Ad libitum | Aldemaro Romero: crónica de un fracaso imprevisto
Aldemaro Romero: crónica de un fracaso imprevisto.
02/08/2025.- Como el Titanic, la primera orquesta de Aldemaro Romero se hundió al poco tiempo de comenzar a navegar. Tomar riesgos tiene sus consecuencias y Aldemaro tuvo que aprender la lección.
Romero es el músico más importante de Venezuela en el siglo XX. Sus aportes abarcan la composición, arreglos y dirección en el ámbito de la música popular y clásica; además, fue un exitoso productor y empresario. Sin embargo, su debut como director de orquesta al mando de su propio proyecto fue un experimento fallido, aunque con un saldo musicalmente positivo.
Corría el mes de septiembre de 1949. Aldemaro tenía 21 años, había tenido buenos empleos como pianista y arreglista de la orquesta de Luis Alfonzo Larrain y Radio Continente, donde acompañaba y escribía música para los artistas nacionales y extranjeros contratados en la emisora. En esa temporada también probó suerte como director de la orquesta de los cantantes Rafa Galindo y Víctor Pérez, la cual tuvo una existencia efímera.
En ese ambiente de posguerra, el jazz constituía la vanguardia en lo que a música se refiere, fundamentalmente el movimiento liderado por Charlie Parker y Dizzy Gillespie conocido como Bebop. La contraparte latina o el llamado Cubop estaba representado por Frank Grillo “Machito”, quien, junto a Mario Bauza, formó una orquesta que sentó las bases del jazz latino.
Aunque en Caracas no muchos músicos tenían acceso a esos discos, Aldemaro escuchó grabaciones que lo impresionaron y quería formar una orquesta que se alejara de lo que el público estaba acostumbrado a oír en la radio y en los bailes. No tardaría en darse cuenta de que hacerle competencia a Billo Frómeta y Luis Alfonzo no iba a ser tarea fácil.
Ese año, en que recién cumplía la mayoría de edad, comenzó su experimento con el apoyo financiero de Antonio Cortez, un comerciante con quien había hecho buena amistad y que en el futuro se convertiría en su socio en diferentes proyectos. Cortez pagó atriles, uniformes y prestó su tienda para los ensayos.
Los inconvenientes se hicieron presentes desde el comienzo, los arreglos de Aldemaro eran materia difícil para ejecutar. Su hermano, Godofredo Romero, recuerda: "Esa era una orquesta que por las características de los arreglos y las exigencias de Aldemaro necesitaba músicos de altísima calidad y los pocos que había ya estaban contratados. Entonces, a lo que recurrió mi hermano fue a importar músicos de México, Cuba y Norteamérica".
Cuando ya el repertorio estuvo listo, debutaron en Radio Continente. Los cantantes principales serían el popular guarachero Víctor Pérez y el mexicano Óscar Jaime como bolerista. ¿Qué podía salir mal?
En casi tres años de trabajo, la orquesta tuvo contrato permanente no solo en Radio Continente, también tocaron en Radio Caracas, Ondas Populares y Difusora Venezuela. Tampoco faltaron los bailes en los mejores clubes de Caracas y el interior del país, pero nunca lograron convencer a la audiencia.
"El público nuestro no estaba preparado para el ritmo que mi hermano estaba proyectando. Aquí la gente estaba acostumbrada al tun tun tun de Billo. Entonces, tocas una guaracha en ritmo de bebop con glissandos y una cantidad de síncopas y la gente no sabe cómo bailar eso. Ocurrió muchas veces que cuando venía la parte instrumental, el público se quedaba parado. Aldemaro quería hacer las cosas no convencionales, no comerciales y eso tuvo su precio. Llegó un momento en que dijo: ¡Esta orquesta no va más!", afirmó Godofredo Romero.
Aldemaro aceptó el fracaso, disolvió la banda y se fue a probar suerte a Estados Unidos. En los años por venir volvería a organizar otros grupos con buenos músicos y arreglos brillantes, pero nunca tan arriesgados como los de sus inicios.
Luis Ugueto Liendo