Araña feminista | ¿Quién teme al cuerpo libre?

16/06/2025.- Mientras el mundo se agita entre guerras, nuevos nacionalismos y tensiones globales, algo profundo —y menos visible— se está reorganizando: una alianza transnacional de derechas que busca encerrar los cuerpos en viejas jaulas. Esta vez, lo hacen de forma sistemática, desde congresos internacionales hasta políticas locales que, paulatinamente, van desmontando derechos ganados con décadas de lucha.

Detrás de las palabras "familia", "vida" y "tradición" hay intereses. Hay un proyecto de poder que necesita que las mujeres no decidan, que las personas sexo-género diversas no existan legalmente, que las infancias obedezcan modelos impuestos sin espacio para la imaginación.

Veamos los hechos.

Trump ha reactivado en Estados Unidos la ofensiva contra el aborto: pretende prohibirlo a nivel federal a partir de la sexta semana. Los hospitales públicos ya no garantizan abortos, ni en emergencias. Milei promueve desde Argentina un referéndum para revertir la ley de aborto legal y ha limitado el acceso a medicamentos esenciales. En Hungría e Italia, se censura la diversidad en las escuelas y se niega el reconocimiento legal a las familias homoparentales. Mientras, en Polonia, aún hay regiones donde las personas LGBT+ son consideradas una "ideología" que debe ser erradicada.

Todo esto no es coincidencia. Es parte de una agenda global que promueve una visión única de "la vida", aquella en la que las mujeres están al servicio del Estado (reproductivamente), las personas trans no tienen derechos y el amor solo vale si es heterosexual, blanco y productivo.

La narrativa de estos gobiernos es clara: dicen defender la vida, la familia y los valores tradicionales frente a un supuesto desorden cultural impuesto desde fuera. Pintan el feminismo, la educación sexual y los derechos LGBTIQ+ como una amenaza reciente, artificial y peligrosa para la civilización.

Sin embargo, los datos contradicen ese relato.

La Unión Soviética legalizó el aborto en 1920, convirtiéndose en el primer país del mundo en reconocer este derecho de forma amplia en el sistema público. En Cuba, tras la Revolución, el aborto se despenalizó en 1961 y se incorporó progresivamente al sistema de salud pública; en 1965 se formalizó su acceso gratuito y universal hasta las doce semanas, siendo de los más seguros del continente.

Estos procesos no nacieron de moralismos progresistas, sino de política: los primeros en ofrecer aborto seguro fueron gobiernos socialistas, porque entendieron que el cuerpo no podía seguir siendo territorio de castigo, sino de soberanía; porque supieron que la salud pública incluye el derecho a decidir.

Entonces, ¿de qué ideología son quienes criminalizan el aborto, niegan derechos a las familias diversas y reducen a las mujeres al mandato de parir?

La derecha global quiere convencernos de que se trata de "valores", pero en realidad se trata de poder, control y miedo a la libertad. La izquierda —con todas sus contradicciones— ha sido históricamente el espacio donde se han conquistado derechos, donde se ha defendido la vida desde la dignidad y no desde la imposición, donde se ha dicho que sí: sí a decidir, sí a amar, sí a existir con plenitud.

¿Y tú?

Entre la derecha que quiere imponer silencio y la izquierda que ha luchado para que cada cuerpo tenga voz, ¿dónde estás?

¿Realmente, dónde estás?

Sabiendo todo esto, ¿puedes llamarte a ti misma —o a ti mismo— una persona de izquierdas?

 

Eduvigis Boada


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