Templanza económica | El tecnofeudalismo y...

la explotación del hombre por el hombre

09/05/2025.- La renta es una forma de ingreso proveniente de la propiedad sobre la tierra. Es la expresión de la explotación en el Feudalismo, donde los siervos producían su sustento y tributaban el excedente de la labranza al señor feudal. En el capitalismo, la renta transmuta tomando parte de la plusvalía en forma de alquiler de tierras, patentes, franquicias y otros derechos de propiedad como la “renta de la nube”.

“La estructura económica de la sociedad capitalista brotó de la estructura económica de la sociedad feudal. Al disolverse esta, salieron a la superficie los elementos necesarios para la formación de aquella”. C. Marx, El Kapital. Cap XXIV. T1.

Surgió un modo de producción donde participan dos clases contrapuestas, los capitalistas propietarios de las condiciones de producción, y los obreros proveedores de la fuerza de trabajo capaz de reproducir, en forma de plusvalía que se apropian los capitalistas, varias veces el valor del jornal percibido.

Para describir una de las formas en que se presenta la renta, comentaré el texto Tecnofeudalismo, el sigiloso sucesor del capitalismo, del economista griego Yanis Varoufakis. La tesis central se refiere a la existencia de servidumbre dominada por los señores feudales propietarios de las big tech que cobran la renta de la nube después de haber privatizado la web. Pero la perspectiva de observación del autor se ubica más allá de la economía, en la intersección de esta disciplina con la psicología, la teoría del consumidor. A propósito de los ciberataques ocurridos desde el 28 de julio de 2024, por parte de los dueños de las big tech contra nuestra democracia participativa y protagónica, se comprobó que tratan de controlar las vidas de miles de millones de personas, como afirma el economista griego.

Además, su declaración de la existencia de una supuesta sociedad dominada por tokens, donde no se aprecia cuál es la manera como el humano obtendrá los medios para reproducir la fuerza de trabajo, parece descansar en una pompa de jabón. Difícilmente puede tratarse del paso a un modo de producción que superaría al capitalismo, el cual a su vez ya ha emergido del feudalismo.

El capitalismo toma muchas formas, es cierto. Estando aún fresca la tinta del texto El imperialismo, fase superior del capitalismo, de Lenin, los cañones de la Primera y Segunda Guerra Mundial, delimitaban los territorios del neoimperialismo o neocolonialismo. Una hipótesis interesante a mirar con el émulo del microscopio en las ciencias sociales, la abstracción, sería una nueva mimetización del capitalismo, después de su expresión mercantilista, luego industrial, la fase transnacional financiero-industrial, y ahora su expresión virtual en plena revolución industrial 2.0. Este es un escenario en disputa muy importante entre facciones de capitalistas debido a los atractivos rendimientos financieros. Ya las órbitas bajas se usan cotidianamente con la transmisión eficiente de voz, data e imagen casi en tiempo real. También es un exótico atractivo para los neorricos. Mientras los plebeyos usamos los emoticones de palmas, ellos muestran sus oropeles ilustrando las pantallas de los terminales en los 11 minutos de gloria estratosférica de una visita al umbral de la atmósfera terrestre en el ascensor espacial a 20 millones de dólares el pasaje.

Pero en cualquiera de esos tres espacios: el finito limitado a la Tierra y las bajas órbitas, que el capital viene explotando con éxito; el virtual, donde Varoufakis vierte sus hipótesis; o el espacio físico extendido hasta otros planetas, en cada uno de ellos se reproducirá la contradicción entre los propietarios de los medios de producción y los desposeídos. Mientras haya explotación de un hombre o mujer sobre sus semejantes, la contradicción fundamental ralentizará la unión de los contrarios y la síntesis será una nueva sociedad de productores libres y asociados. Ellos cumplirán la tarea de elaborar los bienes necesarios para el sustento y reproducción de la especie humana en socialismo. No existe posibilidad de regresión a estadios feudales u otras formas de servilismo en la producción. Lo demás es idealismo y la más sofisticada construcción de mundos utópicos (que no la utopía ni la esperanza) es pasto de la futurología. Dios es también creación humana y se comporta de acuerdo a la aceptación y disfrute que de su poder le otorgamos los creyentes.

Marcial Arenas

 

 

 


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