23/06/25.- Con motivo del tercer aniversario de la proclamación del Día Internacional de las Mujeres en la Diplomacia, establecido por la Organización de las Naciones Unidas (ONU) el 20 de junio de 2022, se honra la memoria de Olga Fonseca Giménez; diplomática venezolana de carrera recordada por su dedicación al servicio internacional con profunda vocación y amor por la humanidad.

Fonseca, nacida el 7 de enero de 1955 en Acarigua, estado Portuguesa, inició su formación académica en su ciudad natal; su vocación la llevó a Caracas, donde se graduó como Licenciada en Estudios Internacionales en la Universidad Central de Venezuela en 1979, abriéndose paso en la diplomacia con rigor, pasión y una clara visión internacionalista. Fue una africanista convencida y activista de la vida, su historia representa una inspiración para las nuevas generaciones de profesionales del servicio exterior.

Asimismo, se formó en Filipinas, Francia e Irlanda, dominando el francés, inglés y portugués. Ingresó al Ministerio del Poder Popular para Relaciones Exteriores, destacando por su compromiso, liderazgo y profesionalismo durante más de tres décadas de impecable carrera.

Su primera misión diplomática fue en Gabón y posteriormente sirvió en Líbano, Paraguay, Nigeria, Cuba y, finalmente, en Kenia, país donde perdió la vida trágicamente en 2012, mientras ejercía como jefa de misión concurrente ante Uganda, Tanzania y Ruanda, además de representar a Venezuela ante agencias clave de la ONU como ONU-Hábitat y el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA).

Su trabajo fue determinante en el fortalecimiento de los lazos entre Venezuela y África, como directora de cooperación política del viceministerio para África, le correspondió liderar la implementación de la Agenda África de la Diplomacia Bolivariana, siendo reconocida por su profunda conexión con el continente y su incansable dedicación al desarrollo de una política exterior solidaria, respetuosa y activa.

Pero más allá de su brillante carrera, Olga Fonseca es recordada también como un ser humano excepcional, caracterizada por su alegría, su amor al fútbol, la música y la familia. En tiempos donde se reconoce el papel transformador de las mujeres en la diplomacia global, la vida de esta insigne de la diplomacia resalta como un ejemplo de vocación auténtica, coherencia ética y entrega absoluta.

Este homenaje no solo reivindica su memoria sino que reafirma la necesidad de una diplomacia con rostro humano, de valores firmes y profunda mística de servicio. Así la recuerdan, así debe seguir siendo el rostro de la diplomacia venezolana del siglo XXI.

CIIUDAD CCS