16/06/25.- El 16 de junio de 1822, en medio de cohetes, fuegos artificiales y repiques de campanas, el Libertador Simón Bolívar conoció a Manuela Sáenz, una destacada prócer de la historia independentista de Ecuador y la Patria Grande, quien se convertiría en el gran amor de su vida y su más fiel defensora.

El presidente Nicolás Maduro recordó a través de una publicación en Telegram, que hace 203 años ocurrió un hecho que marcaría la historia de Suramérica “mientras Simón Bolívar entraba en Quito, su victoria se amplificó cuando en un recoveco del camino se encontró con la sonrisa de Manuela Sáenz, quien lo baña en flores y vítores”.

El mandatario aseguró que en ese momento “nació un vínculo profundo de amor, patriotismo y lucha por nuestra Suramérica”.

Enalteció el importante papel de Manuela en la vida de Bolívar, “la guerrera incansable, la coronela que participó en la Batalla de Pichincha, la antioligárquica, la antisantanderista. Manuela fue más que su confidente; la rebelde que desafió conveniencias y defendió la libertad”, al tiempo que destacó su legado que trasciende el tiempo y que sigue inspirando a los pueblos.

“Hoy, con su amor brillando en las pupilas de nuestros niños, niñas y jóvenes, que admiran su trayectoria llena de hermosura, seguimos construyendo las victorias del siglo XXI para Venezuela y la Patria Grande. ¡Que el amor de Simón y Manuela nos guíe en cada paso que damos!”, concluyó seguido de un audiovisual.

La historiografía del siglo XIX se encargaría de omitir la presencia de esta mujer en el círculo de Bolívar. Pese a ello la misma historia se vio en la necesidad de otorgarle a Manuela Sáenz la categoría de heroína.

Su papel en la lucha independentista ha sido reivindicado y ahora su enorme rol en la gesta emancipadora de América Latina, es admirado y estudiado.

CIUDAD CCS