Psicosoma | Sorpresas saltarinas
El verdadero viaje de descubrimiento es mirar con nuevos ojos.
Marcel Proust
19/08/2025.- En estos días de mucho sol e intempestivas lluvias es necesario cargar el paraguas, pero las corrientes de aire lo "doblan" y hoy, un día después del feriado por las madres, con las calles festivas, hay que correr a buscar un resguardo porque las calles son ríos y ya, en conversa con chicas, me detengo a mirar, disfrutar el momento.
Las dos diligencias son imposibles y con cuidado avanzo a buscar un "huequito" para tomar café o té y "descubrí" una panadería, Bendito Pan, la cual estaba vacía y acomodo los paquetes, cartera, bolso deportivo y escucho ese acento cubano, una delicada atención en medio de olores de pan, queque, tortas, café, galletas, dulces de colores fosforescentes...
Iba por un café y pasé casi dos horas bajo el techo cálido saboreando un panecillo negro de mora con uvas, las ricas bombas y ese pan dulce remojado en café cerrero que me lleva a casa de Lima con el rico café de Chanchamayo que mi abuela Celedonnia metía en las encomiendas con pan serrano, charqui, quesos, papas, desde la sierra a Lima, en una largo viaje de quince días, y los contaba para degustar el pancito serrano oloroso remojado en café y así andaba y andaba, hasta que una voz me interrumpe y conmueve al decir: "¿Me puedo sentar a su lado?, porque no me gusta tomar el café solo...". Le escucho y acomodo la mesa al señor de mediana estatura, blanco, muy pálido, barbado y cabellos cortos, encanecidos, despeinado, de rasgos delicados y mirada melancólica. Al principio, cada quien en su microespacio con sus dulces y cafés, con la lluvia torrencial, y el "huequito" es el arca de Noé con varias niñas y niños junto a sus familiares.
Él disfruta su merienda y el pancito negro se hunde todo; lo "rescato" con una cucharilla y le digo: "El frío me da hambre"... Nos enteramos que somos artistas.
Al salir, busco mirar al cielo y me agarro de sus nubes blancas, el brillo tenue de ese mismo cielo oscuro, cargado y ahora me lleva a casa al abrazo felino, maullador, casi perruno, que me lanza su cola inmensa desde el balcón; siempre me espera.
"Libre al viento" noto un cielo despejado, unas nubes mariposa, unas figuras de ángeles y vienen imágenes de la película Ángeles inesperados, una historia real de los noventa que se desarrolla en Kentucky sobre una peluquera de nombre Sharon Stevens, quien presta ayuda al viudo Ed, padre de dos niñas y a su chiquita Emy, que necesita trasplante de hígado.
Parece un cuento de hadas esta película porque se muestra el lado humano, solidario y empático de una comunidad ante la inminente muerte anunciada si no se le hacía el trasplante a la pequeña.
Así como en la película se da esa ayuda solidaria, con fe en el apoyo comunitario, nos debemos concienciar en la necesidad de ser donantes, de gestar y criticar el negocio médico empresarial al perder de vista al ser humano y verlo como un objeto.
Por otra parte, ¿por qué se sigue matando de hambre al pueblo de Gaza? ¿Qué es más importante que la vida de un palestino? Han pasado más de 600 días y la hambruna deambula.
Ante la tormenta, hacinados en el café, los niños y niñas estaban muy tranquilos y la copiosa lluvia era detenida con cartones en la única puerta amplia que había. Ya el Titanic estaba controlado, pues este aguacero terrible se llevó por delante puentes y al día siguiente del Día de la Madres hubo inundaciones que arrasaron con algunos anuncios publicitarios.
Rosa Anca