Al derecho y al revés | Demócratas asesinando la democracia
11/06/2025.- Así como a finales del siglo XVIII se veía agotado el sistema político de las monarquías absolutas, que con el aval de los papas reinaban desde que un emperador romano se convirtió al cristianismo, así se ven cojitrancas las democracias actuales.
Todas, porque no vale la pena discutir, como los sabios de Bizancio, si determinado régimen es o no democrático, para salvar a unos y condenar a otros.
A mi entender, basta con que un gobernante adopte el cognomento de "demócrata" para que hasta cierto punto lo sea. Total, eso no garantiza nada…
El asunto no es si el gordito que gobierna Corea del Norte, el presidente de Bolivia o Donald Trump —para dejar en paz a Nicolás Maduro— son o no demócratas. El común denominador es que poco a poco la democracia —llámese liberal, social o islámica— pierde seguidores, pero no por culpa de ese sistema de elegir mandamases mediante el voto, sino porque los demócratas, a causa de sus acciones más bien delictuosas, no llenan las aspiraciones que desatan antes de acceder al poder. Y muchas veces dan pena.
Si de casos se trata, basta recordar algunos recientes, como el del presidente Arce, de Bolivia.
Arce llegó a la presidencia después que fue desalojada del poder la malandra que le dio un golpe de Estado a Evo Morales. Este, por no haber seguido el consejo de don Pepe Mujica, que le recomendaba al boliviano dejar la Constitución como estaba, sin reelección más allá del segundo término —y por seguir los consejos y tener el apoyo económico de Hugo Chávez—, modificó democráticamente la Constitución y, de paso, arruinó una carrera distinguida para terminar acusado de pedofilia.
El demócrata Arce llega al poder en medio del mayor precio del litio, lo que auguraba buenos tiempos para el país. Allí estaba todo previamente negociado para aprovechar la coyuntura favorable, pero no: el democrático Arce cambia de socio para el litio, pierde tiempo en medio de acusaciones de corrupción, no llega a nada y termina dividiendo al partido de Evo, quien es inhabilitado.
Resultado: Arce, democráticamente, acaba con el boom económico boliviano, cae estrepitosamente en las encuestas y su candidato no llega al 3%.
Pero, claro, eso se suponía que sucedía solo en el tercer mundo, no en los países poderosos… y así era hasta que regresa Trump al poder, cuando la democracia yanqui elige al último populista.
Donald Trump, a menos de cien días de gobierno, se pelea con Elon Musk por motivos que no tienen que ver con otra cosa que no sea el dinero de negocios multimegamillonarios en dólares, que el catire prefiere que los gane su yerno.
De paso, violando Trump todas las reglas del derecho, amenaza con deportar a casi medio millón de venezolanos que viven legalmente en Estados Unidos para ofrecerlos, cual esclavos modernos, al empresariado yanqui, que ahora tiene un pretexto para rebajarles el salario a cuenta "del peligro de verse la empresa involucrada en el delito de tener empleado a un latino, y, para colmo, venezolano". Esto ha provocado que California amenace con salirse de la Unión.
Pero si de maldades contra su pueblo se trata, vale la pena viajar a España, donde el PSOE, a cuenta de demócrata y socialista, se reparte el botín del Estado con el PP de Rajoy, mientras el pueblo español va en picada, también a causa de otros "demócratas".
Casos se ven en todos los países donde se gobierna en democracia, lo que va erosionando la credibilidad del sistema y, si no hay cambios, en el siglo que viene, la democracia será asunto del pasado.
Domingo Alberto Rangel