Memorias de un escuálido en decadencia | Rusia

09/05/2025.- ¡Tenía un lindo nombre mi guía, Nathaly! El dictador se fue a Rusia a celebrar con Putin, el otro dictador, los ochenta años de una victoria que es de nosotros, o sea, que el compañero Trump acaba de declarar que EE. UU. ganó la Segunda Guerra Mundial, y estos tipos se están robando esa victoria. Y allí está Hollywood, que en todas sus películas nos lo ha dicho claramente: esa guerra la ganamos nosotros, o sea, EE. UU. Y ellos nos mienten descaradamente y ponen a un ruso con una bandera comunista sobre un edificio, como diciendo que ganaron cuando pusieron esa bandera, y esa bandera está puesta en cualquier lugar, menos en el lugar de la victoria. Así que le mentirán a los adictos al régimen, pero a nosotros, que somos la gente decente y pensante de este país, no nos van a engañar. Lo que sí nos asusta un poco fue ese acuerdo que firmaron los dictadores, el de aquí y el de allá, una vaina estratégica para darnos apoyo y ayuda y tecnología y espías y armas durante diez años, lo que quiere decir que el dictador está seguro de su vaina. Mientras tanto, nosotros, que desde que nos vimos, seguimos con esa pendejada de que si votamos, legalizamos la dictadura, y que si no votamos, nos quedamos con la boca abierta, mirando la luna que pasa.

Y montamos una fiesta diplomática con la extracción, como dijo el compañero Marco —Cubano— Rubio, con los compañeros que estaban bailando el último tango en la Embajada de Argentina. Todavía no sabemos cómo fue la vaina. Ya anteriormente el compañero Mottola salió de esa Embajada de lo más tranquilo, nadie le aplicó una extracción, sencillamente dijo que se iba y se fue cuesta abajo en su rodada. Ahora, nosotros formamos un escándalo porque se fueron a Estados Unidos los que estaban en la Embajada, y la mamá de nuestra compañera María —Súmate— Machado se fue a Colombia. Es una vaina bien rara: en vez de irse a nuestra segunda patria, se va para Colombia, donde está el comunista Petro, que la puede entregar cuando le dé la gana. Y, mientras tanto, el hombre del garrote vil, el del programita de los miércoles, dijo que fue una negociación de la compañera Súmate Machado, pero, eso sí, primero sacan a mi mami, mamita, mamitota (que todavía está asustada de cuando le mentí con los tiros en el 23 de Enero), y después que se vayan los otros. Y lo que se dice en X es como para montar la película del año: No llores por mí, Argentina, que me voy para EE. UU. Los compañeros que están cómodos disfrutando del score en España no han dicho nada. Solo el compañero Pensionado Ledezma dijo que a lo mejor el compañero Edmundo González va a la posesión del nuevo Papa, cuando salga el humo blanco que está esperando. Estuvo un poco enfermo el compañero Edmundo, pero ahora ya está como un roble, esperando la toma de posesión… la del nuevo Papa, claro, porque la de él se fue derechito por el galillo viejo.

Y ya viene el 25 de mayo. Habrá diputados y diputadas que jode, para regalar, porque ahora agregaron una nueva lista a la vaina, una cosa que llaman diputados nacionales, y por ahí sale tranquilo el compañero Embajada Radonski y el compañero Claudio Fermín. Ahora, por lo menos, sí vamos a tener una Asamblea Nacional, porque antes teníamos una sucursal del partido de la dictadura ahí. De paso, el compañero Embajada Radonski no marchó el 1.° de mayo porque él es empleador, así lo declaró hace varios años y se mantiene en esa posición. Mientras tanto, un montón de compañeros están descargando su arrechera contra el compañero Embajada, porque ya lo ven hablando paja y defendiendo la dictadura en la Asamblea Nacional.

El papá de Margot se levantó de su sillón Luis XII y dijo: "¿Qué hace el dictador en Rusia con el dictador Putin? Nosotros aquí, hablando pendejadas de los bolsas de la Embajada de Argentina, y el dictador, muerto de la risa, firmando vainas allá en Rusia. No me jodan". Y se fue al cuarto y agarró la puerta y le metió ese coñazo tan duro que la vecina salió gritando: "Negocia para que te manden a Estados Unidos, muérgano".

—Puedo escribir los versos más tristes esta noche… —me declama Margot.

 

Roberto Malaver


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