Ad libitum | Magdalena Sánchez: una entrevista malandra
No es buen síntoma que los jóvenes no sepan quiénes son nuestros artistas
07/06/2025.- Tenía trece años cuando conocí a Magdalena Sánchez. Lamento profundamente no haber tenido idea alguna de quién era aquella señora gorda y bajita que estaba frente a mí, hablándome de logros y triunfos artísticos que me eran totalmente ajenos. Un amigo de mi padre nos llevó hasta su casa, en el sector Los Corales del estado Vargas. Era una vivienda sencilla, de color blanco, de tipo prefabricada, que le había regalado Carlos Andrés Pérez, donde vivía con su esposo, con mucha austeridad.
No recuerdo por qué los adultos me dejaron solo por un momento con la doña, pero me sentí incómodo al no saber qué responderle cuando me preguntó si sabía quién era ella y si conocía su música. Luego me mostró sus álbumes de fotos, de los cuales todavía recuerdo espectaculares imágenes con personajes como Celia Cruz y otras de flemáticos recibimientos en aeropuertos del mundo.
Hace meses pude leer la entrevista que le realizó Nelson Hippolyte Ortega para su libro Entrevistas malandras (Grijalbo, 2010). La Magdalena Sánchez de esa época es la misma de mis recuerdos. Es la imagen del mito olvidado que luchaba, como diría Ilan Chester en su canción Por la economía, y que se abrazaba a su glorioso pasado. Quizás lo haría para no sucumbir a la idea de que todo fue en vano, al percatarse de que el país la había olvidado, de que muy pocos tenían noción de su arte, que marcó una época y representó el gentilicio nacional en el exterior.
En su entrevista con Nelson Hippolyte, deja en el aire el tema del veto que sufrió en nuestro medio artístico al caer la dictadura de Marcos Pérez Jiménez. No es un mito, ni una leyenda, es un hecho real y comprobable la existencia de una lista negra para excluir a los artistas acusados de ser acólitos del régimen perezjimenista, así como otra lista excluyente para los actores y cantantes que se negaron a hacer campaña por Rómulo Betancourt. Gente como Magdalena y Rafael Montaño fueron víctimas de sus propios compañeros de gremio, pero esa es otra historia que un día habrá de ser contada…
No es buen síntoma que un joven de trece años no sepa quién es la más importante cantante de música folklórica de su país, pero sí esté informado de los éxitos de The Rolling Stones, The Beatles o la reina de la música tejana. Hay un trabajo por hacer en los medios, fundamentalmente en la televisión, para mostrarles a las nuevas generaciones los rostros de nuestra cultura.
Luis Ugueto Liendo