Punto y seguimos | Millennials: la generación estafada
16/12/2025.- Los nacidos entre 1981 y 1996, conocidos como generación Y o Millennials, son —según numerosos artículos publicados en medios, revistas y universidades— el grupo etario protagonista del cambio de la sociedad analógica a la digital. La tecnología les es familiar; de hecho, son los creadores de muchos de los avances y dispositivos del presente. Recuerdan cómo era el mundo antes de internet, pero saben desenvolverse con el entorno actual. Crecieron con la idea-valor de la educación como garantía de un futuro próspero y son la generación viva más preparada en el ámbito profesional, aunque sus sucesores (la generación Z) están reportando una tasa mayor de matrícula universitaria.
Los millennials estudiaron. Y mucho. Superaron a sus padres, abuelos y bisabuelos en formación educativa, con mayor escolaridad, egresos universitarios, cursos, idiomas y estudios de cuarto nivel. Fueron criados con la promesa de que una buena educación les garantizaría calidad de vida, es decir, una vida en la que pudieran cubrir no solo necesidades básicas (vivienda, comida, vestimenta), sino aspirar a ciertas comodidades como esparcimiento, viajes o hobbies. Los millennials estudiaron y trabajaron. Son la generación más afectada por el llamado burnout (agotamiento extremo a causa del estrés crónico) y los más propensos a valorar el trabajo por encima de todo lo demás, incluso de su propia salud.
A pesar de ello, los millennials no recibieron la recompensa esperada. Varias crisis del modelo capitalista en su existencia les complicó lo que a generaciones previas les fue posible conseguir. La vivienda propia, por ejemplo. En los países del norte global, a la generación Y le costó más, y recién a partir de sus 35-40 años sobrepasaron la estadística de propietarios vs. inquilinos. En el sur global, los datos son sensiblemente peores. Por ejemplo, en México, el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI) publicó un reporte que indica que solo tres de cada diez millennials ha comprado casa y que el 63% vive alquilado y con pocas perspectivas de convertirse en dueños. En Venezuela, no encontramos datos segregados según esta división etaria, pero sí que se registran informes que indican que la vivienda propia constituye un sueño difícil de alcanzar para gran parte de la población.
No fue solo la vivienda; el carro, los viajes y todo el paquete de expectativas quedaron en eso, en expectativas, a pesar del esfuerzo, del estudio y del trabajo constante. Los millennials se sienten estafados: son un grupo profesionalmente apto, económicamente frustrado y emocionalmente agotado. Las víctimas masivas de la crisis del capitalismo moderno, con sus burbujas inmobiliarias, crisis de deuda, recesiones, inflación, pérdida del salario, aumento de la desigualdad, precarización laboral y un largo etcétera que explica cómo la generación de la transición se convirtió en la primera en décadas en "trabajar para lapa".
Mariel Carrillo García

