Trinchera de ideas | En conmemoración del 50 aniversario...

de la derrota del imperialismo en Vietnam

01/05/2025.- Tras la derrota del colonialismo francés en Dien Bien Phu en 1954, Francia tuvo que desalojar el norte del país; no obstante, aunque el pueblo vietnamita había obtenido una gran victoria, el país quedó dividido. No fue posible liberar a todo el territorio en ese momento. Esta situación dio inicio a una nueva etapa de la revolución vietnamita. El Partido Comunista de Vietnam (PCV) se vio obligado simultáneamente a iniciar la construcción socialista en el norte a fin de que este sirviera de sólida retaguardia para las luchas que se avecinaban y la revolución democrática popular contra el dominio neocolonial en el sur.

En esta situación comenzaron las maniobras del imperialismo estadounidense, que en el pasado ya había apoyado al colonialismo francés, pero ante el fracaso de este, se propuso boicotear los Acuerdos de Ginebra e impedir la reunificación del país. Estados Unidos esgrimió –en el marco de la guerra fría– razones ideológicas. Según Washington, debían impedir la expansión del comunismo en el sureste de Asia. En esa medida, recurrieron a razones de seguridad nacional para justificar su intervención en Vietnam.

En el cumplimiento de sus objetivos, dieron total apoyo a un gobierno títere al que le otorgaron todo tipo de sustento económico, político, militar y diplomático. El designado fue Ngo Dinh Diem, un terrateniente que formó un gobierno “nacionalista” en el sur. Paralelamente, Estados Unidos empezó a jugar un papel más activo y directo en toda la región. Diem estableció un gobierno altamente represivo y brutal. En 1956, el PCV orientó la preservación de la organización en el sur mientras se superaba esta etapa y en 1959 se planteó liberar al sur de la dominación imperialista y feudal.

La lucha se reinició entre 1959 y 1960 en forma de levantamientos armados simultáneos o insurrecciones parciales que obtuvieron grandes éxitos. Fue el inicio de la guerra popular revolucionaria en Vietnam. A finales de 1960 fue creado el Frente Nacional de Liberación de Vietnam del Sur (FNL), acontecimiento de suma importancia política. Se planteó la necesidad de desarrollar en forma paralela la lucha armada y la política.

Estados Unidos se fue involucrando cada vez más en la guerra en la medida en que el gobierno títere era incapaz de enfrentar el creciente esfuerzo político y militar del FNL. Diseñó un formato de “guerra especial” que significó un fiasco completo desde el inicio, al punto que Washington comenzó a organizar un golpe de Estado contra Diem; su caída fue expresión del fracaso de la estrategia de EE.UU. en Vietnam.

La llegada al poder de Lyndon Johnson en 1963 dio origen a un nuevo plan que significó la formación de una comandancia militar de Estados Unidos en Vietnam de forma permanente y el incremento en 5 veces de sus efectivos en el país, elevando también la tecnología militar para consumar su agresión que ahora tomó forma de “guerra local”.

Pero los éxitos militares del FNL continuaron en 1964 y 1965. En el primer semestre de este año, los revolucionarios vietnamitas habían causado hasta 90 mil muertos al ejército títere, entre ellos 3 mil estadounidenses. Washington optó por introducir miles de efectivos a fin de desatar una guerra de destrucción total contra el norte, utilizando principalmente la aviación. Esta maniobra tampoco tuvo éxito.

Entre 1965 y 1968 la doctrina de Estados Unidos de “guerra local” también fracasó. Entre 1965 y 1966 desataron lo que denominaron la primera contraofensiva estratégica que involucró a 200 mil soldados estadounidenses y de otros países aliados y 500 mil del ejército títere, los que realizaron hasta 450 operaciones de envergadura encaminadas a quebrar la columna vertebral del FNL al que llamaban “vietcong”. Posteriormente, en 1966-1967 desarrollaron la segunda contraofensiva estratégica con la que pretendieron lograr un viraje decisivo en la guerra, para lo cual duplicaron la presencia de sus soldados llegando hasta 400 mil.

Pero el ejército revolucionario resistió los golpes enemigos, propinándoles golpes que buscaban desgastarlo y aniquilarlo en el mismo escenario que operaba y en su retaguardia. Con ello, logró dispersarlos, impidiéndoles desarrollar su plan y produciéndoles grandes pérdidas en efectivos.

Mientras tanto, en el norte, continuaba la construcción socialista a pesar de que desde el año 1965 el territorio fue duramente golpeado por la Aviación estadounidense, que llegó a utilizar armas químicas de forma masiva. Pero hasta el 1 de noviembre de 1968, las Fuerzas Armadas de Vietnam habían logrado derribar 3.243 aviones de combate, incluidos 6 bombarderos estratégicos B-52 y 2 F 111. Asimismo, se capturaron cientos de pilotos y se destruyeron centenares de barcos estadounidenses.

En 1968 se hizo evidente que Estados Unidos no iba a lograr la victoria en Vietnam. La diplomacia emergió como una posibilidad de finalizar la guerra. Anteponiéndose al hecho, en enero de 1967 el Comité Central del PCV había decidido prepararse para enfrentar este escenario que se transformaba en decisivo en la nueva situación. En marzo de 1968, Estados Unidos aceptó el inicio de conversaciones de paz en París con la representación del FNL y el Gobierno de la República Democrática de Vietnam.

No obstante, en 1969 diseñó una nueva estrategia que denominó la “vietnamización de la guerra”, con la que se proponía fortalecer al ejército títere mientras iniciaba paulatinamente la retirada de sus fuerzas propias, manteniendo en Vietnam un fuerte contingente de aviación y artillería que diera apoyo eficaz al ejército títere. Al mismo tiempo, desató una gran ofensiva de destrucción desde el aire contra el norte.

El FNL y el Gobierno de Vietnam se vieron obligados a hacer un profundo análisis que permitiera dar una respuesta correcta al enemigo, entendiendo además que se habían cometido algunas fallas como centrar la guerra en las ciudades, abandonando las zonas rurales donde el enemigo comenzó a hacer un efectivo trabajo de “pacificación” del campo que le rindió éxitos temporales.

El 6 de junio de 1969, el FNL junto a otras organizaciones políticas y sociales convocaron a un congreso de representantes del sur que dio origen a la creación del Gobierno Revolucionario Provisional de la República de Vietnam del Sur (GRP), el cual comenzaría a jugar un papel decisivo en la conformación del poder revolucionario en el sur del país.

Hay que decir que desde 1970, la lucha en Laos y Camboya, también ocupados por Estados Unidos, cobró nuevas fuerzas. Asimismo, los patriotas de esos países comenzaron a coordinar esfuerzos con el FNL para el desarrollo de la guerra revolucionaria.

En 1972, el PCV ordenó la preparación de una ofensiva estratégica que permitiera obtener victorias militares de envergadura, desbaratara la estrategia imperialista de “vietnamización de la guerra” y obligara a Estados Unidos a recurrir a la negociación.

Sin embargo, ante los éxitos militares de Vietnam, Washington, ya bajo el gobierno de Richard Nixon, ordenó aumentar los efectivos en Vietnam movilizando una gran fuerza aeronaval a fin de reforzar la agresión contra el sur en lo que se denominó la segunda guerra de agresión contra el norte. Al mismo tiempo, se vio obligado a dar un sorpresivo giro ante la cercanía de las elecciones de noviembre de 1972, la posibilidad de reelección de Nixon y el creciente rechazo de la guerra de Vietnam en la opinión pública de Estados Unidos. Evidentemente, intentaba obtener éxitos militares que le permitieran negociar desde posiciones de fuerza en París.

Pero al no obtener en el terreno los objetivos militares que se había trazado y ante las brillantes propuestas de la diplomacia vietnamita que conseguían gran apoyo en todo el mundo y en particular en la propia opinión pública de Estados Unidos, Nixon se vio obligado a aceptar las proposiciones de Vietnam para ganar tiempo a fin de retirar sus tropas mientras fortalecía el ejército títere. Pero una vez elegido, Nixon rechazó abiertamente los acuerdos que había firmado, desatando bombardeos genocidas contra las ciudades vietnamitas.

El infernal asalto aéreo estadounidense contra Hanoi y Haiphong fue rechazado exitosamente por el Ejército de Vietnam hasta que el 27 de enero de 1973, Nixon se viera obligado a firmar los acuerdos de París sobre el cese de la guerra y el restablecimiento de la paz en Vietnam.

Los acuerdos de París significaban que Estados Unidos debía retirar sus tropas y la de sus satélites y respetar la independencia de Vietnam. Asimismo, debía cesar su intervención en los asuntos internos de Vietnam, reconocer el derecho a la autodeterminación del pueblo y el statu quo de Vietnam del Sur. De esta manera, Vietnam logró una nueva gran victoria contra una potencia extranjera que, sin embargo, aún no se había consumado en su totalidad.

A pesar de que los Acuerdos de París significaron un paso importante en el proceso de liberación de Vietnam, el imperialismo estadounidense siguió apoyando al régimen títere de Saigón (ahora conducido por Nguyen Van Thieu) para mantener su dominio colonial y al país dividido. Pero Washington equivocó su diagnóstico sobre la situación pensando que con los acuerdos se había paralizado el ímpetu liberador del pueblo vietnamita. Al contrario, el prestigio del FNL y el GRP aumentaban cada día tanto en el plano interno como en el internacional.

Para que se tenga una idea de la magnitud de la intervención militar de Estados Unidos en Vietnam, el poder de fuego de sus soldados era seis veces mayor al que poseían durante la segunda guerra mundial. Estados Unidos gastó 400 mil dólares por cada vietnamita muerto, incluyendo 75 bombas y 150 proyectiles de artillería por cadáver.

El régimen de Van Thieu se comenzó a enfrentar no sólo al poder y la fuerza revolucionaria de las zonas liberadas, también a una resistencia popular creciente en las zonas bajo su control. Además de eso, la ayuda de Washington se había reducido notablemente respecto de años anteriores. Se desató una profunda crisis económica a partir del segundo semestre de 1973 que se agudizó al año siguiente caracterizada por una alta inflación, fuerte devaluación y pérdida de divisas.

En estas condiciones, el GRP y el FNL respondieron con un incremento de las acciones armadas junto a su decisión de aplicar sin demora los acuerdos de París. Ya en julio de 1973 el PCV evaluó que había que preparar las fuerzas para una ofensiva que permitiera conquistar el poder decisivo. A mediados de 1974, el curso de la guerra había variado ostensiblemente en cuanto al crecimiento de las fuerzas armadas revolucionarias, las acciones ofensivas que desarrollaban, la consolidación de rutas de abastecimiento logístico del norte al sur y el incremento de las acciones en las ciudades.

Todos los antecedentes anteriores y otros permitieron que el PCV en octubre de 1974 concluyera que se había creado una correlación de fuerzas favorable a los revolucionarios, por lo que tomó la decisión histórica de movilizar al partido, al Ejército y al pueblo para llevar adelante un ataque general que permitiera aniquilar y destrozar las tropas del régimen de Van Thieu, derrocar el poder enemigo tanto a nivel regional como nacional, conquistar el poder para el pueblo y liberar el sur. El PCV y su comisión militar central se dieron a la tarea de planificar y organizar los futuros combates.

La ofensiva y el levantamiento general comenzó el 10 de marzo de 1975 en la Meseta Occidental del país. Los primeros éxitos permitieron avanzar hacia la llanura costera del centro. Un momento decisivo fue la campaña en Hue-Da Nang, segunda ciudad de importancia de Vietnam del Sur, donde se aniquiló la base militar más poderosa de las fuerzas armadas del régimen pro yanki. La ofensiva continuó con la realización de ataques y levantamientos al norte y noroeste de Saigón. El 25 de marzo ya se habían liberado 16 provincias, con lo cual el FNL controlaba las tres cuartas partes del territorio y la mitad de la población de Vietnam del Sur. Se evaluó que el colapso del ejército enemigo era total y que Estados Unidos se mostraba impotente ante la fuerte ofensiva vietnamita. Se habían creado las condiciones para la batalla final: la batalla por Saigón.

A la batalla por la liberación de Saigón se le denominó “Campaña Ho Chi Minh”. El presidente y fundador de la República Democrática de Vietnam había fallecido el día que Vietnam conmemoraba el 24 aniversario de su independencia el 2 de septiembre de 1969. Se había decidido que la última ciudad en ser liberada llevaría su nombre.

Se movilizaron grandes contingentes militares para reforzar los que ya se encontraban en la zona de combate. Mientras tanto, el enemigo se preparaba para resistir en el último bastión que le quedaba, al tiempo que Estados Unidos desataba todo tipo de maniobras diplomáticas para evitar o retrasar el evidente final de los acontecimientos. El 18 de abril, el presidente de Estados Unidos Gerald Ford ordenó la evacuación urgente de todos los estadounidenses de Vietnam. El 21 de abril, en medio de sus intentos por salvar la situación, Washington destituyó a Van Thieu mientras buscaba una negociación que llevara a un cese del fuego bilateral.

Pero ya era tarde. El 26 de abril dio inicio a la “Campaña Ho Chi Minh”, un plan de ataque desde cinco direcciones coordinadas con las fuerzas armadas locales y el pueblo insurreccionado. El 28 y 29 de abril las columnas revolucionarias avanzaron impetuosamente, rodeando a las fuerzas enemigas en el perímetro de Saigón.

Las columnas de ataque ocuparon los objetivos más importantes de la ciudad y a las 11:30 del día 30 de abril, en medio de la estampida del gobierno y los miembros de la embajada de Estados Unidos, la bandera de la revolución fue izada en el palacio de gobierno. El 1° de Mayo, todo el territorio continental de Vietnam del Sur estaba controlado. En la campaña fueron aniquilados 400 mil soldados enemigos, desintegrando un ejército de más de un millón de efectivos, así como a las fuerzas de seguridad y policía.

El fin de la “Campaña Ho Chi Minh” y la liberación total de Vietnam que hoy conmemoramos en su 50 aniversario fue una brillante operación militar de las Fuerzas Armadas y el pueblo vietnamita bajo conducción del PCV. El imperialismo estadounidense había sido derrotado en lo que se ha caracterizado como el mayor desastre militar y político en su historia. Fue destruido todo el aparato militar, político y administrativo del régimen creado por Estados Unidos en Vietnam. Cinco administraciones estadounidenses hicieron un colosal esfuerzo por impedir la victoria del pueblo vietnamita y no lo lograron, culminando veinte años de gloriosa lucha contra la agresión estadounidense y por la reunificación del país.

Ahora se podía cumplir con el sueño del presidente Ho Chi Minh, que había dejado la tarea de “construir un Vietnam cien veces más hermoso” como objetivo que refleja el deseo del pueblo vietnamita de crear una sociedad socialista más próspera, justa y equitativa para todos.

 

Sergio Rodríguez Gelfenstein

sergioro07.blogspot.com

 


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