Aquí les cuento | Mensaje de una niña venezolana...

a los niños palestinos, que sufren el crimen más horrendo

Palestina
Ver tus niños muertos
bajo los aviones.
Ver al gato salvaje,
masticando en el nido,
  con goce a tus pichones.

    Aquiles Silva

Valle Guanape, 17 enero 2009

12/09/2025.- Hoy, una flota de sueños zarpó desde Barcelona hacia Gaza. En el muelle todos los corazones la despidieron con su mejor sonrisa. Todos los voluntarios, de todas las edades, zarparon felices. Nadie se rajó. Conscientes del riesgo, saltaron a desafiar las olas, las tormentas, las
bombas asesinas. En el mar les aguardan los carniceros. Hasta ellos vaya nuestro corazón lleno de estrellas a
compartir los dolores que les aguardan.

Hoy he querido contarles, con la vocecita dulce de Ema, su versión del amor que nos une. El sentir de quien algún día crecerá con la paz y el amor que hoy se le arrebata al pueblo
palestino.
Ella tiene siete años. Y cuenta para nosotros.

—Ema, mi vida. ¿Qué sabes de Palestina?
—¡He visto en la televisión que ahí mueren las mujeres, los hombres, los niños y los viejitos
también.
La gente pone una bomba para destruir la ciudad, y con una máquina destruyen la ciudad.
La gente dice que vayan y pongan bombas.
Uno que se llama Simón Bolívar dijo que este lugar hay que protegerlo. Porque los niños cuando hay una bomba ellos mueren.

Por eso es que hay que proteger todos estos pueblos.
La Tierra necesita cuidarse.
Las bombas asesinan a los animales, los árboles, los peces, todos los animales.
Si explota una bomba, los ríos, los animales y los peces deben ser protegidos por los adultos
que no deben destruir la ciudad.
Yo compartiría con esos niños que sufren con las bombas.
Compartiría la ciudad.
Los niños necesitan vivir en una casa, les daremos todo lo que necesitan para vivir bien.
Que tengan todas las cosas que necesitan para vivir.
Jugaría con ellos. Viviría con ellos haciendo cosas como una gente que aquí vive.
En paz, amistad, protección y con todos los animales del planeta.
Yo haré una ciudad para compartir con los niños palestinos.
Les diré: —¡Vengan, que tengo los legos para construir una nueva ciudad de amistad!
Les enseñaría a cuidar nuestro planeta y a protegerlo, y será bonito.
Yo jugaría con ellos a las escondidas, el toque, el tuquituqui. Con las muñecas y los dinosaurios.
Y otros juguetes que son trompo.
Las cosas que usamos para jugar las dejamos aquí. Y allá las cosas que no usamos.

La ciudad será limpia.
La ciudad tiene que estar bien bonita, con el corazón.
Toda esta ciudad estará con el corazón y con la bandera de Venezuela abrazada con la
bandera de Palestina.
Y yo me abrazaré con todos los niños que vengan a esta tierra, a este pueblo.
Y van a tener todas las casas y los animales.
Jugaremos juntos, con los animales, con los árboles.
Yo les digo a los tiradores de bombas que esta ciudad está harta de todo eso.
En esta ciudad todos tendrán que vivir como amigos.
Sí, será así.
Los que no nos quieran que se vayan a su país.

A las bombas las podremos usar: les quitamos el cable y pondremos tierra y sembraremos
plantas.
Los aviones que se usen para llevar gente a otra ciudad.
Los aviones servirán para llevar a las familias hacia otra ciudad.
Todos como familia serán.
Compartiría las casas con los niños palestinos.
Las casas, que tengan padres, que tengan amigos.
Me pondré a jugar con los niños a hacer teatro. Y compartir con los animales.
Eliminar las armas para impedir que se les dispare a los animales y que mucho menos se les
dispare a los humanos.
¡Basta de bombas!
¡Basta de matar!
¡Para que cese el morir y vivir en paz!
Mis amiguitos palestinos se llamarán con nombres de felicidad, de amistad; se llamarían
como venezolanos; viviendo todos en la ciudad cuidada.
Ya basta de las bombas y los aviones de combate.
Cuídense.
Quiéranse.
Que la vida es bonita.
Sí, la ciudad que se cuida entre todos los humanos será feliz.
Ya basta de combates.
Ya basta de bombas.
Ya basta de maldad.
La ciudad se va a amar.
Si yo pudiera traerlos a la casa, jugaría con ellos en el patio, compartiría el verde de los
montes. Y con los legos, madera y arcilla haríamos una nueva ciudad,
donde el cielo solamente permita el vuelo de las aves y los papagayos.
Ah, y de los aviones que carguen gente a conocer otros pueblos del mundo amantes de la paz.

Niña… Ema Sofía Fagúndez Esqueda Guaita Zapata Silva Fernández.

Aquiles Silva

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 


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