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Resistencia en lo estratégico, flexible en lo táctico.

Ho Chi Minh

 

09/05/2025.- Los cien días de Trump pasaron volando, de tal manera que el hombre no tuvo tiempo de terminar su improvisado plan de gobierno. De allí, los bandazos que sigue dando, mientras se alborotan calles y avenidas de las principales capitales. Del mismo modo, sucedía en los días de Richard Nixon y Gerald Ford, cuando la juventud y los veteranos de guerra alzaban pancartas en protesta contra la guerra en Vietnam y por la paz mundial.

Para uno de los escritores al servicio de la CIA, Francis Fukuyama, el fin de la historia había tocado techo con la caída de la Unión Soviética (1991). Resulta, sin embargo, que 54 años después, el pasado 30 de abril de 2025, en Vietnam, un pequeño país de solo 331.210 km², ubicado en el sureste asiático, celebraba a tambor batiente el 50.º aniversario de la victoria sobre la mayor potencia militar del planeta, los Estados Unidos.

Medio siglo ha pasado de aquella pantomima diplomática montada por Estados Unidos cuando la atención mundial estaba puesta en la península indochina. Allí se libraba la guerra más larga y cruel de la historia, producto del asalto masivo a un pueblo agricultor, encabezado por la mayor potencia militar del planeta, en alianza con países igual de poderosos en lo militar, como Australia, Nueva Zelanda, Corea del Sur, Tailandia y otras naciones.

 

Año 1973: la debacle había comenzado

El Centro Internacional de Convenciones de Kléber, ubicado en la iluminada París, fue el circo escogido el 23 de enero de 1973 por los dueños del mundo para la puesta en escena de un espectáculo que pretendió dejar constancia de que Estados Unidos no había perdido la guerra, "sino que había hecho un acto de justicia para acabar con un conflicto armado que tenía décadas afectando a un país humilde, cuyos habitantes sobrevivían como obreros del campo y de la cría de animales".

El lujoso salón de convenciones parisino mostraba un diseño fríamente calculado, donde se procuró una escena sin entrada principal para no destacar a una delegación en la llegada, de tal manera que el arribo de personalidades fue simultáneo por varios pasillos. Asimismo, la redondez de la mesa evitaba destacar a un grupo en particular. El protocolo intentó presentar un escenario plano, sin vencedores ni vencidos, a pesar de que días antes, el 29 de diciembre de 1972, el presidente de Estados Unidos, acompañado de su consejero de Estado, Henry Kissinger, había anunciado al pueblo norteamericano y al mundo que las tropas estadounidenses se retirarían de Indochina en 1973. Efectivamente, así ocurrió, pero nunca se habló de derrota, como aconteció 48 años después en Afganistán.

A comienzos de diciembre de 1973, Nixon había ordenado a su consejero de Estado simular ante los vietnamitas interés por las conversaciones en París. El servicio de inteligencia vietnamita, a cargo del general Phạm Xuân Ẩn, detectó que el presidente estadounidense estaba preparando la operación Linebacker II, para bombardear las ciudades de Hanói y Hai Phong, con la pretensión de poner de rodillas al pueblo vietnamita. Sin embargo, ocurrió la gran sorpresa: doce días y doce noches después, se produjo el alto al fuego ordenado desde la Casa Blanca debido a la debacle de la aviación gringa. Resultó que del cielo hanoiense habían caído como moscas nada menos que 81 modernos aviones, entre ellos 34 gigantescos bombarderos B-52, derribados por los temibles cohetes Sam 2.1

La reactivación del diálogo aconteció el 23 de enero de 1973, con la participación de cinco delegaciones:

  1. República Democrática Popular de Vietnam (RDPV), encabezada por Lê Đức Thọ.
  2. Henry Kissinger, como consejero del Departamento de Estado.
  3. Nguyễn Thị Bình, por el gobierno revolucionario provisional de Vietnam del Sur.
  4. El canciller de la República de Vietnam, Trần Văn Lâm (proyanqui).
  5. Henry Cabot Lodge, en representación de la Embajada de Estados Unidos en Vietnam del Sur.

Los acuerdos fueron rubricados después de prolongadas negociaciones, durante cuatro años y ocho meses, frente a una contraparte que hasta los últimos minutos intentó distraer a la representación revolucionaria vietnamita, mientras los gringos alistaban sigilosamente el cruel bombardeo de 1972.

"El éxito de las mayores conversaciones de paz del siglo XX fue la coordinación armoniosa en los campos de batalla política, militar, diplomacia entre ofensiva y negociación", según la opinión de Phàm Ngạc, director del Departamento de Organismos Internacionales del Ministerio de Relaciones Exteriores norvietnamita, quien reveló que "fueron 201 reuniones públicas y 45 privadas con Estados Unidos, 500 conferencias de prensa, casi un millar de entrevistas y muchas movilizaciones contra la guerra en todo el orbe, sobre todo en Estados Unidos y Francia".2 

El "cese al fuego y el restablecimiento de la paz en Vietnam" marcó la pauta de los acuerdos, de 9 capítulos y 23 artículos, a saber:

  1. Las tropas de EE. UU. y de sus aliados deben respetar la independencia, soberanía, unidad e integridad territorial de Vietnam.
  2. Las tropas extranjeras deben retirarse por completo, desmantelar las bases militares y no involucrarse militarmente ni intervenir en los asuntos internos en el sur de Vietnam.
  3. El gobierno revolucionario provisional del Vietnam del Sur debe ser reconocido, es decir, aceptar los dos gobiernos, con sus ejércitos y áreas de control en el sur de Vietnam.

Los protocolos:

  1. Cese del fuego en Vietnam del Sur y activación de misiones militares conjuntas.
  2. Activar el comité internacional para control y supervisión.
  3. Liberar el personal militar capturado y detenido.
  4. Limpieza, desactivación total y destrucción, por parte de EE. UU., de las minas sembradas en mares, puertos y ríos de Vietnam.

El 16 de febrero de 1972, la comisión militar conjunta, integrada por las delegaciones, hizo un llamado urgente a las partes para ponerle fin a los combates en el sur de Vietnam y respetar plenamente lo estipulado en los acuerdos de paz.

 

Cinismo yanqui

En eso de patear mesas de diálogos, los inquilinos de la Casa Blanca son expertos, como el caso de Dwight Eisenhower, quien irrespetó el Acuerdo de Ginebra de 1954, tras la derrota de los franceses en Điện Biên Phủ, que ha debido sellar el alto al fuego en el sur de Vietnam. El gobierno gringo sustituyó arbitrariamente a los franceses para dar rienda suelta a un conflicto armado que ha podido culminar en unos comicios electorales, según las resoluciones de Ginebra (1954).

Después del Acuerdo de París, efectivamente, Estados Unidos retiró sus tropas de Vietnam, pero mantuvo sus asesores en Saigón y convirtió al ejército del sur en un contingente de un millón de efectivos. Aun así, el gobierno vietnamita, que ya conocía el cinismo yanqui, entró de nuevo en combate. Dos años más tarde, las tropas de la campaña Ho Chi Minh entraban imponentes en Saigón, a las 11:30 p. m. del 30 de abril de 1975.

Las infortunadas declaraciones de quien fuera jefa del Comando Sur, Laura Richarson, durante la gestión de Joe Biden, hacen recordar el estilo Nixon-Kissinger, cuando llamaba a ver el sur de América con el lente monroísta.

 

Ángel Miguel Bastidas G.

 

Fuentes de consulta:

1Giap, V. N. (2004). La batalla de Dien Bien Phu en el cielo. Vietnam: Editorial Thế Giới.

2Periódico electrónico del Partido Comunista de Vietnam (31 de enero).


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