18/08/25.-  Alrededor de 48 privadas de libertad en la prisión israelí de Damon son sometidas a represiones sistemáticas y violaciones graves hacia sus derechos humanos. En la primera quincena de agosto, la administración penitenciaria ejecutó cuatro operativos represivos que incluyeron agresiones físicas y psicológicas. Así se informó y denunció este domingo desde el Club de Prisioneros Palestinos.

Las armas utilizadas para agredir a las reclusas fueron gas lacrimógeno, perros policía y prácticas humillantes, como obligarlas a esposarse, agachar la cabeza, y recibir maltratos en el patio de prisión. También fueron privadas de alimentos y artículos higiénicos, lo que dio paso a la propagación de enfermedades cutáneas por altas temperaturas, humedad y falta de ventilación.

Desde la Comisión Palestina de Asuntos de Prisioneros y Exprisioneros se informó que en la prisión de Gilboa también incrementó la tortura, donde se practican descargas eléctricas en los allanamientos. Ante esta situación el Club de Prisioneros hizo un llamado urgente a organizaciones humanitarias para intervenir y garantizar la protección de mujeres palestinas.

Ante este desconcertante hecho, Israel ha protagonizado una serie de protestas en las que se exige el cese al fuego y la liberación de rehenes en Gaza. Familiares de los cautivos israelíes y miles de manifestantes participaron este domingo 17 de agosto en una huelga general en varias ciudades del país asiático.

Las protestas convocadas por el Foro de Familias de Rehenes y Desaparecidos incluyeron bloqueo de autopistas clave en Tel Aviv y Jerusalén, hecho que generó respuestas por parte de la policía israelí con cañones de agua y fuerza, lo que resultó en al menos 38 arrestos durante la jornada.

Participantes en la concentración denunciaron que el gobierno de Benjamín Netanyahu se enfoca en prolongar la guerra, a pesar del alto costo humano que sigue cobrando vidas tras más de 22 meses de agresión militar contra el pueblo palestino. Las familias insisten en que la prioridad debe ser el regreso de sus seres queridos, mientras que las autoridades reprimen las movilizaciones para controlar el descontento social.

CIUDAD CCS