Cae el peso de la ley sobre el expresidente colombiano Álvaro Uribe
Fallo histórico, pues nunca antes en ese país se había condenado a un expresidente
01/08/25.- El expresidente colombiano Álvaro Uribe fue condenado este viernes a 12 años de prisión domiciliaria, tras su juicio por fraude procesal y soborno en actuación penal. Esta sentencia, emitida por la jueza Sandra Liliana Heredia, del juzgado 44 Penal del Circuito de Bogotá, también incluye una multa de más de 3.400 millones de pesos colombianos (aproximadamente 822.000 dólares) y lo inhabilita para ejercer derechos y funciones públicas por más de ocho años.
A pesar de ser declarado culpable, Uribe fue absuelto de un tercer delito relacionado con soborno a testigos. La sentencia, que abarca más de 1.100 páginas, fija una pena de 91 meses por el soborno, sumando 29 meses adicionales debido a la participación de otros implicados, resultando en un total de 120 meses. Por fraude procesal, se le asignaron 104 meses, aunque la jueza eligió el soborno como el delito más grave para establecer la pena total en 144 meses, reportó la prensa colombiana.
El fallo reconoce como víctimas a Iván Cepeda Castro, quien fue acusado falsamente de manipular testigos.
Con 73 años y fundador del partido Centro Democrático, Uribe se convierte en el primer expresidente colombiano en recibir una condena penal, conocida como el "Juicio del siglo" en el país. Su defensa ahora tiene un plazo de cinco días hábiles para presentar un recurso de apelación ante el Tribunal Superior de Bogotá, que deberá decidir antes del 16 de octubre.
La jueza comisionó al Centro de Servicios Judiciales de la localidad de Rionegro (Antioquia), su lugar de residencia, para emitir la boleta de encarcelación y supervisar su traslado a la casa donde cumplirá su condena. Si la decisión es confirmada en segunda instancia, la defensa puede presentar un recurso de casación ante la Corte Suprema, donde el tiempo para llegar a una sentencia firme puede extenderse hasta cinco años.
El caso de Uribe ha capturado la atención del país colombiano y la comunidad internacional, marcando un hito relevante en la historia judicial colombiana, porque en ese país nunca se había condenado a un exmandatario.
Claves del proceso condenatorio
Un trabajo de investigación de Telesur indica que el origen del caso se remonta a 2012, cuando Uribe denunció a Cepeda por supuesto fraude procesal. Sin embargo, la investigación tomó un giro inesperado en 2018, cuando la Corte Suprema de Justicia encontró indicios de que el propio Uribe había manipulado testigos para construir su acusación contra el senador.
El juicio oral se desarrolló entre febrero y julio de 2025 durante 56 sesiones, en las que Uribe se declaró inocente y su defensa alegó que actuó en ejercicio legítimo de su derecho a la defensa, sin conocimiento de las conductas ilícitas de su abogado. No obstante, la Fiscalía demostró que el expresidente dirigió y avaló el plan criminal, recibiendo informes de Cadena en tiempo real y entregándole incluso un lote como pago por servicios ilícitos.
La defensa intentó argumentar la aplicación del principio non bis in ídem, alegando doble juzgamiento, pero el tribunal rechazó esta tesis al considerar que los factores de agravación utilizados no constituyen elementos del tipo penal, sino circunstancias independientes que incrementan la responsabilidad.
El fallo reconoce como víctimas a Iván Cepeda Castro, quien fue acusado falsamente de manipular testigos; Deyanira Gómez Sarmiento, esposa de Monsalve, quien fue amenazada por entregar pruebas; y los exfuncionarios judiciales Luis Eduardo Montealegre y Jorge Perdomo, difamados en las cartas falsas.
El tribunal aplicó agravantes por la posición distinguida de Uribe en la sociedad, aprovechando su influencia como expresidente, y por la coparticipación criminal al dirigir una red organizada para cometer los delitos. La pena base de soborno en actuación penal se fijó en 91 meses, aumentada a 120 meses por concurso homogéneo al afectar a tres víctimas, mientras que el fraude procesal recibió una condena base de 94 meses, incrementada a 104 meses por la presentación de nueve documentos falsos.
Relación de Uribe con Venezuela
La historia de la política en Colombia y Venezuela está llena de matices y complejidades que a menudo se pasan por alto. Uno de esos capítulos es la sorprendente relación entre el expresidente colombiano y el fallecido líder venezolano Hugo Chávez, que desafía la narrativa que se ha construido en contra del chavismo en los últimos años.
El término “castrochavismo”, que fue popularizado por Uribe para estigmatizar a sus oponentes políticos, es un claro ejemplo de cómo se ha tratado de distorsionar la realidad de la relación binacional. Sin embargo, entre 2002 y 2009, durante la presidencia de Uribe, ambos líderes mantuvieron 16 reuniones bilaterales, lo que indica un nivel de cooperación y diálogo que muchos prefieren ignorar. Cada visita de Uribe a Miraflores se convertía en una celebración, donde el diálogo y los acuerdos eran el foco principal, con una atmósfera festiva que reflejaba las intenciones de ambos mandatarios.
Una de las principales astillas entre ambos presidentes, fue el conflicto con las FARC. Chávez, al asumir la Presidencia en 1999, ofreció una postura de neutralidad respecto al conflicto interno colombiano y le otorgó estatus de beligerancia a la guerrilla, lo cual fue interpretado por algunos como un apoyo a las FARC.
Sin embargo, esto nunca se tradujo en una ruptura entre ambos líderes. En múltiples ocasiones, Uribe buscó la ayuda de Chávez como mediador en conflictos con las guerrillas, lo que muestra que a pesar de las tensiones, la relación fue más que cordial. Incluso en momentos críticos, como el secuestro de soldados colombianos por las FARC en 2003, Uribe eligió mantener el diálogo con Chávez, quien nunca dejó de ser un aliado diplomático. En 2008, a pesar de las acusaciones sobre el refugio de las FARC en Venezuela, Uribe se reunió con Chávez en varias ocasiones, demostrando así un enfoque pragmático hacia una situación compleja.
No obstante, esa relación se rompió tras el reconocimiento de Uribe, una vez fuera del gobierno, de que había considerado una intervención militar contra Venezuela y se excusó de que "le faltó tiempo" para concretarla, a lo cual Chávez le respondió que lo que ocurrió fue que "le faltaron cojones".
En la actualidad, Uribe ha transformado su imagen en un vehemente opositor del chavismo, solicitando incluso una intervención militar en Venezuela a principios de este 2025, postura que ha generado rechazo no solo en Venezuela, sino también en muchos sectores de la sociedad colombiana. Tras esta petición, el actual presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, calificó a Uribe como el “enemigo público número uno” de Venezuela, resaltando un cambio en la narrativa que muchos desearían olvidar.
CIUDAD CCS