03/06/2025.- Riyad Mansur es el embajador de la Misión de Observación de Palestina ante Naciones Unidas y Danny Danon es el representante de Israel. Como en todo lo que refiere a la actualidad del conflicto palestino-israelí, estos dos hombres no podían estar más en las antípodas, expresando sin medias tintas lo que cada uno representa.

Hace varios días, Mansur expuso frente al Consejo de Seguridad el horror al que es sometido el pueblo palestino. Su relato, enfático y emocionado, con lágrimas, voz rota y gestos desesperados, se viralizó. La fría ONU quedó unos minutos en silencio y el video del embajador llegó a los confines del internet. Algunos líderes políticos se hicieron eco; otros —muchos más— lo acompañaron en el silencio.

Por su parte, Danon escuchaba la intervención de su par con un rostro aburrido e impasible, mientras un Mansur indignado y conmovido nos interpelaba a todos al recordarnos:

Desde que Israel rompió el alto al fuego en marzo, más de mil trescientos niños palestinos han sido asesinados y unos cuatro mil han sido heridos. Son niños, ¡niños! (…) Los niños se están muriendo de hambre (…) Sus madres les piden disculpas… ¡Es insoportable! ¿Cómo alguien puede tolerar este horror?

El representante del Estado de Israel bostezaba, tal cual se observa en el audiovisual. Bostezaba con la cara lavada ante el recuento de las atrocidades de su gobierno. Bostezaba mientras Mansur y quienes en el mundo tienen un dejo de humanidad lloraban.

Las guerras —aunque sea una frase hecha— exponen lo peor de la sociedad; y en las guerras de conquista, dominación y exterminio, el lado del "fuerte" es el que más humanidad pierde. Rostros impasibles, desinteresados, risueños y hasta orgullosos abundan en quienes diseñan y ejecutan la extinción de otros seres humanos a los que consideran indignos de existir.

La sociedad israelita parece habitar en una burbuja sostenida por el odio y los delirios místicos. Para muestra, un botón: el medio español La Sexta Noticias publicó un trabajo que recopila las publicaciones en Instagram a uno y otro lado del muro de Gaza. Del lado israelí, se ven fiestas, barbacoas, cumpleaños, viajes a la playa y videos de las noches libres de los mismos soldados que durante el día bombardean a niños palestinos. Del otro lado, llanto, hambruna, explosiones, cuerpos envueltos en sábanas y escombros, miles de escombros. Son dos mundos y formas de ver la vida y la muerte, a metros de separación. Mientras unos matan sin sentir, otros mueren sintiéndolo todo, y los de afuera, el "resto del planeta", no podemos sino decidir por un lado o el otro. Vistas las pruebas, no debería ser difícil la elección. Sin embargo, pareciera que no es el voto mayoritario. Vergüenza absoluta.

Mariel Carrillo García