El nuevo Papa es de la corriente agustiniana y un destacado misionero
León XIV es el nombre que lleva el nuevo pontífice Robert Francis Prevost

08/05/25.- Este jueves fue elegido por el cónclave Robert Francis Prevost Martínez como el sucesor del papa Francisco, quien será el nuevo líder de la Iglesia católica, con el nombre de León XIV.
Prevost, de 69 años de edad y de nacionalidad estadounidense, con raíces francesas y españolas, se convierte de esta forma en el primer papa del país norteamericano y en el primer pontífice de la corriente agustiniana.
El nuevo Papa tiene en su haber una dilatada trayectoria como misionero, principalmente en Perú, nación de la que, incluso, adquirió la nacionalidad en 2015, tras una larga y fructífera labor en el país andino.
Realizó su formación secundaria en el Seminario Menor de los PP. Agustinos, graduándose en 1973.
León XIV ingresó al noviciado de la Orden de San Agustín (OSA) en 1977 e hizo sus votos solemnes en 1981.
Cuenta con una amplia formación académica que incluye una licenciatura en Ciencias Matemáticas por la Universidad de Villanova, una maestría en Divinidad por la Catholic Theological Union de Chicago, y una licenciatura y doctorado magna cum laude en Derecho Canónico por la Pontificia Universidad de Santo Tomás de Aquino (Angelicum) en Roma. Su tesis doctoral versó sobre "El papel del prior local de la Orden de San Agustín".
Tras su ordenación sacerdotal en 1982, Prevost se unió a la misión agustiniana en Perú en 1985.
Fue prefecto del Dicasterio para los Obispos y presidente de la Pontificia Comisión para América Latina desde enero de 2023 a 2025.
Prevost habla poco, pero algunas de sus posturas son bien conocidas. Se dice que comparte la visión de Francisco sobre el medio ambiente, y el apoyo a los pobres y migrantes.
En una entrevista a Vatican News contó que conoció a Jorge Mario Bergoglio cuando era arzobispo de Buenos Aires: "Siempre tuve la impresión de un hombre que quería vivir el Evangelio con autenticidad, con coherencia".
Recordó también la carta que en febrero pasado Francisco escribió a los obispos estadounidenses "sobre la importancia de estar cerca de los que sufren y de tener el corazón de Jesucristo", cuando se puso en marcha el programa de deportación masiva de inmigrantes ilegales y refugiados.
REINALDO J. LINARES ACOSTA / CIUDAD CCS