Día de la victoria: Ejército rojo dio fin a la 2da Guerra Mundial

La izada de la bandera soviética en el techo del Reichstag sella la caída de Hitler

25 de abril de 1945. El Ejército Rojo ha cerrado el cerco militar que, desde el día 20, sostiene sobre la ciudad alemana Berlín.

Para ese mes de abril de 1945, la Unión Soviética ha logrado reunir, a las puertas de Berlín, más de un millón y medio de soldados, quizá la mayor concentración de poderío militar jamás vista hasta entonces.

Los mariscales soviéticos Iván Kónev y Georgy Zhúkov, están al mando 20 ejércitos, y cuentan además con 8.500 aviones y 6.500 tanques. En cinco días de asedio han disparado sobre las fuerzas nazis de la capital alemana, casi dos millones de proyectiles y ya están listos para el asalto final.

Dentro de Berlín, una pequeña fuerza de rezagados intenta resistir el avance de una fuerza tremendamente superior.  A esos pocos rezagados se les han sumado restos de formaciones destrozadas, milicias mal equipadas y unidades de las llamadas Juventudes Hitlerianas que no superan los 14 años de edad.

El ejército soviético toma Berlín

Minutos antes de lanzarse a la captura de la ciudad, un jovencísimo teniente Rakhimzhan Koshkarbayev, recibieron de parte del comandante del batallón Davydov, una orden que le cambiará la vida, pero eso ni siquiera lo sospecha. 

Con apenas 21 años de edad, Koshkarbayev, de origen kasajo, es uno de los 12 sobrevivientes de su pelotón de 38 soldados. En la tarea deberá acompañarlo su camarada Grigory Bulatov.

En segundos se desata el infierno. Una lluvia de proyectiles cae sobre Berlín, y en medio de ese caos, Grigory Bulatov le pregunta repetidamente a Koshkarbayev: "¿Qué vamos a hacer, camarada teniente?". 

Ambos soldados soviéticos, contará más tarde el teniente, se lanzan dentro de una zanja repleta de agua, en búsqueda de resguardo. 

En un arrebato de adrenalina, o quizá de conciencia,  el teniente Koshkarbayev propone a su camarada: "Pongamos nuestros nombres en la bandera, le sugerí, y con un lápiz químico que llevaba en el bolsillo. Allí mismo, debajo del puente, escribimos "674.º regimiento, 1.er batallón" y nuestros nombres". 

El ejército soviético, evocan algunos relatos, tardaran cerca de siete horas en cruzar los casi 400 metros que los separan del Reichstag. 

"¿Qué es esa distancia para unos pies jóvenes? Es una carrera corta, una lucha juguetona contra el viento. Pero para Grigory Bulatov y para mí”, según el relato del teniente Koshkarbayev, “esa distancia equivalía a un abismo en el que es más fácil caer que cruzar. ¡Logramos superarlo. Lo logramos!". 

Y ese acto de enarbolar la bandera soviética sobre el la cúspide del Reichstag en la capital alemana, terminará cponvirtipendose en un gesto que saella la derrota definitiva del ejército nazi. 

Pocos días después, el comandante del Estado Mayor alemán, Wilhelm Keitel, firmaba en representación de los nazis la rendición incondicional ante el Mariscal del Ejército Rojo Gueorgui Zhúkov. Era, el  9 de mayo a las 0:43, hora de Moscú. La capitulación nazi ante los soviéticos pone punto final a la Segunda Guerra Mundial. 

Alemania firma la capitulación ante el ejército soviético.

No ha sido poco llegar a ese instante. En el camino la Unión Soviética sacrificó a cerca de 27 millones de personas en los años de la guerra. En los actos de celebración del Día de la Victoria del año 2024, el presidente Vladimir Pútin destacó el inmenso sufrimiento y gran sacrificio de toda la nación, como un ejemplo que hoy sigue sirviendo como potente símbolo de la capacidad del país, para prevalecer frente a desafíos abrumadores.

Esa imagen de sacrificio terminó grabada a fuego en la emblemática canción del Día de la Victoria:

Hola, ¡Mama!, no todos volvemos...

¡Cómo deseaba correr descalzo en el rocío!

Media Europa, hemos recorrido media Tierra.

Hicimos lo que pudimos por apresurar este día.


80 años

La celebración de este año 2025, al cumplirse ocho décadas de la victoria militar soviética que cambió el curso de la historia, sigue  siendo un pedido de reivindicación histórica del sacrificio de la Unión Soviética a la humanidad.

Occidente no ceja en su versión triunfalista en la segunda guerra, mientras alientan al gobierno de Ucrania a sostener un conflicto con Rusia que ya pasa los tres años de duración.

Recientemente, el presidente Vladimir Pútin Putin anunció un alto al fuego de forma  unilateral, como un gesto humanitario para conmemorar el 80 aniversario de la victoria soviética sobre la Alemania nazi. Gesto que podría servir de oportunidad para “el inicio de negociaciones directas con Kiev sin condiciones previas”, dijo el Kremlin.

Rusia muestra su poderío militar en el desfile del Día de la Victoria.

No obstante, el alcalde de Moscú, Serguéi Sobianin, denunció este martes un ataque de drones ucranianos contra la capital rusa, a pocas horas de la celebración del Día de la Victoria .

"Las fuerzas de defensa antiaérea del Ministerio de Defensa de Rusia repelieron el ataque de dos drones que volaban en dirección a Moscú", escribió en su canal de Telegram. 

Mientras, decenas de delegaciones oficiales de países de todo el mundo, aterrizan en Moscú para la celebración de estos 80 años del Día de la Victoria.

Las tensiones siguen su curso.

 

CIUDAD CCS / ERNESTO J. NAVARRO


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