Rostro de mujer | IV República por desapariciones...

de presos políticos

María José Parada, referente en el resguardo de los DD.HH.

11/05/2025.- Luchadora incansable, defensora de los derechos humanos en Venezuela, mujer que se enfrentó a los esbirros de la Cuarta República, arriesgando la vida por denunciar valerosamente los vejámenes, agresiones, torturas, encarcelaciones y desapariciones contra los luchadores sociales de esa época.

Rostro de mujer tuvo el honor de entrevistar a esta intrépida mujer, María José Parada, conocida como la Flaca, quien evocó las diversas etapas de lucha social que vivió a lo largo de la república del puntofijismo y la formación que impartió a través de la creación del comité de presos políticos, junto a la insigne Argelia Velázquez Carrizales, entrañable compañera del conocido comandante guerrillero Américo Silva.

“De niña, mientras jugaba, soñaba con ser médico para ayudar y curar a los más necesitados, después con el tiempo me di cuenta que se podía contribuir con las personas de otras formas”, reflexionó María José Parada.

Inició su militancia estudiando el bachillerato de noche, a través de una invitación visitó a los presos políticos que se encontraban recluidos en la cárcel del Cuartel San Carlos, donde visualizó la problemática que vivían.

“Así comencé a formar parte del comité de defensa de los derechos humanos, desde donde empiezo a denunciar violaciones a los DD.HH., persecuciones, asesinatos y torturas practicadas por los organismos represivos del Estado”.

Además, aprendió a realizar habeas corpus para salvar vidas a los detenidos, sin ser abogada, siendo enseñada por el doctor Agustín Calzadilla, presidente de la Fenadeh de ese entonces.

Entre los casos en los que participó como defensora de los derechos humanos está el del estudiante universitario Noel Rodríguez, quien fue detenido, torturado y desde el gobierno de turno negaron información sobre su paradero. “Varios años después fueron encontrados sus restos, enterrados en el Cementerio General del Sur, pero bajo otra identificación. El estudiante de la UCV fue desaparecido en el gobierno de Rafael Caldera”.

Esta luchadora social, madre orgullosa de Noelia y Vicente, egresada de la Universidad Central de Venezuela como socióloga, expresó que en aquellos tiempos detenían a las personas por pensar diferente, por estar en una manifestación, participar en alguna protesta; esto llevaría a ser blanco de torturas y asesinatos, como se vieron en muchos casos. Ella vivió la represión y encarcelación en carne propia.

Al tiempo destacó que para finales de los años 70 y principios de los 80, el comité por los derechos humanos estuvo conformado por un grupo de personas con vocación de convicción, con claridad política, no cobraban ni recibían ningún tipo de recursos por la labor realizada, y lo hizo un voluntariado que fue formado a través de las luchas sociales.

“Militantes revolucionarias que, de alguna manera, por la situación y la necesidad del momento durante los años setenta se fueron integrando. Entre ellas estaban: Carmen Oviedo, Carmen Morales, Argelia Velázquez Carrizales, Lídice Navas y Laura Prada, además de otras indómitas defensoras”.

De esas lideresas destacó a Argelia Velázquez Carrizales, por sus altos valores, “de ella aprendí mucho, era muy humana, solidaria, consecuente, responsable, características que uno ha tenido, pero al conocer a una persona que las tiene bien destacadas las aprecia más y sabes que ese es el camino”.

En múltiples ocasiones le allanaron su residencia por asumir la bandera de lucha en pro de los necesitados y por defender las injusticias de la época. “Si volviera a vivir de nuevo, repetiría todo lo que ha acontecido en mi vida, si fuera necesario”.

Ante su fructífero trabajo, María José Parada ha sido reconocida por diversos organismos e instituciones educativas del país por su participación protagónica en la construcción de un mundo de igualdad y por su destacado compromiso como ese soldado anónimo que ha contribuido a una vida entregada por la liberación y el socialismo.

En la actualidad continúa trabajando y aportando en el comité de salud de la parroquia de Santa Mónica y es jefa de comunidad; además, se declara admiradora de las obras del escritor y periodista de origen uruguayo, Eduardo Galeano y las acertadas historias del despojo de los recursos de pueblos de este continente, narrado en Las venas abiertas de América Latina.

A pesar de su notoria y valiosa trayectoria, el reconocimiento más grande que ha recibido es de ese grupo de muchachos y muchachas que estuvieron en los comités de luchas populares, estudiantiles y obreros que hoy en día, a más de cuatro décadas, ven a María José Parada como un referente por sus aportes, con un don de servicio, constancia y mucha convicción al trabajar durante todo este tiempo con un gran corazón y en defensa de los más vulnerables.

Nirman García.

 

 

 

 

 


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