Derreflexión | Hábitos para cuidar tu serenidad en momentos de crisis
13/10/2025.- Es imposible evitar que algo inesperado suceda y que comience una crisis. Se pueden tomar todas las previsiones, pero algunas veces, las cosas solo pasan. Entonces, todo se tambalea, comenzando por los planes, y nada parece más aterrador que la idea de un nuevo comienzo o un futuro diferente al que se ha planificado.
Sin embargo, sencillos hábitos de estabilidad pueden ayudar para sentir tranquilidad y mantenerse de pie, sin perdernos a nosotros mismos. En medio del caos, la rutina es útil para conseguir equilibrio otra vez.
Aceptar que no puedes controlar todo
Una de las razones por las cuales se puede sufrir más estrés e infelicidad es la resistencia, el no aceptar que las cosas han salido de una manera diferente a la que esperábamos. Hasta que no aceptemos, “esto es lo que ha sucedido y no puedo hacer nada al respecto para cambiarlo”, no dejaremos de sentir malestar.
Esta aceptación no quiere decir que nos estamos rindiendo, sino que reconocemos cuáles son los límites de lo que podemos controlar y enfocar nuestra energía en lo que sí podemos cambiar: nuestra actitud ante lo ocurrido, la respiración, las decisiones que podemos tomar en adelante. Repetir "esto también va a pasar" puede ayudar a soltar la lucha interna.
Respirar con intención
En los momentos de crisis, la mente suele viajar al futuro con ansiedad o hacia el pasado con culpa. Respirar de forma consciente nos puede ayudar a volver al momento presente. Inhalar hasta contar cuatro, contener el aire dos segundos y exhalar contando hasta seis permite que el sistema nervioso se relaje y podamos volver a pensar con claridad.
Rituales de estabilidad
Pequeñas prácticas cotidianas también nos sostienen más de lo que pensamos, como preparar con calma el café, caminar unos minutos fuera de casa o escribir una lista al menos con tres cosas por las que estamos agradecidos. Esto nos recuerda que la vida tiene un orden y que es bella, pese a las adversidades.
Tomar una pausa del mundo digital
Cuando estás en medio de una crisis, es importante cuidar los estímulos externos, ya que en exceso pueden pesar mucho. Las redes sociales, conversaciones cargadas, noticias entre otras, pueden ser abrumadoras.
Lo mejor es darse permiso para desconectarse por un rato. El silencio también es un espacio para escuchar lo que realmente estamos sintiendo y lo que necesitamos, además de que nos ayuda a pensar con claridad, sin escuchar tantas voces que nos dicen “qué hacer”, pero que no están viviendo la situación ni jamás la han vivido.
Rodéate de todo lo que te dé calma
La calma y la serenidad también se contagian. Busca personas, actividades o espacios que te transmitan paz. Puede ser una canción reconfortante que te haga sentir conectado con la vida, un rincón especial en la casa o alguien que te escuche sin juzgar.
Experimentar serenidad ni significa rendirse ni negar el dolor, sino aprender a sostenerte dentro del caos. Muchas veces creemos que debemos estar “disponibles” para todos, hasta el punto de perdernos a nosotros mismos, pero esto no es necesario, quienes te aman de verdad sabrán entender tu actitud de autocuidado.
Cada pausa, cada respiración y cada gesto de autocuidado también es amor propio, el cual es imprescindible para sostenerse cuando todo se mueve, pues la calma no solo se busca, sino que se aprende a cultivar.
Isbelia Farías