Naiguatá revive tradición del Velorio de Cruz de Mayo
El ritual de vestir la Cruz con flores y cantos unen fe y naturaleza en esta celebración

03/05/25.- Cada tres de mayo, Naiguatá se convierte en el centro de la celebración del Velorio de la Cruz de Mayo, donde se reúnen decimistas, cultores y residentes de La Guaira, en las parroquias Macuto, La Guaira, Caraballeda y Carayaca, como una emblemática tradición cultural en el sector Pueblo Arriba que acobija la fe y la naturaleza entre sí.
En este día de dicha, los fieles y quienes cumplen promesa visten de flores sus cruces, ante ello, la referente Carolina Sánchez explicó que su papá, fabricaba los tamborcitos y su mamá cantadora de folía, nació viendo el velorio de la Cruz de Mayo “escondidita en una esquinita, porque a mi papá no le gustaba que sus hijas participaran en nada de eso”.
El ritual de vestir la Cruz se realiza la noche del 2 de mayo, cuando se decora con flores, velas y ofrendas, acompañado de cantos y oraciones.
El Velorio de la Cruz de Mayo inicia con un rosario a partir de las 08:30 p.m, junto a los cantos que saludan con gracia la cruz y sus flores; después los decimistas, a través de manifestaciones musicales, se hace la pasión de Cristo “que no puede faltar porque sabemos que en ese madero santo murió nuestro Señor Jesucristo, porque esa historia eclesiástica también forma parte de esta tradición”, indicó.
En cuanto a los promeseros, “en Naiguatá comienza el 3 hasta el 6 de junio. Si se puede decir que nosotros somos muchas las promesas, son muchas las cosas que hay que decir cantando entonces los promeseros, se dedican a pagar sus promesas, y como son tantas y no nos alcanza el tiempo, nos agarramos un fin de semana ante San Juan para hacer lo que es ese último velorio de Cruz de Mayo”.
Esta festividad está íntimamente ligada a una riqueza musical única, donde se fusionan cantos devocionales, ritmos alegres y melodías ancestrales, tampoco faltan los instrumentos afrodescendientes que en la localidad son las tamboras de Velorio de Cruz de Mayo.
Las fulías son acompañadas por tres tamboras, que consta de “La Prima”, la cual lleva el canto; “El Pujao”, que va siempre llevando el fondo por sonar tan fuerte, y “El Repique”, es el que lleva el bajo, y estas tres tamboras hacen lo que es el toque del canto a la Cruz de Mayo.
"Esta tradición no se aplaude, no se baila, más se goza y se canta. Nosotros tenemos el respeto de saber qué vamos a hacer y qué vamos a decir durante esa tradición. Cuidamos mucho, tenemos el cuidado de que nuestras tradiciones se respeten porque valoramos lo que tenemos", resaltó.
La celebración la realiza desde hace más de 50 años y trasciende lo religioso para convertirse en un pilar de la cultura venezolana, fusionando fe, historia y tradición. Se trata de resistencia, alegría y gratitud en tiempos difíciles.
Asimismo, La Cruz de Mayo representa un homenaje y conexión a la naturaleza, puesto que desde el mes de mayo inicia el periodo de lluvias, es una tradición unificadora que mantiene viva la esperanza y homogenización cultural.
CIUDAD CCS