Historia viva | 1811: El orgullo de tener patria

02/07/2025.- ¿Qué es lo que nos hace sentirnos orgullosos de una patria? Sin duda, si reconocemos ser parte de un territorio, de una historia, una patria, es porque tenemos conciencia y memoria históricas, que generan la comprensión y el afecto por los orígenes de esa nacionalidad, por el sentido de nación, es decir, el natio o el lugar de nacimiento.

Decimos que Venezuela nació como república en Caracas el 5 de julio de 1811, cuando se reunieron los representantes de las siete provincias del territorio que constituía la Capitanía General de Venezuela, bajo el dominio en aquel entonces de la monarquía española, para declarar que eran independientes. Ello incluía los territorios expandidos en la provincia de Guayana, que llegaban hasta el río Esequibo, en la frontera con las posesiones que el reino de Holanda había vendido al reino británico por tres millones de libras esterlinas en 1814. Dicha región fue rebautizada como Guyana Británica y fue poblada forzosamente con migrantes de la India y de las colonias británicas en África a partir de 1834.

La República de Venezuela tiene una partida de nacimiento constituyente por la integración del voto democrático de sus provincias, y luego con la confirmación de los diez años de guerra de independencia, en la que gran parte de su población fue asesinada. No surgió por la voluntad de un gobierno extranjero, como ocurrió con Guyana en 1966 y con otras naciones, por las presiones en los tiempos modernos a las antiguas monarquías, cuyas majestades —especialmente europeas— comenzaron a soltar esos territorios en América, África y Asia, a los que habían expoliado y despojado por la fuerza.

Cuando un ser humano tiene conciencia del lugar de su nacimiento, de su familia, de sus nombres y apellidos y de los lazos filiales afectivos con ese lugar y personas; de los hechos históricos que ocurrieron en su entorno primero, en su cuadra (matria) y en su pueblo; y luego de la historia de ese gran territorio, que son los hechos constitutivos de una identidad histórica nacional; y también de los valores éticos de los próceres o fundadores de esa república; entonces, hablamos de memoria histórica, que son los afectos que los sujetos establecemos como unión con una cultura y un territorio común.

Cuando no hay narrativa histórica ni referentes éticos con los fundadores de la nación; cuando se silencian los procesos históricos y se ignora que hubo sociedades fundadoras como las originarias; entonces, las fortalezas de la nacionalidad se debilitan.

Si se reconocen otros "nacimientos culturales", como los que están asociados a los pueblos indígenas, y que las rutas de comunicación en el presente primero fueron las que siglos antes de la llegada de los españoles sirvieron a nuestros ancestros, desde ahí podemos empezar a abrir los caminos futuros. Muchas de las maneras de relacionarnos con nuestros semejantes en los vínculos cotidianos están determinadas por comportamientos sociales originarios. Por ejemplo, desde la comida y la forma de ver el mundo hasta de los componentes éticos, como el respeto y la dignidad, están determinados por el orgullo de ser originarios.

De manera que quienes no conocen la historia de su patria, y no comprenden los códigos que constituyen la formación de su nacionalidad, poco pueden entender los diversos mecanismos que los dominadores emplean para mantener control sobre los territorios.

Un presidente de una nación que haya sido formado para ser sometido por otro país no va a contribuir a la independencia plena de su nación. Ciertamente, ese es el cometido del Centro William J. Perry de Estudios Hemisféricos de Defensa, un órgano educativo del Departamento de Estado de Estados Unidos para formar a sujetos en la doctrina de seguridad y defensa hemisférica como contribución a la protección de los intereses de ese país.

El caso ejemplar es el del presidente de Guyana, Mohamed Irfaan Ali, formado en el mencionado Centro William J. Perry para proyectar la entrega de los recursos naturales de ese país anglocaribeño a las transnacionales norteamericanas, tanto canadienses como estadounidenses. Por cierto, uno de los directivos de esta organización es el venezolano Boris Saavedra, general de brigada retirado de la aviación venezolana y quien fue director de la Secretaría del Ministerio de la Defensa Nacional entre 1995 y 1996… Allí enseñan a colonizar y a despojar al sujeto de cualquier identidad que constituya una "amenaza" para Estados Unidos.

En conclusión, los asuntos de la nacionalidad, la identidad y la patria tienen un profundo sentido de conciencia ética y de valores que se construyen con el reconocimiento de las fortalezas de una familia, del amor a un territorio con paisaje humano, de la identidad simbólica y de una historia que nos legaron hombres y mujeres que nos mostraron su alta valoración a la libertad, la independencia y la soberanía.

Así, la celebración de la primera constituyente, el primer Congreso y la primera Constitución tiene la misma resonancia y significación de aquel viernes 5 de julio de 1811, cuando, en las calles de Caracas, los venezolanos de las provincias aliadas declararon:

Nosotros, pues, a nombre y con la voluntad y autoridad que tenemos del virtuoso pueblo de Venezuela, declaramos solemnemente al mundo que sus Provincias Unidas son, y deben ser desde hoy, de hecho y de derecho, Estados libres, soberanos e independientes y que están absueltos de toda sumisión…

 

Aldemaro Barrios Romero


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