Rostro de mujer | La sangre pemona venezolana uniendo mundos
17/05/2025.- Rostro de mujer quiso traer a sus lectores una enternecedora entrevista con Elena Gil Rodríguez, hija dilecta del pueblo pemón, que habita en la región más antigua del planeta, la Gran Sabana, en el estado Bolívar. Esta zona, de las más ricas e importantes en reservas biológicas y recursos naturales, forma parte de uno de los parques nacionales de gran extensión en Venezuela.
Al conversar con esta historiadora, nos trasladamos imaginariamente a los emblemáticos paisajes, a sus ríos, valles profundos y extensos, al imponente Salto Ángel, a sus selvas impenetrables, a sus maravillosas sabanas, que alojan una gran cantidad y variedad de especies vegetales, una fauna diversa y sus mesetas, más conocidas como tepuyes.
Esta comunidad indígena, con una rica cultura y tradición, vive en total armonía con la naturaleza. Su padre, Emilio Gil, fue un cacique que hablaba portugués, inglés, castellano y un poco de alemán. En su tiempo, era guía para aquellos turistas que visitaban la zona del Salto Aponguao.
Durante la época universitaria de Elena Gil Rodríguez, tomó su morral y viajó junto a sus compañeros de estudio al estado Bolívar,
... donde experimentamos nuestras clases en la práctica, en las vivencias directas con la naturaleza. Así comencé a relacionarme más con mi familia en la Gran Sabana. Allí me reencontré con mis orígenes, con una comunidad en la que yo no viví, pues nací en La Guaira.
Reconoció que
... tuvimos una tesis en vivo, porque al pernoctar encontramos animales de la selva. Es una cultura milenaria, donde la gente se reúne para compartir, hablar del tepuy y de las leyendas. Fue un tiempo que me enriqueció y dio sentido a mi vida.
Su progenitora, Candelaria Rodríguez, emigró con su hija mayor y en estado de gestación para radicarse en la región de La Guaira, donde fue cobijada por una familia que las adoptó como parte de ellos.
Mi niñez fue muy bonita. Esa familia tenía cinco hijos y nos sumaron a mi hermana mayor y a mí; entonces creamos un familión de etnias infinitas. Fue un colegio esa casa. Mi madre se integró a la familia que la adoptó y luego ella decidió quedarse de este lado del mar Caribe.
Rememoró que de pequeña quiso ser educadora.
Yo formo parte de la historia de este país, de los pueblos originarios. Cuando era docente e impartía la materia, hice con mis alumnos una historia narrada y cantada. A través del cuatro, les instruía sobre el Libertador, Simón Bolívar, y José Antonio Páez, entre otros próceres, haciéndose más amena la enseñanza.
Al ser consultada sobre cuándo dio sus inicios en el mundo artístico, indicó que su primera presentación fue en el año ochenta, en el estado Aragua, específicamente en Maracay, donde sus amigos, entre ellos el cantautor cubano Pablo Milanés, la animaron a participar. "Me hubiese gustado haber estudiado música y tocar algún instrumento como el piano, pues mi conocimiento es empírico", acotó con un sentimiento de melancolía.
Elena Gil Rodríguez, destacada lideresa, tuvo la fortuna de haber sido invitada a escenarios en diversos estados del país y a nivel internacional, en naciones como China, Marruecos u Holanda, donde, a través de sus interpretaciones, ha dado a conocer la cultura del pueblo pemón y la venezolanidad, logrando una gran receptividad de los presentes.
Sin embargo, dijo que la satisfacción más grande ha sido compartir escenario con su madre, Candelaria Rodríguez, quien hace un tiempo recibió una mención honorífica por parte del Ministerio del Poder Popular para la Cultura por haber recopilado diversas historias y leyendas de la etnia pemona.
"Mi madre hizo un trabajo de hormiguita, pues colaboró en su momento con un padre misionero que pasaba temporadas con los indígenas. Él traía un dispositivo analógico llamado casete y ella le traducía ese material".
Compartió que entre sus anhelos está
... terminar de hacer un trabajo musical en donde los cantos indígenas sean la prioridad. Necesitamos mucho conocimiento sobre eso, sobre los cantos originarios. Me gustarían algunas frases inspiradas en su hábitat (…) para poderlas interpretar; eso es urgente. Además, por mis ancestros, tengo un deber y el derecho de ser una abanderada en esto.
Al finalizar este encuentro, quiso compartir con los lectores de Rostro de mujer que
... estamos viviendo momentos en los que se necesita que la humanidad sea más humana. Es urgente que nos entendamos, que nos reconozcamos y nos sintamos venezolanos. Esta patria, cuna de libertadores, necesita del intelecto y profesionalismo de muchos, que nuestros hijos se incorporen a esa tarea, pero, sobre todo, que reine e impere el amor, la solidaridad y la unidad para lograr un mundo de mayor comprensión y aceptación.
Elena Gil Rodríguez, hija dilecta del pueblo pemón
Nirman García