Crónicas y delirios | Geografía en tono de despecho
23/05/2025.-
—Buenos tardes, doña, ¿se encuentra Mary Güitar?
—¿Quién la busca por estos Apartaderos, si tiene la bondad?
—Me llamo Pedro González, mejor conocido en los altos fondos como el Bachiller, y quiero hablar urgentemente con esa (Churu)guara. Perdone que la distraiga de sus Tejerías y de lo que Taborda, pero debo aclararle que no vengo de El Meta ni me considero ningún metiche.
—Mucho gusto, jovenazo, ese es otro Pericantar. Yo soy la señora Mesa de Guanipa, madre de Mary y de cinco Amazonas chiquitas. ¿Me puede decir para qué Carrizales le sigue El Rastro?
—Ay, doñita, desde que conocí a la hermosa Mary, me encuentro en La Encrucijada más horrible de mi vida. Por causa de su amor, estoy enfermo del Coco-rote, me hago Pipe en la Cama(tagua), no logro beberme El Palito de costumbre ni contimenos echarme un Santa Teresa. ¡Ayyy, le Tucupido a usted El Socorro y El Consejo oportuno, señora!
—¡Carache, mijito!, lo noto en el esterero de Camaguán. Por favor, pase y asiéntese en esta Silla de Caracas. ¿Quiere un coro-coro coriano, un propio tequeño mirandino o un Tazón de El Peñón?
—Nooo, lo que deseo es lanzarme como un solo hombre a las aguas putrefactas de El Guaire o ahorcarme en el propio Samán de Güere, autoasesinarme con La Cuchilla que cargo, sacarme El Clavo mediante un tiro en El Totumo occipital, y luego mutilarme en Capaya Abajo. ¿Me sobreentiende, doñita, me explicito, me sintoniza El Guayabo?
—No se Apure, amigo, y hágale frente a la adversidad del pasado. Recuerde que Chivacoa que se devuelve, se esnuca.
—¿Me va a decir, por fin y confín, dónde se halla esa Santa Bárbara?
—Sí, se lo aclararé mediante vocabularios Clarines: a Mary se la llevó un Golfo de San Antonio que era El Guapo del pueblo, el tipo con más muna del Municipio y Boquerón como él solo.
—Continúe, mi doña, continúe, no tome la carretera vieja de La Guaira y el aguaje, y nárreme toda la franca francachela de la verdad.
—El Turbio hombre ofreció regalarle una Quinta Anauco, una finca en Falcón (Crest), un Coche similar al de los Amos de El Valle, una casa en Casanare y un hato en El Hatillo. Y mi hija, creyéndose El Gamelotal de promesas, se subió las faldas (de El Ávila) y le dio su Cocollar, o sea, su Escuque, su íntima Cueva del Guácharo.
—¡Merece que lo manden a El Dorado y lo encierren en un eterno Calabozo a Pampán y Aguasal!
—Después de El Paso maligno y la metida de Upata, el asunto terminó en La Concepción de una niña a quien pusieron el nombre de Tere Paima. Sin embargo, el zángano las abandonó sin Dividive con ellas, ni un céntimo de su fortuna.
—¿Y Carora, dónde anda Mary?
—La muy Cabruta se aficionó a Cojedes y salió nuevamente en Estado. Tuvo a Las Morochas Tagua y Guay, de cuyo Paradero no sé nada. Alguien me sopló que Mary trabaja en el Bar Inas, pero con el estético seudónimo de María Guevara, y que sólo Cata puro Biscocuy.
—¿Cómo se siente usted, mi doña, luego de tanto barloventeo?
—Me encuentro pobre de (es)Píritu y con la Veragacha. Vivo en El Calvario perenne, además El Cobre no me alcanza porque todo está Cariaco y, para colmo, mi esposo, que era El Pilar hogareño, se cayó en Los Cayos y no me Guajira la pensión alimenticia de las chamas.
—Y si Sanare de la pena que la aqueja, ¿sería feliz?
—Mirimire, joven-joven, la vergüenza no me la Curarigua nadie. Cada día aquel rezo a Santo Cristo para que La Guardia y el Cabo Codera apresen al bicho ese que malogró a la pobre Mary.
—Adiós, doña misia. Me voy por El Camino de El Dorado sin vuelta atrás ni para coger el pulso, pero le Dabajuro que yo todavía Turiamo a su hija, aunque me la haya robado en un arrebatón ese Choro(ní) que parece del mismo Tren de Aragua.
Igor Delgado Senior