebrar que vienen los marines que enviaron a Los Ángeles a liberarnos y a traernos la democracia que es el principal valor que, nosotros, y todos los países del mundo, menos los comunistas, claro, deseamos que haya siempre. Eso que estamos viendo sí son vainas serias; en cambio, lo que nosotros quisimos hacer aquí da vergüenza, dígame esa vaina que se llamó la Operación Gedeón, no me jodan, hasta unos desnutridos pescadores nos derrotaron por pendejos, es que no sabemos hacer las vainas. También antes hubo una comedia en la frontera donde algunos compañeros se fueron a putear a los moteles de Colombia, y después los hombres de la dictadura, con esa cosa que llaman ahora fusión militar, policial, popular, nos jodieron y bien jodidos. Y lo del 30 de abril fue una comiquita, el único que salió a disfrutar de la poesía, fue el poeta Leopoldo López, que está allá, en el barrio Salamanca luchando a brazo partido contra esta dictadura.

Es verdad que uno quiere salir de esta dictadura a como dé lugar, pero tampoco la vaina es como le dijo la compañera María —Súmate— Machado al compañero Napoleón —Buenos días, Venezuela— Bravo, que la dictadura estaba fabricando drones y que desde aquí salían para Irán porque somos el principal socio de esa gente. ¡Coño!, por favor, tampoco la vaina es así, porque lo que estamos mostrando es un desespero del carajo, que es verdad que estamos desesperados desde hace mucho tiempo, pero coño, decir una vaina de esas es traición a lo que esta dictadura ha dejado de patria. Hay que aguantarse. Esas vainas se piensan pero no se dicen, como nos decía siempre el compañero Ismael —Talanquera— García cada vez que iba a saltar una talanquera. Es verdad que hemos pedido invasión y un montón de sanciones que, por cierto, la gente del Gobierno y un viceministro, que es el encargado de esa vaina, dice que eso no se llama sanciones, eso se llama medidas coercitivas unilaterales; ¡qué arrechos!, los de la dictadura quieren embellecer con palabras una vaina que está clara, estás sancionado y sancionado te quedaste, y no jodas más, viceministro.

Y uno persiguiendo al dólar para ver si en algún momento lo alcanzamos, y ese dólar se va elevando y se va elevando. Pero, mientras tanto, el dictador llama a los gobernadores y diputados para explicarles en un taller cómo deben vincular las 7 transformaciones con las vainas que van a hacer. Desde que arrancó la dictadura, en 1999, están haciendo talleres para planificar e investigar vainas. En 2004, el dictador anterior, hizo un taller de planificación estratégica con los ministros en la Academia Militar, porque desde ahí nos convertimos en un país militarizado, y nadie aprendió un carajo, hasta un libro de planificación le regaló a los ministros para ver si lo leían, aunque el dictador estaba seguro de que ese libro no lo iba a leer nadie, como este del G7, perdón, de las 7T. Unos carajos que nunca han estudiado y ahora los ponen a estudiar. Ese montón de diputados y gobernadores que casi ninguno es profesional, ¿cómo van a saber lo que es el pensamiento estratégico de la circunvalación cóncava? Estamos nadando en la ignorancia más rancia.

El papá de Margot llegó gritando al apartamento: “Guerra, guerra, quiero ver guerra, eso sí, en otros países, aquí ni de vaina. Hay guerras en todas partes, menos aquí, y esa vaina hay que decirlo, se lo debemos al dictador que está en Miraflores”. Y se fue al cuarto y agarró la puerta y le metió ese coñazo tan duro que la vecina salió gritando: “Vete a hacer la cola de la gasolina para ver si pasas dos meses sin venir, desgraciado”.

—Madre, si me matan, dile a los soldados que te den tu muerto—, me declama Margot.

Roberto Malaver

 

 

 

 

 

 


Noticias Relacionadas