Ad libitum | Discos de cabecera (III)

Si no tiene estos discos, no pierda tiempo y salga corriendo a comprarlos

03/05/2025.-

Marvin Gaye: I want you (Motown, 1976)

Si su noche romántica se ha convertido en un fiasco, rompa el vidrio y coloque de emergencia Soon I'II be loving you again. Marvin calienta y colorea la atmósfera con sensualidad desde el primer track o surco, si usted fue uno de los afortunados que pudo comprar una copia en vinilo.

La crítica de este disco en la época de su lanzamiento no fue precisamente elogiosa. Los especialistas fueron muy duros con el contenido de las letras e incluso con el trabajo vocal de Gaye, calificándolo de pobre. Sin embargo, al tamiz de los años, se ha convertido en un álbum de culto.

En particular, aprecio el trabajo de sonido y la panoramización de las voces, que alcanzan un nivel muy complejo, tomando en cuenta los sistemas de grabación y mezcla de 1976.

 

Amy Winehouse: Frank (Island Records, 2003)

En la vorágine de la frivolidad y la fatuidad de los cantantes y músicos de moda, Amy Winehouse se erigía como una personalidad artística genuina, original, una cualidad que en esta época es cada vez más difícil de encontrar, por cuanto las estrellas mundiales parecieran haber sido creadas en un laboratorio de posproducción de Pro Tools, o en la sala de juntas de los altos ejecutivos de las compañías disqueras.

Este álbum define las primeras influencias de Amy, tiene un sonido excitante y poderoso, totalmente apartado de la tendencia musical del mercado por su concepto retro, un tanto de jazz y soul. Si un disco me da un par de temas buenos, me considero afortunado; no espero que todo el contenido de un álbum me interese en un primer momento. Sin embargo, este CD atrapa. Winehouse te lleva al lugar fascinante de su mente y de su creatividad como autora en temas como I heard love is blind y Help yourself, dos canciones alucinantes, con una mezcla de audio con planos muy claros como para disfrutarlos en un buen estéreo.

 

Al Zeppy: En New York (United Artists, 1967)

Quizás pocos recuerdan que, en la década del sesenta, Al Zeppy junto a Felipe Pirela y Héctor Cabrera, fue uno de nuestros más cotizados cantantes internacionales. En los teatros latinos, los jóvenes se subían a la tarima y algunas veces lo dejaban sin zapatos, chaqueta o corbata. Su nombre está escrito con letras doradas en la historia de la música juvenil de Puerto Rico y es el único venezolano en aparecer en el catálogo de la prestigiosa firma United Artists.

El productor y disc-jockey puertorriqueño Alfred D. Herger es el creador del concepto de este disco, donde Al interpreta en español temas importantes del mundo pop, con cierta influencia del sonido negro motown.

 

Luis Ugueto Liendo


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