Punto y seguimos | Gedeón: la etapa final
20/05/2025.- Operación Carros de Gedeón, ese es el nombre elegido por el Gobierno de Israel para completar el exterminio y ocupación de Palestina. El cinismo en la elección no pasa desapercibido, pues Gedeón (en hebreo, el destructor) es un personaje bíblico que lideró a un pequeño grupo de israelitas hacia la victoria contra un ejército madianita (antiguo pueblo árabe) mucho más numeroso. Una suerte de versión “colectiva” de la historia de David y Goliat, donde el más débil y en inferioridad numérica derrota al poderoso contra todo pronóstico.
La eterna narrativa de Israel, de autodefinición de “pueblo elegido por Dios”, sufrido y con una historia de lucha heroica en desventaja, sostiene de manera grotesca un plan de conquista y genocidio que resulta vergonzoso aceptar para cualquier persona con un mínimo de comprensión discursiva. Los disminuidos, los atacados, los maltratados, los débiles israelíes solo se defienden del enemigo árabe. Y hay quienes les creen. Los defienden, a pesar de ver con sus propios ojos cómo es Israel, que tiene el ejército más grande y poderoso, con armas de última tecnología, armas que usa sin piedad y sin cesar contra una población civil acorralada en una estrecha franja de tierra que, además, les pertenece.
Si hay algún David con una honda tratando de derrumbar gigantes, o un grupo de valientes contra un ejército mayor, esos son los palestinos. Hombres, mujeres y niños armados con piedras, negándose a desaparecer de la faz de la Tierra, mientras los elegidos de Dios lanzan bombas a diestra y siniestra, impiden el acceso de ayuda humanitaria, queman vivas a familias en campamentos de refugiados, destruyen hospitales, ametrallan a periodistas y fusilan al personal médico-rescatista sin que nadie con poder se digne a interceder o a detener la masacre. No parece suficiente la indignación de muchos pueblos del mundo, de artistas, deportistas y ciudadanos de a pie que cada vez más se pronuncian contra el genocidio.
Las redes sociales se inundan de denuncias y mensajes de solidaridad y, sin embargo, no pasa nada. Los gobiernos poderosos son incapaces de denunciar a sus aliados, y algunos, como Estados Unidos, hasta los aplauden y financian. Los Estados árabes se hacen la vista gorda, más preocupados por firmar acuerdos de millones por el petróleo que les sobra mientras sus hermanos son masacrados. Algunos, tímidamente, advierten a Israel; naciones como Venezuela, dignamente, mantienen su posición histórica de defensa de Palestina, pero no es suficiente. Los Gedeones y los David de la historia no suelen ser casos estadísticamente relevantes. El número puro y duro nos indica que, ante una fuerza descomunal y desproporcionada contra un objetivo más débil, el resultado es la eliminación de este último. Bien lo sabe Israel y hacia eso apunta.
Este lunes 19 de mayo inició la Operación Carros de Gedeón, lo anunciaron oficialmente por X: “En las últimas 24 horas, las fuerzas israelíes del Mando Sur, tanto regulares como de reserva, han lanzado una amplia operación terrestre en el norte y el sur de la Franja de Gaza”, ya se contabilizan bajas, según los canales internacionales de noticias. La semana previa, dicen, atacaron a “670 objetivos terroristas” con el fin de “limpiar” para garantizar la entrada efectiva de las fuerzas terrestres. Son ya los últimos pasos. Desplazarán de Gaza hacia Rafah (y hacia Egipto) a los diezmados civiles que queden con vida. Declararán la soberanía unilateral sobre el territorio. Los carros del destructor se ciernen sobre los últimos vestigios de la Gaza palestina. Y la humanidad cargará con esa eterna vergüenza sobre sus hombros.
Mariel Carrillo García