Neurociencia descubre que el ocio mental refuerza el aprendizaje
Estudio revela que el cerebro procesa información, incluso cuando se camina sin pensar

25/06/25.- Salir a caminar sin rumbo para tan solo despejar la mente ayuda al cerebro a prepararse para aprender mejor cuando realmente se necesita, así lo confirmó un nuevo estudio publicado en Nature, que pone el foco en un mecanismo de aprendizaje que ocurre incluso cuando no se presta atención.
El trabajo liderado por Lin Zhong, Marius Pachitariu y colaboradores, en el Janelia Research Campus del Instituto Médico Howard Hughes, revela que el cerebro es capaz de aprender del entorno sin necesidad de una tarea específica.
Este aprendizaje “sin supervisión”, que hasta ahora se creía propio de los algoritmos de inteligencia artificial, resulta ser un proceso biológico que se encuentra profundamente activo en los cerebros animales, incluido el del hombre.
Los investigadores registraron simultáneamente la actividad de decenas de miles de neuronas en el córtex visual de ratones mediante una tecnología de imagen avanzada llamada mesoscopio, capaz de captar hasta 90 mil neuronas al mismo tiempo.
A estos ratones se les permitió explorar libremente un entorno de realidad virtual: un pasillo largo decorado con diferentes texturas visuales, algunas de las cuales estaban asociadas con recompensas y otras no. Durante semanas, los animales caminaron sin un objetivo claro, simplemente “explorando”.
La observación clave surgió al comparar dos grupos de ratones: unos que solo exploraron el entorno sin tareas, y otros que fueron entrenados directamente en asociar ciertas texturas con recompensas. Los ratones que habían explorado previamente aprendieron más rápido las asociaciones cuando se introdujo la tarea, lo que sugiere que su cerebro ya había procesado y estructurado gran parte del entorno.
El equipo descubrió que en ausencia de una tarea, ciertas áreas del córtex visual ya estaban activas, y codificaban características visuales del entorno. Cuando luego se les asignó una tarea concreta, otras áreas se sumaron al procesamiento.
Esto llevó a que “es completamente posible que gran parte de la plasticidad neuronal se produzca simplemente con la propia exploración del entorno del animal”, confirmó Pachitariu en el comunicado de prensa.
La neuroplasticidad es la capacidad que tiene el cerebro para modificar sus conexiones en función de la experiencia, se ha relacionado tradicionalmente al aprendizaje dirigido.
Un ejemplo de ello es cuando alguien enseña algo a otro, cuando se resuelve un problema, cuando se presta atención. Este estudio pone en jaque esa visión reduccionista, lo cual demuestra que la simple exposición al entorno, sin objetivos, provoca cambios duraderos en el cerebro, reseñan medios digitales.
CIUDAD CCS