Palabr(ar)ota | Uslar Pietri: trilogía de dos

14/06/2025.- Arturo Uslar Pietri forja en Un retrato en la geografía (1962) y Estación de máscaras (1964), piezas olvidadas de su trilogía inconclusa El laberinto de la fortuna, una visión radical del petróleo, que no reside en el conocido campo petrolero, sino en el aire contaminado de nuevorriquismo que respira toda la sociedad venezolana.

Mientras las usuales novelas del petróleo documentan campamentos y conflictos obreros, Uslar desnuda la metástasis cultural del crudo: su poder para deformar deseos, pudrir éticas y vaciar las palabras de sentido.

En Un retrato en la geografía, la Caracas de los años cincuenta no muestra taladros, pero el crudo corroe sus entrañas. Los personajes —abogados, empresarios especuladores, burócratas— son monstruos generados por la renta petrolera: beben whisky importado, trafican con tierras que jamás cultivarán y adoran lo extranjero. Así, pues, Uslar no describe pozos, expone sus secuelas.

No por casualidad el siguiente es el párrafo más citado de Estación de máscaras; un verdadero diagnóstico forense de la enfermedad nacional:

“...todo es petróleo, todo esto es petróleo, todos nosotros somos petróleo. Esa orquesta tan chillona toca con petróleo, aquella mujer, vestida con esa seda blanca demasiado brillante, que parece un forro de urna mortuoria, es petróleo. Este whisky es petróleo. Esta noche es petróleo. Y hasta estas palabras que estamos hablando son petróleo”.

Apunta Uslar a la reconfiguración de los hábitos más íntimos del venezolano producto del crudo. Lo que subyace es su eterna propuesta de “sembrar el petróleo” y su no menos persistente crítica al rentismo, a la prosperidad sin esfuerzo y a la viveza criolla.

Quizá sin proponérselo, Uslar redefine en estas dos obras nuestro concepto de novela del petróleo, pues al mene se le nombra, en ambos libros, en muy contadas ocasiones, lo que percibimos por medio de la anécdota son todos efectos de la avalancha de dinero que se precipitó sobre el país sin previo aviso. Y no hay ámbito de la vida nacional que no responda al influjo de la marea negra que todo lo inunda, sea la política, los negocios o la familia.

Dos novelas que reconducen toda la obra narrativa de Uslar Pietri, quien hasta ese momento se había concentrado en narrar eventos de una historia remota.

Un retrato en la geografía y Estación de máscaras son dos novelas que el olvido convirtió en una verdadera curiosidad, y en las que el lector podrá experimentar algunas novedades imposibles de encontrar en los libros anteriores del escritor. Novedad como, por ejemplo, ver al circunspecto Uslar acercarse a escenas eróticas que, como en las antiguas telenovelas, cambian repentinamente de locación.

En fin, si es verdad que la prosa de estas obras puede por momentos resultar pesada, entre otros motivos porque Uslar no sabe administrar y contener su portentoso bagaje cultural, no puede tampoco negarse que están llenas de personajes interesantes y bien construidos, y que hay en ella un retrato complejo de la Venezuela de la primara mitad del siglo XX.

Cósimo Mandrillo

 

 

 

 

 

 

 


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