Psicosoma | Caminares estelares

En el devenir de la vida marchamos con muchas incógnitas y más al anuncio de embarazos y nacimientos que se suscitan al año en el ambiente familiar.

El asombro e incertidumbre nos posee y dejamos al viento buenos augurios para cada maternidad de la hija o el hijo. Fluye el amor en cada proceso desde el primer instante de estar ´´ en estado de gracia´´ y nada es más importante al llevar la barriga y carcajear al llamado ´´barrigona´´ ; solo es estar pendiente de la nueva vida.

Cada maternidad me lleva a mi primera barriga, a recordar los primeros tres meses con los cambios físicos y psicológicos y, esa primera vez del embarazo, en búsqueda de la primogénita, del deseo de una niña, nombres y primer vestido iluminado que vi en Korda modas al salir del Hospital Clínico Universitario. Nada me era imposible al seguir con mis estudios, cantar en el coro de la Facultad de Humanidades, nadar en la piscina, dar vueltas en el al Olímpico con la única condición de abandonar la escritura, la poesía y así , muy fiel a mi promesa me mantuve lejos de todo lo que oliera Arte, recitales, talleres ; era tan único esa forma de ser al transformar mi cuerpo, alma que no había forma de tomar un lápiz,; vivía mis transformaciones, sueños en trance.

Esas promesas juveniles tenían que tener un costo y, es que ahora reflexiono al revivir, al percibir a la ’’barrigona´´, a mi hijo embarazado en pleno día del padre, que la cuida y toca el piano ‘’Claro de luna’’ al vientre lunar en medio del mundo acuoso y escuchamos tranquilas al movimiento de sus dedos largos, finos con una sagrada intimidad, silencio del mundo familiar. Decir ´barrigona´´ me lleva recordar a mis profesoras Ligia Montañez, Alicia Gallegos de Lozada y luego, el divorcio, traumas que sin Elisa Jiménez no podría haber seguido viva y, como vienen esas voces protectoras, porque nunca tuve la presencia física de mamá, solo cartas certificadas con el consejo de la santa fidelidad al marido ‘’ un hombre, es un hombre y siempre te representa, vayas donde vayas´´. Así era el amor en esos tiempos y Hoy, la vida en pareja es cada vez mejor, porque el hombre no solo es el proveedor, es la fuente nutricia del cuido y protege a la familia; es el compañero, amigo, camarada…

Todavía me deslumbran´´ la barrigonas’’ y es inevitable palparlas, sentir latidos y,hoy en el día del Padre celebro a mi hijo que espera a su hijo y nos abrazamos al recuerdo del gran padre ejemplar que fue mi esposo, quien falleció hace siete años en el día del padre. Mis amigas siempre le decían, en especial Castalia que ´´Nómar es una gran madre padre´´.

En en el´´camino de las bendiciones´´ realizado por la espiritual doula Montserrat, vamos al ritual penúltimo de la pareja embarazada y, nos ‘’abrimos’’ a celebrar con la Doula, en una ronda íntima con nuestros deseos y bendiciones al embarazo de mi linda nuera, a quien honramos con mantras, oraciones, deseos al proceso del embarazo y próximo nacimiento. Más allá del ver, percibimos impregnados de amor, al latido del nuevo ser y no hay espacio tiempo que no haya incidido en nuestra familia. Son incontables las circunstancias de mis antojos inesperados, -impulso a beber leche, comer chocolates…

 La sencillez del ritual navegan con sus imágenes, del catorce de junio en plena luna rosada con los poderes sacros del fuego, agua, aire, tierra que nos conectan al foco de la vela morada cual cetro de la iluminada madre con su corona de flores siempreviva en lilas celestiales, con las velas encendidas pedíamos concentrados, y luego, ella nos preguntaba por los colores elegidos al escribir en cartulinas triangulares los deseos, contar por la música ofrecida, los motivos, y todo iba en orden familiar: al lado izquierdo la madre y derecho el padre junto a su mamá, luego el hermano y abuela seguían a su madre. Digo esto porque en los rituales de sanación el orden es básico con el encendido de las velas, nada está al azar y la matrona o guía espiritual, terapeuta, psicóloga chamana, curandera centra su discurso frente al participante, en círculos pequeños: y así, vamos hablando y ofrecemos con cintillos cada deseo, el cual es amarrado al velón morado, vínculo espiritual e intuitivo y los participantes acompañamos al vientre luminoso, pronto a nacer y crece en crece al fuego sagrado del amor, la vida, del silencio reparador y escritos que nos llevan a espacios desconocidos que se instalan al desear que el viaje estelar traiga luminosidad, comprensión, salud, paciencia, sabiduría al retornar al planeta tierra con más compasión humana, conciencia, serenidad e intuición.

´´ Reposa, reposa el cielo en tu barriguita de esperanzas´´.

 Rosa Anca

 

 

 

 

 

 

 

 

 


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