Arte de leer | Penúltima tarde y otras tardes de Earle Herrera
La energía crepuscular de un inventor de afectos
02/07/2025.- El tiempo es una construcción existencial de hombres y mujeres. Siglos, años, meses, semanas, horas, minutos, segundos… todo aquello que registra algún acontecimiento, no es más que una caracterización alegórica de la diversidad de tonalidades del día al Sol o de las oscuras audacias de la noche.
En este sentido, la poesía asume una postura atemporal, desafiando las convenciones asociadas al control de los momentos del ser. El espíritu de los versos contrasta con los intervalos de lo cotidiano.
Etapas, coyunturas, temporadas y edades se manifiestan en palabras sin plazo:
OLVIDOS
A otra deserción de la memoria arribo
El olvido
de nombres y olores
no es una renuncia acaso
un extravío en el tiempo perdona
esta niebla inconsciente
Otros nombres
igual se me han fugado como hojas
ha quedado mi mente a la intemperie
Mis antiguos olvidos
son los únicos recuerdos que me quedan
No en vano, el poeta observa la ocasión que lo conecta con el todo. Es el destino de los trances de un presente constante:
AUSENCIAS
Presientes la llegada
de otra ausencia
la palpas
te lacera
te da miedo
y no puedes huirle
porque adentro la llevas
porque nadie se ausenta
de su propio vacío
Earle Herrera fue un creador del eros literario y un ordenador palabrístico de sentimientos en Penúltima tarde y otras tardes, obra editada por Monte Ávila Editores, para deleite de un lector formado en las lecturas del adentro.
Desde su perspectiva, Earle vislumbró caminos para ensayar el lenguaje poético. La llegada o la ida de los recuerdos, de esos ciclos donde vive el cuerpo y lo que habita dentro de él son dibujados en composiciones aderezadas de emoción:
AVENTURA
Abre los ojos al revés y mira
la luz que brilla
profunda
adentro
en un espacio que no es
la vigilia ni el sueño
Descúbrete
encandilado
yendo con obstinación
hacia esa íntima luz
buscando atrapar un haz
aunque sea un solo haz
para no perderte en la aventura
Más allá de los cuerpos que se transforman en la diversidad de las materias y las sustancias, Earle Herrera dejó a través del poema un hálito de excelencia verbal. Penúltima tarde y otras tardes son letras que definen la energía crepuscular de un inventor de afectos.
Ricardo Romero Romero | @ItacaNaufrago | artedeleer@yahoo.com
Earle Herrera (San José de Guanipa, 1949-2021)
Poeta, periodista, ensayista, crítico literario, docente y político. Se destacó en su ejercicio periodístico como columnista por varias décadas en el diario El Nacional. Fue miembro fundador de revistas como El Sádico Ilustrado y Libros al día, entre otras. Su obra ensayística sobre el periodismo es considerada una referencia para la formación de comunicadores sociales que buscan en obras como La magia de la crónica, El reportaje, el ensayo: de un género a otro, Periodismo de opinión: los fuegos cotidianos, un modelo a seguir. En los últimos años de ejercicio mantuvo la columna El kiosko de Earle en Ciudad Ccs. Entre sus obras literarias publicadas están: A la muerte le gusta jugar con los espejos (1978), Los caminos borrados (1979), Sábado que nunca llega (1982), Cementerio privado (1988), La neblina y el verbo. Orlando Araujo uno y múltiple (1992), Piedra derramada (1995), Rocinante comió muchas ciruelas en el parque (1999), Desmorir de amor (2009). Su labor escrita y periodística recibió múltiples reconocimientos, entre ellos el Premio Municipal de Literatura (1978) y el Premio Nacional de Periodismo (2011).
Herrera, E. (2020). Penúltima tarde y otras tardes. Poesía (Colección Altazor). Monte Ávila Editores Latinoamericana
Segunda edición digital 2020
Descárgalo gratis: https://monteavilaeditores.com/libros/penultima-tarde-y-otras-tardes-2/
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