Las amígdalas ¿operarlas o no?
Existe discrepancia entre los especialistas sobre su real utilidad biológica

17/05/25.- Durante años la intervención quirúrgica de las amígdalas, conocida como amigdelectomía, ha sido objeto de polémica por la discrepancia existente entre las diferentes especialidades médicas en relación, sobre todo, a la utilidad biológica de estas formaciones linfoides y su abordaje quirúrgico de forma justificada y oportuna.
A pesar de las consecuencias que muestran los diversos casos clínicos de amigdalitis a lo largo de los años de ejercicio médico, las opiniones entre el inmunólogo, alergólogo, internista y pediatra; difieren de las que mantienen el cardiólogo, neumonólogo, infectólogo, patólogo y otorrinolaringólogo.
A este repecto, el doctor José A. Martínez Brito, especialista en otorrinolaringología, señaló que en el siglo pasado la ciencia médica reconoció que la enfermedad local amigdalar afectaba órganos distantes en el organismo, por lo que, "se comenzó a centrar la atención sobre la importancia de la infección en las áreas linfoides de la garganta y la nasofaringe".
La amigdalitis puede ocasionar la respiración oral
En entrevista exclusiva para Ciudad CCS, Martínez destacó la importancia de hacer una revisión de los conceptos vigentes sobre este tema, señalando las posibilidades que se deben tomar en cuenta al estudiar esta afección y si es recomendado o no practicar una intervención quirúrgica.
"La amigdalitis crónica es un proceso infeccioso repetitivo que motiva la prescripción y consumo de antibióticos reiteradas veces en un año. La infección puede ser diagnosticada al ejercer presión con la bajalengua sobre el pilar anterior amigdalar, que puede dar muestra de la presencia de un material purulento y secreción amarillenta que escapa de las criptas amigdalares", explicó.
Con este cuadro, dijo el médico, es importante realizarle al paciente los exámenes de laboratorio para comprobar los niveles de los leucocitos que seguramente estarán aumentados. "Se encontrará de este modo una leucocitosis con neutrofilia y sedimentación globular, al igual que la proteína C reactiva, que puede estar alterada. Y ante el diagnóstico de nefropatía o cardiopatía infecciosa, deberá hacerse un estudio más amplio".
El doctor, que atiende en su consulta en el Instituto de Otorrinolaringología y Oftalmología de San Bernardino, en Caracas, también se refirió a la hiperplasia amigdalina como un crecimiento anormal y desproporcionado de las amígdalas que puede ocasionar dificultades respiratorias y obstrucción bucofaríngea, sobre todo en personas con sobrepeso, que conmúnmente mantienen una respiración oral.
"La amigdalectomía puede ser necesaria en caso de apnea del sueño, ronquidos severos y otras complicaciones cuando se diagnostica una hiperplasia amigdalina. Además existe también lo que llamamos el absceso periamigdalino, que tiene que ver con un aumento del volumen amigdalar debido a la acumulación de material purulento entre la amígdala y el lecho muscular, en donde la amígdala afectada se ubica hacia la zona media desplazando la úvula hacia el lado opuesto", puntualizó Martínez.
Afirmó que este sería otro caso en el que se recomienda la amigdalectomía, pues el cúmulo de material purulento infeccioso puede permanecer localizado o extenderse hacia los tejidos del espacio retrofaríngeo que puede ocasionar una adenomegalia (carotídea y submaxilar), causada por el hongo Estreptococo Betahemolítico Grupo A.
Las adenoides inflamadas afectan a los niños

Además, se refirió a la hipertrofia obstructiva adenoides en los niños que cuando aumentan su volumen pueden ocasionar la respiración oral que a la larga produce el arco palatino profundo (paladar ojival), y este acorta el labio superior, y el inferior pierde tono haciendo que se mantenga protuido o colgante.
"Las adenoides son un tejido linfático amigdalar localizado detrás de las fosas nasales y sobre el paladar blando, que ayudan a combatir los gérmenes en los niños. Alcanzan su tamaño máximo entre los 3 y 5 años de edad y se comienzan a encoger a los 7 años, para terminar desapareciendo en el desarrollo", explicó el especialista.
El problema de las adenoides, puntualizó, es que cuando se inflaman aumentan el volumen de los ganglios linfáticos y esto trae como consecuencia los ataques periódicos de otitis media serosa (acumulación de líquido en la caja timpánica que conduce a hipoacusia), "lo que traerá como consecuencia un rendimiento escolar deficiente producto de una audición baja en el niño".
Asimismo, advirtió, otros casos que cursan con mayor gravedad, son las Afecciones a Distancia, que es una patología inflamatoria recurrente amigdalar aguda o crónica, se debe a la presencia del Estreptococo del Grupo A, que afecta las articulaciones, el corazón, la piel e incluso el tejido cerebral.
"Ante esta delicada manifestación clínica, debemos tomar en cuenta que la persona padece de frecuentes ataques de amigdalitis que motivan su consulta, y la extirpación de estas reducirá la probabilidad de futuras complicaciones", apuntó el doctor.
La patología extrema y los exámenes de laboratorio
Martínez Brito mencionó asimismo la Patología Extrema que es el cáncer orofaríngeo, es decir, de amígdalas, que se desarrolla cuando las células de las mismas experimentan un crecimiento anormal y descontrolado formando un tumor.
"Este tipo de cáncer puede estar relacionado con el consumo de tabaco, alcohol en exceso y la infección por VPH. Algunos síntomas asociados son el dolor persistente en la garganta, dificultad para tragar, cambio de voz y bulto en el cuello. El tratamiento involucra en la mayoría de los casos la cirugía, radioterapia y quimioterapia", destacó.
Por último, el médico resaltó que el análisis de sangre llamado Títulos de Antiestreptolisina (ASLO), es el que mide la cantidad de anticuerpos contra la Estreptolisina 0, que es una sustancia tóxica producida por las bacterias del Estreptococo del Grupo A, que generalmente se alojan en las amígdalas.
Los valores normales de los Títulos de Antiestreptolisina (ASLO) estarían entre las 150 unidades aproximadamente en niños hasta los 6 años de edad; máximo en 330 unidades en niños hasta los 13 años; y máximo 200 unidades en adultos.
"Estas pruebas son pertinentes cuando existe una recurrente fiebre reumática, glomerulonefritis, endocarditis bacteriana y enfermedades asociadas a infecciones por estreptococo que se alojan en las criptas amigdalares. Porque es importante saber que los exámenes de laboratorio aportan una valiosa ayuda para descartar un proceso amigdalino crónico o agudo", explicó.
En suma, para el doctor Martínez Brito es preciso que los médicos de las especialidades involucradas en el controversial planteamiento, manejen una actitud aconsejable antes de adoptar una postura radical en cuanto a conservar las amígdalas o inclinarse por la intervención quirúrgica.
La cirugía de amígdalas es aconsejable cuando se diagnostica una patología que seriamente puede comprometer otros sistemas del organismo, muy particularmente en niños durante la fase de desarrollo.
SABINA DI MURO / CIUDAD CCS