Mundo Alerta | Redes sociales y seguridad de Estado: la batalla global
02/06/2025.- En su acepción más elemental, política es el conjunto de ideas utilizadas para formar al Estado, la sociedad y las organizaciones o grupos de personas que ejercen o tratan de ejercer el poder. En una interpretación más dinámica —además de todo lo anterior— también significa lucha por el poder o contra el poder, apelando a la fuerza o a la opinión pública (prensa). La disputa se mantiene viva desde hace 500 años, cuando el gobierno de entonces (la Iglesia) impuso la censura a Johannes Gutenberg, inventor de la imprenta, por publicar la Biblia. La confrontación evolucionó —o involucionó— hasta convertirse en las redes sociales, una inocente distracción masiva sin control oficial.
Solo a partir del último cuarto de siglo se ha podido descubrir lo que realmente es y lo que podrá ser en el futuro este enorme espacio digital: un poder social autónomo que cuenta, en principio, con un número de seguidores varios millones de veces superior al de todas las organizaciones partidistas en conjunto, en cualquier país. Vale decir, que una manipulación directa o indirecta de los administradores de la red podría generar cambios y conflictos difíciles de controlar por parte de los liderazgos políticos y gubernamentales, y eso, ya son palabras mayores en un mundo occidental extremadamente vulnerable, donde las mayorías son relativas porque se desgastan rápidamente al asumir el poder. Y, más allá de los celos gubernamentales, el gigantesco espacio digital que “custodian” las redes sociales creó lo que ninguna democracia del mundo pudo lograr hasta ahora: la libertad de expresión absoluta, un derecho que hace feliz a toda la sociedad, pero que también implica amenazas restrictivas por parte de los gobiernos: intervención, regulación, censura, o todo a la vez.
En ese contexto el caso de Telegram podría ser una señal exploratoria de la Unión Europea a más de una veintena de países encabezados por Australia, que mantienen en suspenso proyectos de leyes y decretos para regular o intervenir las redes sociales, mientras evalúan casi en secreto el costo político y jurídico de su aplicación. Lo que sí se puede pronosticar desde ahora es que se prolongará por mucho tiempo esta guerra entre el Estado y los 5.220 millones de usuarios de las redes sociales, es decir, 67,5% de la población mundial. Por ahora resulta difícil predecir qué país empuñará la honda de David contra el Goliat digital.
Pável Durov: ¿David o Goliat?
Raúl Pineda