Cine para llevar | El poder del cine

Las ficciones te obligan a pensar, te empujan a mirar la vida desde otras perspectivas

30/05/2025.- En estos días escuché a una motivadora de TikTok recomendar no ver ficciones. Decía que era nocivo "perder el tiempo ocupado en la vida ajena" y que más bien era necesario estar atento a la propia existencia, para lograrlo había que evitar las series de Netflix y otras plataformas de streaming.

Cuando terminé de escucharla no pude hacer otra cosa que sepultar su cuenta dándole al botón de "no me interesa", esperando que el algoritmo no me muestre su contenido nunca más.

Obviamente no estoy de acuerdo con lo que dijo, en primer lugar, porque me dedico a lo que me dedico: a ver películas y no porque escriba sobre ellas o porque estudié literatura y vi talleres de análisis de cine en la universidad, simplemente porque a eso me he dedicado toda mi vida: a consumir historias, a intentar comprender mi vida y la ajena a través de los relatos de las pantallas (grandes y chicas) y de los libros.

En segundo porque estoy convencida de que las películas, las series y las ficciones en general no te impiden ocuparte de tu vida, existen precisamente para eso, para acompañarte a descubrirla con mayores herramientas. El cine y la literatura (novelas, cuentos) no son simples entretenimientos, pueden ser una clase de historia, un viaje, la posibilidad de visitar lugares cuando no tienes presupuesto para hacerlo físicamente. Son un modo de acercarte a parcelas de la realidad (del pasado, del presente) que nada tienen que ver contigo, pero te pueden enseñar mucho.

A diferencia de lo que la gente cree, las ficciones no te obnubilan el pensamiento, más bien te abren los ojos, te obligan a pensar, te empujan a mirar la vida desde otras perspectivas.

La vida cotidiana suele ser muy vulgar, incluso la de aquellas personas que tienen bienes de fortuna y posibilidades para disfrutar experiencias diferentes cada día de la semana. Nadie, ni un actor de Hollywood o un multimillonario debería prescindir del conocimiento que te brinda asomarte a la casa ajena para ver otro mundo, mejor o peor que el tuyo.

El cine funciona como esa posibilidad, la de vivir parcelas de existencias ajenas como si fuesen tuyas al menos por ratos, lo que te permite apropiarte de ideas y conocimientos que por ti mismo es imposible obtener, por una razón: tienes una sola vida y nunca da para tanto.

Es por ello que, además del factor entretenimiento y la posibilidad de desconexión que ofrece una buena ficción, estas son una invitación a dejarse llevar por la imaginación, a soñar. Además también son una forma de compañía, muchas veces los personajes de ficción son mejores amigos que los del mundo real.

Viendo películas y series el pobre puede entender las cuitas del rico, el millonario podrá acercarse a los problemas de los profesionales sin empleo, un viajero podrá comprender a quienes no les gusta la vida nómada.

Las historias no son una forma de estar quietos y aburridos mirando a otros hacer, como dijo la chica que escuché en TikTok, por el contrario, ver a otros, es una invitación a la acción, es una forma de potenciar tu espíritu crítico y aventurero.

Luisa Ugueto Liendo

Instagram: @luisauguetocolumnista

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 


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