A favor o en contra | El día cuando Cerati dejó un lago en el cielo

Recordamos al ídolo del rock argentino, quien hace 15 años dejó "parte de todo" en Caracas

19/05/2025.- Este texto lo escribí en septiembre de 2019 para mi página "Candilejas y aplausos", en Ciudad CCS, cuando se cumplían cinco años de la partida física del gran Gustavo Cerati pero, aunque lo digital se pierde en el ciberespacio, afortunadamente quedan archivos guardados en un rincón de la compu.

Vuelvo a publicar este texto que escribí con emoción, pero con algunas adaptaciones para esta sección "A favor o en contra" de Voces, para conmemorar el último concierto de Cerati en Caracas (y de su vida), hace 15 años. Aquí va:

Se dice que la noche anterior a su presentación, Gustavo Cerati rumbeó en El Molino Rojo, en Sabana Grande, y estuvo hasta la madrugada en condiciones no muy sobrias. Otros aseguran que hasta se paseó por el Callejón de la Puñalada, ahí mismo, en ese bulevar.

Amaneció. Ya era 15 de mayo de 2010, fecha del concierto en el estadio de fútbol de la Universidad Simón Bolívar, en Sartenejas. Poco antes del mediodía Cerati mostraba cierto buen humor, a lo argentino, en la prueba de sonido, con vestimenta sencilla: blue jeans, franela blanca, gorra negra y unos lentes oscuros (quizá para tapar la resaca).

En plena prueba el sol se ocultó de repente y, luego, durante la tarde-noche de ese sábado, un lago en el cielo se derramó sobre Caracas. Fue un verdadero chaparrón. Quienes acudieron a ese concierto lo recuerdan como si fuera ayer. Y no es para menos: largas colas de vehículos se armaron en las vías para poder llegar al recinto, además de las que se debían formar en carne propia para poder entrar al concierto.

Todos estaban adentro. Eran las 9:00 de la noche. Ya era tarde y había restricciones en el horario de culminación del concierto. No hubo telonero. Se encendió la tarima y salió un Cerati renovado interpretando el tema Fuerza natural, como se llamaba la gira y también su quinta producción discográfica. Nunca pensó que esa sería su última presentación.

La jornada continuó con la interpretación de otras 23 canciones como Magia, Deja vú, Desastre, Amor sin rodeos y Tracción a sangre. Cantó casi todos los temas del disco, excepto Naturaleza muerta, Convoy y Numeral, además de éxitos del disco Amor amarillo.

Trátame suavemente, tema famoso que tocó con Soda Stereo, fue uno de los más cantados, aplaudidos y coreados esa noche, además de Crimen, del álbum Ahí vamos.

Se trató de dos horas y media de un show inolvidable. Lago en el cielo fue su última canción; "Bueno, un regalo, no mío, de la naturaleza o lo que sea, para todos: un lago en el cielo. ¡Gracias, Caracas!". Así se despidió, sin novedad, sin pensar que sería para siempre.

Todo estaba bien. Los fanáticos se marcharon satisfechos y Cerati estaba contento. Nada malo debía ocurrir después. Pero no.

"Gus", la novia, "el flaco" y el último respiro

El domingo 16 de mayo los periodistas de espectáculos escribían la reseña del concierto, pero les tocó monitorear con sus colegas de sucesos una noticia que surgió de repente y que nadie se esperaba: la gira no culminó bien en Caracas. Tras el cierre del concierto, Cerati se desplomó; sufrió un accidente cerebrovascular isquémico (ACV). Tuvo una obstrucción de la arteria carótida interna que le causó un infarto extendido en el hemisferio izquierdo del cerebro (un edema cerebral severo), por lo que fue operado dos días después y lo mantuvo recluido en el Centro Médico Docente La Trinidad.

Luego, el 7 de junio de ese año, fue trasladado en una aeroambulancia a Buenos Aires, Argentina, a la clínica Alcla, donde estuvo en coma durante más de cuatro años. Durante todo ese tiempo la prensa estuvo pendiente del estado de salud del "Gus", como cariñosamente le decía su familia, sus amigos y fervientes fanáticos.

Pero no todos estuvieron tan pendientes: había pasado poco más de un año cuando el 21 de julio de 2011 la novia de Cerati, Chloe Bello, lo abandonó, se marchó a Europa, situación que no sorprendió a la prensa ni a su familia, pues en pleno trance del cantante a ella se le veía en fiestas y en encuentros sociales sin mucha preocupación.

Por otro lado, a comienzos de 2011, el "flaco" Luis Alberto Spinetta, quien fuera su "padre musical", le dedicó un poema que se publicó en la web sodastereo.com: ”Dios Guardián Cristalino de guitarras / que ahora / más tristes / penden y esperan / de tus manos la palabra / Precipitándome a lo insondable / tus caricias me despiertan a la vez / en un mundo diferente al de recién / Tu luz es muy fuerte / es iridiscente y altamente psicodélica / Comprendemos todo / tu voz nos advierte la verdad / Tu voz más linda que nunca”.

A mitad de ese año, en junio, Spinetta confesó que cuando visitó a Cerati en la clínica él ya no era él mismo, pues vio a un "gigante dormido": "Me sirvió para darme cuenta de que las cosas a las que uno le da importancia no tienen valor. Al ver a este genio dormido uno realmente no tiene derecho a estar ni siquiera de mal humor cuando está bien de salud”.

Ocho meses después de estas declaraciones, el 8 de febrero de 2012, murió el "flaco" a consecuencia de cáncer de pulmón. Cerati nunca se enteró de su partida de esta vida. Dos años y medio después lo haría él. Sí, su último aliento fue la mañana del 4 de septiembre de 2014, luego de un paro respiratorio, tres días después de que se cumplieran cinco años del lanzamiento de su disco Fuerza natural.

Así fue como Cerati dejó un lago en el cielo cuando partió a otro plano. Sólo le queda a sus seguidores recordarlo con sus letras y decirle siempre "Gracias por venir" a este planeta.

Rocío Cazal

 

 

 

 

 


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